Susana Díaz cierra la “banda ancha” del PSOE para el 2D: repite el 80% de sus candidatos y deja fuera a los sanchistas
“Mi Gobierno es de banda ancha, cabe todo el mundo”. La presidenta de la Junta y candidata a la reelección, Susana Díaz, utilizó esta llamativa frase hace unos días para explicar que el PSOE andaluz tiene una base social amplia, capaz de absorber a las personas, ideas y propuestas ajenas que se comprometan con el proyecto socialista. Mientras pronunciaba estas palabras, las asambleas locales del PSOE en todas las ciudades y pueblos de Andalucía debatían y votaban quiénes serían sus representantes en las listas electorales para los comicios del 2 de diciembre.
La “banda ancha” de Susana Díaz tiene la peculiaridad, por primera vez en la historia del PSOE, de contar con unos estatutos de partido que estrena la federación andaluza, y que en teoría otorgan más poder a la militancia para elegir por voto directo a sus candidatos en los distintos procesos electorales. Este sistema es un reflejo del cambio de personalidad política que sufrieron los socialistas tras las cruentas primarias de Pedro Sánchez contra Susana Díaz. Se trata de un nuevo reglamento interno que fue aprobado en el 39 Congreso federal del PSOE, promovido por el propio Sánchez, que recuperó la secretaría general erigiéndose como portavoz de la militancia frente al aparato orgánico que representaba Díaz.
Cualquier afiliado socialista, en su asamblea local, ha podido estos días levantar la mano y postularse como candidato en la lista electoral de su provincia al Parlamento andaluz, o proponer a su vecino como independiente, aunque no milite en el PSOE. En teoría, los candidatos pueden ser elegidos de abajo arriba gracias a un sistema que, según se dijo en el congreso, era “el más participativo que había existido nunca en la formación socialista”. ¿Y cómo ha funcionado esta revolución estatutaria en la práctica?
La federación de Susana Díaz ha sido la primera en poner a prueba este método, pero las listas electorales definitivas que han salido del Comité Director de este sábado apenas difieren de las que se aprobaron para las elecciones andaluzas de 2015. La renovación de las listas ha sido mínima. Casi el 80% de los candidatos en puestos de salida ya eran diputados en el Parlamento o consejeros en el Gobierno en esta esta legislatura. De los 47 escaños que tiene ahora el PSOE, 37 candidatos elegidos, supuestamente, con mayor participación de las bases ya ocupa un puesto en la Cámara autonómica.
Hay listas, como las de Cádiz, Huelva o Sevilla, que están prácticamente calcadas a las de 2015. La candidatura de la capital andaluza ha sido una de las más discutidas, porque había “overbooking de consejeros” (cuatro). La entrada del titular de Hacienda, Antonio Ramírez de Arellano, en el segundo puesto (por detrás de Susana Díaz), y el consejero de Turismo, Javier Fernández, en el cuarto, ha obligado a desplazar al titular de Cultura, el sevillano Miguel Ángel Vázquez, al número cinco de la candidatura de Cádiz (en sustitución del histórico Luis Pizarro, que abandona la política activa). Los pocos cambios que hay no parecen tampoco promovido por las bases: salen diputados actuales para hacer hueco a los consejeros o incluso a miembros relevantes del partido, como el número tres del PSOE andaluz, Francisco Conejo, que entra en la lista de Málaga.
Conejo no es el único dirigente socialista que se convierte en candidato. Susana Díaz suele solapar los cargos en el partido con los puestos de su Gobierno y, a veces, del Parlamento. En esta legislatura los tres miembros socialistas en la Mesa de la Cámara eran secretarios provinciales del PSOE, lo cual motivó muchas quejas y denuncias de la oposición que acusaban a la presidenta de “burlar la separación de poderes”. En las listas para el próximo 2D repite el secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo (número tres por Cádiz); el presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán, (cabeza de lista por Córdoba); y cuatro de los ocho secretarios provinciales en puestos de salida.
De abajo arriba
Los “candidatos de la militancia y elegidos desde abajo” son prácticamente los mismos nombres que los candidatos nombrados desde arriba por las direcciones provinciales y regional. Los nuevos estatutos no han revolucionado las listas de nombres que acompañan a Susana Díaz, no hay independientes ni aspirantes que emerjan desde abajo ni mucho menos sanchistas, aunque en algunas agrupaciones se han postulado personas afines al secretario general y críticos viscerales con la presidenta andaluza. “No ha habido vetos porque no ha habido mucho debate. El PSOE andaluz tiene su maquinaria electoral muy bien engrasada, Susana Díaz tiene alineados a los ocho secretarios provinciales y éstos -la mayoría- controlan bien sus aparatos”, dice una voz crítica entre los socialistas de Sevilla.
Aunque los estatutos aprobados en el 39 Congreso cedieron más poder a las bases, al final se decidió que los órganos de dirección del PSOE conservarían la última palabra para decidir la composición de las listas electorales. La ejecutiva regional tenía potestad para alterar el orden de nombres elegido por las asambleas locales y las direcciones provinciales, aunque fuentes del partido admiten que “no ha hecho falta”.
También Ferraz se reserva el derecho de modificar las listas electorales de Andalucía, aunque lo previsible es que avalen las listas de Susana Díaz sin pelear por una mayor integración de los aspirantes sanchistas. Sánchez está volcado en el Gobierno y el diálogo entre Ferraz y San Vicente está comprometido en “naturalizar” el vínculo entre el presidente y la candidata andaluza de cara a los próximos comicios. “Ahora suman”, dicen fuentes del PSOE andaluz.