Detenido en Torremolinos un cura de Toledo que tenía una decena de papelinas de droga
Un sacerdote de la Archidiócesis de Toledo fue detenido durante la noche del pasado sábado en Torremolinos (Málaga) en posesión de una decena de papelinas con “diversas sustancias estupefacientes”, en una cantidad que excedía a la que podría destinarse a consumo propio. El Arzobispado de Toledo ha confirmado la detención, pero ha negado que se trate del rector del Seminario Mayor de Toledo, sin aclarar quién es el detenido.
Fuentes policiales confirman que el hombre, de 45 años, fue arrestado por su presunta responsabilidad en un delito contra la salud pública. Fue sorprendido en la vía pública durante la madrugada del 22 de septiembre, cuando llevaba una cantidad “que excedía lo que pudiera entenderse como la destinada a consumo propio”.
Según El Español, el sacerdote estaba en posesión de una cantidad importante de 'tusi' o cocaína rosa, una droga sintética obtenida a partir de la mezcla variable de sustancias como la lidocaína, MDMA, cafeína, ketamina, metanfetaminas o cocaína.
Los agentes acompañaron al hombre hasta el apartamento en el que pasaba el fin de semana. Tras registrar la vivienda, los agentes hallaron una balanza de precisión y una bolsita monodosis de droga. El detenido ha sido puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de Torremolinos.
La Archidiócesis ofrece colaboración
El sacerdote no estaba en Málaga por ningún encargo pastoral, según ha asegurado la Diócesis de Málaga.
En un comunicado enviado este martes, el Arzobispado ha lamentado “profundamente” los hechos que han causado la detención, y ha reprobado “cualquier conducta delictiva que presuntamente hubiera podido cometer” este sacerdote.
La Archidiócesis de Toledo dice tener “plena confianza” en la justicia, y aunque considera que “la responsabilidad de los hechos corresponde al ámbito personal del detenido”, ha manifestado su disposición a colaborar con la investigación.
El Arzobispado asegura que ha apartado cautelarmente al detenido del ejercicio del ministerio y de su oficio, y ha pedido “perdón al pueblo de Dios” por “los daños morales que puedan ocasionar los presuntos delitos de un sacerdote de la Archidiócesis”.
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