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El PP arrebata la alcaldía de Torremolinos al PSOE con el apoyo de Vox, Ciudadanos y dos concejales no adscritos

Del Cid, con el bastón de mando, ya proclamada alcaldesa | N.C.

Néstor Cenizo

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Sin sorpresas, la moción de censura contra José Ortiz y el PSOE en Torremolinos ha salido adelante. El PP gobierna de nuevo la ciudad, después de que Margarita del Cid, con el apoyo de los concejales de Vox (1), Ciudadanos (1), Nicolás de Miguel (no adscrito) y Avelina González (no adscrita) haya recuperado un ayuntamiento emblemático para los populares, que lo han gobernado durante 20 de sus 31 años de historia.

La moción ha sumado 13 votos a favor, suficientes para dejar en minoría los votos contra la moción de los ocho concejales del PSOE y los tres de Adelante (integrantes del gobierno de coalición), así como de la concejala no adscrita Lucía Cuín. La nueva alcaldesa ha dicho que veía cumplido un sueño de infancia: “Hoy empieza todo”.

El PP y Del Cid tienen por delante algo más de un año de gobierno antes de las próximas elecciones municipales. Tras las últimas, celebradas en la primavera de 2019, parecía destinado a recuperar el municipio sumando a sus nueve concejales los dos (por entonces) de Vox y los dos (por entonces) de Ciudadanos.

El giro de Lucía Cuín, que abandonó Vox poco antes del Pleno de investidura, cambió el guion. “Estamos cumpliendo al fin la voluntad de los torremolinenses. Todos recordamos cómo nació este gobierno municipal. Lo que mal empieza mal acaba”, ha dicho Del Cid en su discurso, leído con tono neutro ante un salón lleno y, por momentos, exaltado. Había una nutrida representación de cargos provinciales de PSOE y PP. Celia Villalobos, la diputada popular Carolina España o el nuevo secretario general de los socialistas malagueños, Daniel Pérez.

Gestión y riesgo de involución democrática

“Los partidos que firmamos la moción sumamos el 55,6% de los votos. 3573 votos más. Esta moción tiene un plus de legitimidad democrática”, ha resaltado la ya alcaldesa, que la ha justificado por la situación económica del municipio y la supuesta “desidia” con la que el antiguo equipo de gobierno estaría afrontándola. “Se han perdido subvenciones”, ha denunciado, antes de espetar al exalcalde: “Ustedes han llegado a abonar la paga de Navidad cuando no era Navidad. No sé si es porque no creen en la Navidad”. “Creemos que el equipo de gobierno está superado”, ha resumido Del Cid.

El alcalde saliente cree que la moción es un “atentado” que llega cuando el municipio trata de recuperarse de los efectos económicos de la pandemia. “Sufrimos los efectos de la enorme hipoteca que los firmantes nos dejaron como herencia”, ha denunciado Ortiz, en referencia a la deuda de 200 millones de euros que dejó el anterior gobierno popular, bajo el mando de Pedro Fernández Montes, reducida ahora a la mitad, según los socialistas.

Mientras los proponentes de la moción se esforzaban en explicar la moción desde la supuesta mala gestión de Torremolinos, el equipo de gobierno saliente apelaba a lo ideológico. “Hoy elegimos entre el Torremolinos de la memoria democrática frente al Torremolinos del alzamiento. De la bandera LGTBI frente al Torremolinos del águila imperial. Elegimos legitimar a la extrema derecha en el templo sagrado de la libertad y la diversidad”, ha lanzado Maribel Tocón, portavoz socialista.

“Esto es un viaje al pasado”, ha protestado el exregidor: “El precio a pagar por la alianza con la extrema derecha será un retroceso de los derechos y libertades, y los firmantes serán cómplices”. Una bandera LGTBI se desplegaba en su bancada. Pero de nada ha servido a los socialistas apuntar al riesgo de retrocesos en igualdad que implica gobernar con Vox en un municipio simbólico para el movimiento LGTBI. Del Cid había tratado de desactivar este flanco anunciando que asumiría también la delegación de Igualdad.

“Torremolinos ha cambiado, les guste o no, lo quieran reconocer o no”, ha dicho entre aplausos de los suyos, antes de girarse a Nicolás de Miguel, exconcejal en su gobierno y cuyo voto ahora favorable a la moción lo ha desalojado de la alcaldía: “¿Puedes recordar las razones que te trajeron a Torremolinos? Es el momento de tener el valor suficiente, por tus valores, por los que siempre luchaste y aprendiste en el seno de la familia. Estás a tiempo”.

Nicolás de Miguel le ha replicado: “No es una jornada fácil para mí, pero es necesaria. Estos discursos apocalípticos están faltos de sentido común y es la síntesis de su alejamiento de la realidad”. Su “sí a la moción de censura” ha levantado la aclamación más sonora de los simpatizantes del PP.

Hasta tres concejales no adscritos que ignoraron la línea de su partido

La historia de Torremolinos en los últimos años no se explica sin la influencia decisiva de concejales y concejalas cuyo compromiso con los partidos por los que se presentaron han sido endebles, hasta partirse. Lucía Cuín, que se presentó por Vox, apoyó la investidura del socialista Ortiz tras darse de baja del partido a dos días de la investidura. Alegó que había sufrido presiones por su presencia en un acto del orgullo LGTBI y que ella no era homófoba. “Parecía que yo había cometido un asesinato por estar en el despliegue de una bandera LGTBI”, ha recordado este lunes, antes de ser ovacionada por el sector socialista del público.

Avelina González, ahora recién expulsada de Por Mi Pueblo, tampoco apoyó en 2019 a la candidata del PP, a pesar de que su ya ex partido era una escisión del PP, o precisamente por eso. Este lunes se ha declarado arrepentida, insinuando que entonces solo fue la herramienta para la venganza de Pedro Fernández Montes, el exalcalde popular, contra Margarita del Cid. “Al segundo mes me di cuenta que había sido un grave error no haber apoyado al PP. Hoy le pido a todos los votantes del PP perdón por mi actuación”, ha dicho. “El problema es que ya había entrado el caballo de troya, y había sido embaucado el concejal Nicolás de Miguel”.

La bisagra que ha facilitado el cambio, y que antes sostuvo al gobierno socialista, es Nicolás de Miguel. Excandidato a lehendakari, logró su acta como concejal de Ciudadanos, pero dejó el partido pocos meses después, declarándose “progresista” y obteniendo una concejalía, que abandonó un año después. De Miguel, que ha pasado por IU, UPyD y Ciudadanos antes de volar solo, ha dicho hoy que para él los partidos son “instrumentos, nunca un fin en sí mismo”.

Del Cid, primera alcaldesa

Del Cid es la primera alcaldesa de Torremolinos desde que se independizara de Málaga, en 1988, y logra su gran objetivo político después de unos años turbulentos para ella y el Partido Popular local. La nueva alcaldesa sustituido al polémico exalcalde Pedro Fernández Montes al frente del PP mientras sufría las consecuencias de su despecho. Fernández Montes gobernó el municipio con un estilo autoritario que marcó al partido hasta después de su desalojo, en un bochornoso Pleno celebrado en 2015. Apartado del PP tras unas tormentosas asambleas, se fue cargando contra Del Cid y la dirección popular, facilitó el gobierno socialista y creó un nuevo partido, Por Mi Pueblo. Al final, la única concejal de Por Mi Pueblo ha acabado marchándose del partido para devolver el gobierno al PP. 

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