El PP arropa a Juan Manuel Moreno, el candidato prematuro
“¿Cree usted que Juanma Moreno ganará elecciones?”. “Sí, claro” contesta Claudio López, que dentro del auditorio de Torremolinos sigue llevando un gorro para protegerse del frío. Y justo después dice: “Pero le falta chispa. Tenía que ser más impulsivo. Sacarse algo de la manga que enganche a los andaluces. Que quite las peonadas, que es el voto cautivo. Que salga más en la tele. Que vaya a las capitales. Tiene que trabajar mucho. Y tener más chispa”. Parece que no lo tiene tan claro, aunque sujeta un cartel reversible inspirado, en una de sus caras, por Luis Aragonés: “Málaga Presente con nuestros Presidentes. Mariano y Juanma. Todos a votar y Ganar, Ganar y Ganar”. El auditorio de Torremolinos, donde Moreno presenta a sus cabeza de lista provinciales a las autonómicas, y Mariano Rajoy presenta a Moreno, está lleno. 3.000 personas. Hay muchos de pie.
Como el acto no era cualquiera, sino la presentación oficial de un candidato al que muchos aún desconocen, el PP arropó a Juanma Moreno con sus máximos representantes institucionales: María Dolores de Cospedal, secretaria general, y Mariano Rajoy. Solo ayer el comité electoral ratificó su candidatura, paso necesario antes la presentación en Torremolinos. Consciente, quizás, de que necesita difundir rápidamente su imagen, más incluso que su palabra, Moreno se encomendó a la militancia: “Necesito más que nunca de vuestro compromiso, de vuestro entusiasmo. Os pido que os volquéis. Que no quede ningún rincón donde no habléis del cambio que representa el PP de Andalucía”. “¡Guapo!”, le piropeaban, y él reconoció que se notaba que estaba en su tierra, entre los suyos, donde los piropos vuelan fácil. “Es estupendo”, resumía Valeska Zarco al final del acto. Pero también concedía que le falta darse a conocer: “Pero con la gente que conocemos hemos estado hablando de él. Ya vendrán las cosas, poquito a poco”. Otros le ponían lógica. “Sí se le conoce; quien no lo conoce es la gente de otros partidos”, opinaba José Antonio Sánchez, otro simpatizante
El candidato al que le faltaba “chispa” arengó a un público al que ya tenía ganado, pero los votos estaban fuera del auditorio. Sus primeros mensajes en clave programática fueron sobre empleo (“voy a invertir hasta el último céntimo en crear empleo y oportunidades para nuestros jóvenes”), inversiones (“aquí no vamos a pasar por el bochorno de devolver 800 millones de euros por la incapacidad de la señora Díaz y el socialismo”) e impuestos (“siempre me lo decís: Juanma, por favor, quita el impuesto de sucesiones y donaciones. ¿Habrá impuesto más injusto que ese? Más de 5.000 andaluces no han podido recibir su herencia porque no han podido pagar”). El candidato pidió a Susana Díaz que se comprometa a que gobierne la lista más votada, y la acusó de estar preparando “la entrada de Podemos en las instituciones”. Aunque Díaz ha reiterado que no pactará con la nueva formación política, la proclama pareció calar. Verónica Llamas, una joven que había acudido con su madre, lo expresó así: “Ganar, sí. Gobernar…”. Y ponía una mueca de escepticismo. “Gobernará el PSOE con la juntera de Podemos”, vaticinó alguien, recogiendo el guante al vuelo.
Mariano Rajoy: “Está aquí para quedarse, no para irse”
También Rajoy pidió ayuda para Moreno. “Está preparado”, opinó el presidente del Gobierno, a quien Moreno presentó como “una de las grandes referencias de la política en España”. “Está aquí para quedarse y no para irse. Lo dejó todo por venir a Andalucía”, insistió, y por ahí atacó, entre alusiones reiteradas a las supuestas intenciones de Susana Díaz de dar el salto a Madrid. “Nosotros somos lo serio”, se presentó Rajoy, que centró su discurso en la mejora de las previsiones macroeconómicas: “Lo que ha costado tanto no se puede disolver como un azucarillo. Lo que toca es continuar con las políticas reformistas. A lo mejor toca también explicarse mejor”. Cree Rajoy que esas cifras sí se perciben entre la ciudadanía. “Algo se ve”, fue diciendo después de cada dato positivo que citó. Había sido entrar él en el auditorio, y cortarse repentinamente el micro, que en ese momento sostenía Oña. Sonó entonces el himno a toda potencia, y todos levantaron sus móviles para inmortalizar el momento, menos Claudio López, que le dio la vuelta al cartel: “Dicen no pactaremos jamás con el PP. Ja ja ja, están acojonados”.
Presentados por Dolores López Gabarro, antes habían desfilado los candidatos número uno y una número dos, Esperanza Oña, escolta de Juanma Moreno en la lista por Málaga. Había que hacerlo, porque solo repiten dos: Carlos Rojas, por Granada, y Antonio Sanz, por Cádiz. No hay alcaldes ni alcaldables en las candidaturas, lo que confiere a las listas de estas elecciones un toque de bisoñez. Como Moreno, muchos tendrán que decirle a los ciudadanos quiénes son y qué han hecho. Cada uno expuso un agravio: la salud de los onubenses, el paro de Cádiz, la escasa promoción turística de Jaén, las aulas prefabricadas en Granada, la supuesta falta de inversiones autonómicas en Málaga… “Málaga siempre ha estado pisoteada” espetó Oña. Y el público malagueño aplaudió. Antes, el anfitrión, Pedro Fernández Montes, había llamado a “machacar con estas ideas en la calle”. El alcalde de Torremolinos había arengado: “Andalucía necesita un cambio y los andaluces necesitan a Juanma Moreno”, y se escuchó un “ay, ay” que, por aquellas cosas de las mutaciones fonéticas, quería ser un “ahí, ahí”. Hasta alusiones a su guapura recibió Moreno de boca de Fernández Montes: “Y no lo digo porque me caiga simpático o sea bien parecido, que lo es”.
¿Y se le conoce lo suficiente? Cuando se le pregunta, Antonio Picón, un asistente, contesta que conoce a Juanma Moreno personalmente: “Ha estado hace una semana en el Hotel Don Pepe”. A su lado, Juan Merchán da su opinión sobre lo que necesita el país, haciendo una pausa dramática entre cada palabra. “Políticos. Jóvenes. Con poder. Con genio. ¡Con la cartera controlada! En principio, este es bueno. Dentro de unos meses, ya hablaremos. Que le miren la cartera al entrar y al salir”. Esto último lo dice rápido, porque suena el himno, atronador, y los dos, que rondan los 70, zanjan la conversación, buscan sus banderas de Andalucía y las agitan. Ha llegado el líder, Juanma Moreno, al que hay que hacerle sentir que se le conoce y se le quiere.