Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Esperanza Aguirre, la ideóloga de un modelo sanitario que hace negocio
El PP usa el “sentido común” para disfrazar su renovado negacionismo climático
OPINIÓN | 'Privatizacionitis sanitaria: causas, síntomas, tratamiento', por Isaac Rosa

Teatro contra el olvido: la obra de un nieto para transformar la depresión de su abuela en un homenaje a los mayores

En esta obra Pelu Nieto está solo sobre las tablas

Alejandro Luque

17 de octubre de 2025 19:51 h

0

La sala La Fundición de la capital hispalense acoge este fin de semana un montaje en el que el actor y director sevillano Selu Nieto hace memoria de su abuela, poniendo el foco en un momento en que él atravesaba una mala racha y ella luchaba contra las sombras de la depresión. Tras su fallecimiento, sola en un hospital, el actor se propuso escribir una obra de teatro con la intención de devolverla a la vida, reuniéndose con ella en escena dentro del mismo cuerpo “para limpiar los errores del pasado” y “reescribir juntos un final”. El resultado lleva por título Soledad: vida y obra de mi abuela, y podrá verse en la citada sala este sábado a las 20:00 y el domingo a las 19:00 horas.   

Premios Lorca Revelación en 2016 por Los perros y al Mejor Autor en 2018 por La última boqueá, Nieto recuerda que de niño pasaba mucho tiempo con aquella mujer que llevaba una vida perfectamente normal hasta que cayó en la depresión. “A partir de la historia real de mi abuela, escogí episodios de su vida y me inventé muchos otros, con el objeto de construir el relato de la relación entre un nieto y su abuela, en relación con el tema de la salud mental”, subraya.

“Aunque se cuente en primera persona, y sacamos elementos personales de ella, fotos que le hice y hasta alguna grabación de audio real, podemos decir que la obra no va únicamente de ella: hablamos de muchas abuelas y de muchas generaciones diferentes”, asevera. Además, agrega, “se da la circunstancia de que, a consecuencia de la depresión, mi abuela tenía visiones que le impedían distinguir a veces la realidad de lo que no es real. Me apetecía plantearle al espectador ese doble juego, que él también llegara a dudar si lo que le contaban era verdad o no”, desvela el director.

Un tabú vigente

Una de las reflexiones que Selu Nieto ha querido plantear en este trabajo con sus compañeros de Teatro a la Plancha es la mirada de la sociedad en general hacia los ancianos: “Tengo la sensación de que a las personas mayores se las deja de escuchar. Dejan de tener razón, parece que ya no son útiles para nada. En lugar de escucharlos, algo que necesitan ellos y nosotros, porque son una fuente de sabiduría increíble, los silenciamos. Los nietos estamos en nuestro día a día, en nuestras cosas, y no nos damos cuenta a veces de lo mucho que podemos hacer por ellos”.

Por otro lado, el sevillano considera que el tema de la salud mental, “para estas madres y abuelas, era un tabú, y en cierto modo lo sigue siendo. Pero en sus tiempos era aún peor, porque no tenían a quién acudir, ni recursos de ninguna clase. No había ayuda ni personal ni profesional para quienes caían en la depresión, y eso también hemos querido ponerlo sobre el escenario”.

Todo ello obliga a los artífices del montaje a mantener un equilibrio entre los hechos reales y el respeto a la intimidad del personaje. “Tenemos claro que la autoficción no puede ser un diario personal para desahogarte, hay que ir más allá. Todos los escritores del mundo han partido de sucesos personales para elaborar sus historias, pero hay muchas maneras de moldear ese material o disfrazarlo. En este caso, supe que para que el mensaje encajara bien tenía que contarlo desde mí”, cuenta el actor y director sevillano.

Humor disfrazado

Con estas premisas, Selu Nieto es un firme defensor de la función del teatro como herramienta para “culturizar”, en el sentido de “hacer pasar al espectador por un choque, un ¿esto qué es?”. “Se parece mucho a cuando te das un golpe, de entrada te duele pero solo después vas siendo poco a poco consciente de lo que te ha pasado. Esto es lo que queremos provocar en el público. Fuera de eso, no hay otra intención que la de hacer que vengan, lo pasen bien y, a ser posible, tomen conciencia de un asunto que nos concierne a todos”, añade Selu Nieto.

De hecho, a lo largo del recorrido que Soledad: vida y obra de mi abuela lleva ya realizado por la geografía nacional, el actor ha podido comprobar el efecto que produce su actuación en el respetable. “Es increíble la cantidad de gente que se acerca emocionada tras la función, contándome que se han acordado de sus tías, de sus abuelas… La medida de edad suele ser de unos 60 años, pero hay de todo, y cada cual entra de una manera distinta en los códigos. Un señor mayor vino a darme la mano y me dijo acabas de contar la vida, mientras que un adolescente que vino se emocionó tanto, que quiso repetir al día siguiente viniendo con sus propios abuelos”, rememora emocionado.

Aunque Nieto ha levantado este montaje junto a sus compañeros Susana Hernández (codirección, dramaturgia, adaptación y coreografía), Paloma de Alba (vestuario) o Guillermo Jiménez Aguilar (iluminación), tenía claro desde el primer momento que debía estar solo sobre las tablas: “Pero me lo paso muy bien, se respira una mirada muy amorosa, hay humor cuando tiene que haberlo, y emoción cuando corresponde, también”.

¿Humor, tratándose de un tema tan duro? El actor asiente con rotundidad: “De cada dos frases, la tercera es un chiste, y algunos con muy mala leche”, confiesa. “Es una forma de hacer comedia, desde la convicción de que los mejores golpes se dan disfrazadas de chiste. Esta obra contiene muchas dagas que a simple vista parecen bromas”, sentencia.

Etiquetas
stats