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La pandemia encierra a Reyes en un laberinto burocrático: “Quiero ir a trabajar, pero necesito un centro de día abierto para mi madre”

Sanitarios del Hospital Virgen del Rocío.

Javier Domínguez Reguero

Sevilla —

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Reyes (nombre ficticio) está en una situación de “desesperación total”. Lleva días enredada en una maraña burocrática que apenas le ha dado respuestas. “Habla con… dirígete a… presenta esta solicitud… pide el papel….”, todo son obstáculos para esta auxiliar administrativa del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en el hospital sevillano Virgen del Rocío. Desde que la Junta de Andalucía instase a la clausura de los centros sociosanitarios y centros de día y participación activa por el aumento de contagios de Covid-19 a principios de septiembre, Reyes no tiene a nadie con quien dejar a su madre. La anciana, de 86 años, sufre de alzhéimer y “es incapaz de gobernarse por sí misma” como declaró el pasado julio el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Dos Hermanas (Sevilla), que le otorgó la tutela a su hija.

Antes del inicio escolar, Reyes cuadraba los horarios con sus hijos para el cuidado de su madre. Una vez comenzaron las clases ella ha tenido que quedarse en casa. “No tengo dinero para contratar a una persona que se haga cargo de mi madre”. La última vez que acudió a su puesto de trabajo fue el viernes 18 de septiembre. Desde entonces, ha encadenado días de vacaciones y una baja con fecha de 23 de septiembre por “un ataque de ansiedad” aunque en el parte médico no se especifica la razón. Reyes repite la respuesta del médico: “Es un problema de conciliación que debe resolver con su empresa”. El 1 de octubre, la incapacidad temporal fue ampliada hasta el 9 del mismo mes. “Yo quiero ir a trabajar, pero necesito una guardería para mi madre”, insiste.

El problema al que se enfrenta esta empleada pública es el cortocircuito administrativo. Es su queja principal en las distintas conversaciones que ha mantenido con este diario. “Me están mareando y estoy dando palos de ciego”, resalta.

Deber inexcusable

- “Te llamo para confirmar que tú, pasado mañana (por el jueves 24 de septiembre) vienes, ¿no?”, le pregunta a Reyes un jefe de celadores.

- “Yo el jueves, no creo. Si yo voy, voy con mi madre”, contesta.

El 16 de septiembre Reyes rellenó un justificante de presentación presencial en el Registro General del Hospital Virgen del Rocío. A través de este documento, y acogiéndose al artículo 25 del Manual de Permisos, Vacaciones y Licencias del personal de centros e instituciones Sanitarias del Servicio Andaluz de Salud, solicitó permiso para un deber inexcusable de carácter personal y por deberes relacionados con la conciliación de la vida familiar y laboral. Para el cumplimiento de estos deberes, uno de los requisitos indispensables es demostrar una “situación de dependencia directa respecto del titular del derecho”. La Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía otorgó a su madre el grado II de Dependencia Severa con 50 puntos en el Baremo de Valoración de Dependencia (BVD) en julio de 2019. Requisito cumplimentado.

Pero Reyes recibió un par de llamadas, audios a los que este diario ha tenido acceso. “Hemos consultado con [Dirección de] Personal y nos han dicho que no procede. El permiso que estás solicitando no está contemplado en la actual normativa”, insiste el jefe de celadores. Por otro lado, su supervisora le comunicó que “lo del deber inexcusable que apareció por lo del Covid ya se quitó en junio”.

Fuentes del hospital expresan que estos permisos “se valoran caso a caso”. Es cierto que la solicitud de Reyes no fue presentada con una antelación de al menos 15 días. Pero, ¿cómo se predice la clausura de una unidad de estancia diurna o un positivo por coronavirus? Ella expone que la realizó nada más conocer el cierre del centro de día en el que su madre es usuaria. “Todos los permisos y licencias se facilitan siempre que se cumplan los requisitos y que el personal se pueda ausentar. Se tienen que dar los dos motivos”, apuntan desde el hospital.

Teletrabajo

La Junta de Andalucía ha alcanzado recientemente un acuerdo con los sindicatos CSIF y UGT para que a los empleados públicos con personas dependientes a su cargo se les reconozca la posibilidad de teletrabajar al 100% de la jornada en caso de cierre total o parcial de los centros asistenciales. A pesar de que el SAS cuenta con un procedimiento para teletrabajar, Reyes no ha podido acceder a esta opción. “Me dicen que se tiene que reunir la mesa sectorial”, cuenta. Desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) apuntan que en el punto dos del acuerdo de la Mesa General “queda claro que el ámbito de aplicación es para todos los empleados públicos sin excepción”. Las fuentes sindicales van más allá: “No debería haber lugar a la arbitrariedad independientemente de lo que se decida en las mesas sectoriales”. La Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía no ha respondido a las preguntas de este diario.

Reyes preguntó a sus superiores sobre la opción de teletrabajar. La respuesta fue contundente: “No existe en la actualidad”, le dijo uno de sus superiores. Desde el Virgen del Rocío expresan que “el teletrabajo se da de manera general, pero cuando un profesional del SAS lo solicita se valora si en su caso es posible o no”. En caso negativo el hospital entiende que la actividad desempeñada no lo permite debido a las circunstancias del servicio. “Puedo dar cita y hacer la programación de quirófano desde casa. Tengo una compañera que lo ha hecho”, argumenta Reyes.

¿Cómo garantiza Dirección de Personal del Hospital Virgen del Rocío que se cumple tanto con el permiso de deber inexcusable como con la fórmula del teletrabajo? ¿Está al tanto dicho departamento del caso de Reyes? ¿Son sus superiores los que entorpecen el proceso? “Estoy segura que la jefa de personal de administrativas está parando mi caso. Casi pondría la mano en el fuego”, dice Reyes.

El pasado 2 de octubre, la auxiliar administrativa presentó en el Registro General del Hospital Virgen del Rocío un escrito detallando su caso. “Solicito me sea concedida la modalidad de teletrabajo para poder compatibilizar mi vida laboral con la familiar, mientras permanezca esta situación”. Además, requiere una contestación por escrito, cosa que no obtuvo en el rechazo de su primer justificante. Esto puede ser una prueba por si decidiese optar por interponer una denuncia e iniciar así la vía judicial. El miércoles 7 de octubre presentó el Anexo I de la solicitud de modalidad no presencial de trabajo. “Tenía rellenado este documento desde septiembre, pero me dijeron que este permiso se había dejado de dar”, reitera.

Con el centro de día en el que su madre es usuaria cerrado por la tasa de incidencia acumulada en el municipio sevillano de Dos Hermanas, Reyes no tiene más alternativas: o permiso por deber inexcusable o teletrabajo. “No duermo. Lloro como las magdalenas”, dice. Es consciente de que con la publicación de su caso el hospital le atribuya equivocaciones a la hora de encontrar una solución, pero “ya no puede más” con los vaivenes burocráticos. “No me merezco que me estén tratando así”, remata.

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