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Un cura de Málaga, detenido al quebrantar la orden de alejamiento por acosar a una mujer con la que convivía

Dos guardias civiles ante un vehículo del cuerpo.

elDiarioand / Néstor Cenizo

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La Guardia Civil ha informado este miércoles de la detención a principios de septiembre de un cura de Málaga después de quebrantar la orden de alejamiento que se le impuso por acosar a una mujer con la que convivía, según denunció en su día la propia víctima. El caso trasciende pocos días después de que se conociese que la Iglesia no actuó contra otro cura de Málaga, en ese caso investigado por agresiones sexuales tras recibir la denuncia de su pareja.

Según han confirmado a EFE fuentes próximas a la investigación, se trata de R.J.B., padre Roberto, párroco de origen venezolano que daba misa en los municipios malagueños de Canillas de Aceituno, Sedella y Salares, quien había sido investigado previamente por un delito de coacciones contra la denunciante.

En declaraciones a elDiario.es Andalucía, el abogado particular del acusado ha asegurado que los hechos que denuncia la mujer son “totalmente inciertos”. También ha reconocido a EFE que convivieron un tiempo en la casa parroquial junto a otros compatriotas, aunque no fueron pareja. “Está todo 'sub iudice' y no vamos a decir nada. Se verá en el juicio si no se archiva antes”, ha subrayado. Según este abogado, aún no está claro si la investigación recaerá sobre los juzgados de Vélez o de Málaga.

Acoso al volante

Al parecer, según las mismas fuentes, la mujer dijo que convivía con este sacerdote extradiocesano -que reside y ejerce su ministerio fuera de la diócesis en la que está incardinado- y que, debido a sus desavenencias, decidió irse a Madrid. Fue a partir de entonces cuando el cura la acosó supuestamente con llamadas de teléfono, mensajes y correos electrónicos para pedirle que volviera a Málaga.

La mujer denunció el acoso en una comisaría de Madrid de la Policía Nacional, unas diligencias que después amplió la Policía Judicial de Vélez-Málaga. Según ha adelantado Diario Sur, la mujer ha interpuesto hasta seis denuncias en diferentes comisarías de España.

Las fuentes han explicado que la mujer también denunció, esta vez en Málaga, que en una ocasión, cuando conducía su vehículo por la autovía A-7, el sacerdote la rebasó a la altura del kilómetro 978 y se rió de ella. Después, se puso delante del coche de la mujer, redujo la velocidad y ella le adelantó. Pero él volvió a acelerar, se colocó delante de ellas y le dio las luces largas a menos de dos metros. Una actitud que mantuvo un tiempo.

Lo hizo, según las fuentes, cuando ya tenía una orden de alejamiento por el acoso previo. De hecho, tenía prohibido acercarse a menos de 300 metros del domicilio de la víctima o de cualquier otro lugar que ella frecuentara.

Fue en la primera semana de septiembre cuando la Guardia Civil le detuvo por quebrantar esa orden. Pudo volver a casa tras prestar declaración ante los agentes.

En Málaga desde 2018

R.J.B. tiene 38 años y es de origen venezolano, al igual que la mujer supuestamente acosada. Fue ordenado sacerdote en 2015 y llegó a Málaga en 2018. Según fuentes cercanas a su entorno, el hombre solía convivir en la casa parroquial con otros compatriotas, entre ellos la chica denunciante. Se da la circunstancia de que, según publicó en su día ABC, cuando a llegó a Sedella se encontró con que había desaparecido la caja fuerte a los pies de la Virgen de la Esperanza, donde los devotos guardan las joyas con las que la cubren cada año, incluyendo varios objetos de oro. El alcalde exigió su inmediata devolución, apuntando sus sospechas hacia su predecesor y dio un ultimátum. Las joyas fueron devueltas en el Obispado.

El caso del cura de Sedella es el segundo que afecta a la diócesis de Málaga en las últimas semanas: el otro caso fue el de Francisco J.C., de 33 años y natural de Vélez-Málaga, que está en prisión provisional después de ser arrestado el 11 de septiembre por presuntamente sedar y abusar sexualmente de varias mujeres, unos hechos que grabó y que descubrió su pareja sentimental en un ordenador del domicilio que ambos compartían en Melilla.

En un comunicado remitido ya por la noche, el Obispado ha aclarado que el Padre Roberto no está detenido, sino que se le tomó declaración por parte de la Guardia Civil y regresó a su casa. Según la diócesis, las denuncias por acoso son recíprocas: de ella contra él, y de él contra ella. “Sólo a él le impusieron la orden de alejamiento”, subraya el Obispado, cuya actuación en el caso del cura veleño ha sido muy cuestionada: a pesar de que la mujer denunciante puso en conocimiento de la Iglesia no sólo su relación, sino la existencia de material informático aparentemente delictivo, la diócesis se limitó a trasladar al párroco a las parroquias de tres pequeños pueblos de la Sierra de las Nieves, sin denunciarlo ni apartarlo.

En el caso conocido este miércoles, el Obispado asegura que “ha contactado” con el sacerdote, y que éste se encuentra “de retiro unos días fuera de su pueblo”. Admite que conocía las “desavenencias” entre estas dos personas, pero asegura que “no podía intervenir al tratarse de cuestiones personales entre dos mayores de edad”. La diócesis dice que desconocía que se hubiese dictado una orden de alejamiento.

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