Los recortes en cultura no pueden con el Premio de Piano de Jaén
- La crisis ha recortado los fondos de varios concursos de piano en los últimos años.
En tiempos de crisis la cultura se resiente. Es más fácil explicar por qué se acaba la música que razonar el cierre de un quirófano. Pero no para quienes han elegido el arte como forma de vida. Por eso los concursantes, entrevistados por eldiario.es/Andalucía se congratulan de la existencia de galardones como el Premio Jaén de Piano. “Es una suerte que sigan haciéndolo con la marabunta que está cayendo”, apunta José María Villegas, uno de los 9 españoles que ha competido en esta 55ª edición del certamen internacional. “Hay muchos concursos que paran o incluso que cierran. Es muy bueno que en España siga este concurso después de tantos años”, subraya la pianista greco-venezolana Alexía Mouzá.
La crisis ha recortado los fondos de algunos concursos de piano en los últimos años. En 2010, el 'Ciudad de San Sebastián' se suspendió por falta de recursos y desde 2011 es un certamen bianual. El 'Antón García Abril' de Teruel redujo en 2011 la cuantía de algunos de sus galardones, y el 'Paloma O’Shea' de Santander, uno de los más populares, rebajó el año pasado un 26 por ciento su ficha artística para la final y la semifinal, gracias a que orquestas y directores redujeron su caché. Sólo el barcelonés 'María Canals' -que, en cada convocatoria, alterna el piano, el canto y la música de cámara- mantiene su apuesta intacta. Por su proyección internacional, el concurso jiennense se mide con el catalán.
La presidenta del jurado jiennense, Ana Guijarro (concertista, catedrática de piano y directora del Conservatorio Superior de Música de Madrid), insiste en que “a nivel mundial, todos los concursos que participan de la federación internacional se mantienen, porque forman parte del interés cultural de los países correspondientes”federación internacional . “Los grandes concursos: Ginebra, Chopin, Queen Elizabeth..., esos no han caído, por eso son importantes” y añade que es con estos certámenes, por calidad y antigüedad, “con los que debe medirse el Premio Jaén, no hay que mirar sólo lo que ocurre en España”, dice Guijarro.
La crisis se nota
Eso sí, admite que la situación económica sí se nota en el concurso, aunque no en la organización. Este año, destaca “una mayor afluencia de concursantes mayores de 25 años, porque quizá sea complicado para ellos abrirse campo en el mundo de la música y aprovechan los concursos internacionales para darse a conocer, para tener la experiencia de tocar en público, dado que ahora es difícil que puedan tener conciertos a nivel institucional o en medios musicales”.
El pianista húngaro Tamas Vesmas, también miembro del jurado y director de la Schola Cantorum de París, suscribe las palabras de Guijarro y alaba la apuesta institucional por proteger al concurso de los recortes. E insiste en el valor que para la ciudad tiene “ toda esta afluencia de pianistas extranjeros, porque todo el mundo vuelve a su país y habla de Jaén”. Vesmas sostiene que el “resultado positivo de la crisis es que en todas las manifestaciones culturales hay un interés público que sostiene la vida cultural; la gente está harta de malas noticias y viene a conciertos o a exposiciones en busca de alimento espiritual”, argumenta para justificar la necesidad de mantener la actividad cultural por encima de los avatares económicos.
El Premio Jaén de Piano conoce esas vicisitudes. Sus propios orígenes son complejos. Entre 1953 y 1956 se celebró alguna edición, entonces sólo de ámbito nacional, y con bastantes dificultades de patrocinio. En 1956 empieza a convocarse con regularidad, aún así hasta que en 1991 la Diputación de Jaén asume la gestión, las dificultades lo habían dejado en suspenso en varias ocasiones. De ahí que, 60 años después de la primera convocatoria, el premio alcance su 55 edición.
Cualificación
Eso sí, durante los últimos 20 años ha ido en ascenso y hoy “fuera de España hablas del Premio Jaén y es uno de los concursos que más se conocen”, subraya el concursante José María Villegas. Una sentencia que comparten los miembros del jurado. Precisamente es la cualificación del jurado (8 profesores y concertistas de proyección internacional) lo primero que destacan los concursantes; después, la complejidad y amplitud del repertorio y, por último, pero no menos importante, el respaldo. “Te ayudan mucho. Dan mucho al estudiante”, explica Mouzá, pianista que ya acudió a la cita jiennense el año pasado. “Es muy importante que te ayuden”, añade, “si el concurso está bien organizado y se siente acogido, el estudiante se centra en tocar y no tiene que pensar en cosas cotidianas como dónde comer o alojarse”. Sobre todo para los intérpretes extranjeros (30 de los 39).
El concurso está dotado con 52.000 euros en premios, pero además sufraga los gastos de alojamiento de los pianistas y concede una bolsa de viaje (actualmente de 300 euros) para quienes superen la primera eliminatoria. A esto suman otros 400 en caso de que lleguen a la tercera prueba y no pasen a la final ni obtengan alguno de los 5 premios con dotación económica.
Para el certamen jiennense siempre ha sido un objetivo lograr que los participantes se sintieran cómodos. “No pienso en el dinero, no es mi prioridad cuando acudo a un concurso. Primero miro el programa, el jurado, la experiencia, la oportunidad de tocar ante el público…”, esas son las razones de la rumana Alina Bercu para quien los concursos son parte de su carrera musical. Las suscribe el español Antonio Bernaldo de Quirós quien, no obstante, añade que “los concursos significan gastos de transporte y demás”, lo que implica que la crisis puede provocar oscilaciones al alza, y a la baja, en el número de concursantes en los certámenes, aunque “la gente sigue viniendo a los importantes”, apostilla, porque esto permite a los concursantes “darse a conocer”. La presidenta del jurado señala que esas oscilaciones en el número de concursantes (esta edición ha sido una de las más numerosas) no condicionan el prestigio del concurso. “La crisis no afecta al nivel; al revés, cuantos más participantes, más posibilidades de calidad hay”, subraya Guijarro.
Importa la experiencia
Lo que buscan los concursantes con los premios no siempre es ganar. “Lo primero es el reto de intentar conseguir un gran repertorio a un gran nivel. Eso hace que te aprietes las tuercas para poder tener ese nivel. Si además tienes la suerte de conseguir un premio… mejor”, explica Villegas, que ha llegado hasta la tercera eliminatoria. “Es una buena experiencia, por eso intento ir a diferentes competiciones para poner a prueba mis mejores condiciones”, recalca Bercu “normalmente voy a tres, cuatro o cinco cada año porque es bueno y estimulante practicar un gran repertorio”.
Las tres pruebas eliminatorias del Premio Jaén de Piano comenzaron el 5 de abril. A la cita habían acudido 39 pianistas de los 67 que se inscribieron inicialmente. Sólo tres concertistas han llegado a la final (el cubano Marcos Raúl Madrigal, el el georgiano Nicolás Namoradze y el ruso Eugeny Starodubtsev) y se repartirán los seis galardones que se otorgan en la convocatoria. Sus interpretaciones son las que han seducido al jurado con su técnica y su musicalidad, pero sólo uno obtendrá el prestigio asociado a la medalla de oro del concurso y los tres conciertos que le ayudarán a encontrar, como advierte la presidenta el jurado,“un campo donde abrirse camino”.
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