El futbolista Rubén Castro achaca en el juicio a los celos las denuncias de violencia de género de su expareja

El futbolista del Betis,a su llegada a los juzgados, con su abogado

Javier Ramajo

“Jamás le he puesto la mano encima”. Rubén Castro, futbolista del Real Betis Balompié, ha negado cualquier episodio violento sobre su expareja sentimental en el juicio que este jueves celebra el Juzgado de lo Penal número 14 de Sevilla. La Fiscalía le pide cuatro años de prisión por varias agresiones. La presunta víctima, que pide hasta ocho años y nueve meses de cárcel por presuntos delitos de malos tratos habituales, agresión sexual y maltrato en el ámbito familiar, ha declarado a puerta cerrada y, según fuentes del caso ciatadas por Europa Press, ha ratificado “punto por punto” la denuncia “con mucho dolor y pesar”, señalando que se trata de “la época más horrible de su vida”.

El delantero del equipo sevillano ha calificado de “loca” y con “bastantes” altibajos la relación que mantuvieron durante aproximadamente dos años, entre 2011 y 2013, después de que un amigo les presentara en una conocida discoteca de la capital hispalense cuando ella trabajaba de go-go. Castro, que se ha negado a responder a las preguntas de la abogada de la acusación particular, ha negado los distintos momentos, hasta siete, en los que presuntamente habría agredido a la joven. Además de la declaración de la denunciante, está previstos los testimonios de una quincena de testigos.

Castro ha asegurado ante el tribunal que no estaba enamorado de su expareja y que su relación obedecía a que “nos atraíamos sexualmente, nada más”. Ha negado que llegaran a convivir juntos y que no estuvieron juntos más de tres o cuatro días seguidos. El futbolista ha narrado incluso un episodio en el que ella le golpeó en la cara, otro en el que trató de embestirle con su coche y otro cuando ella entró en la zona VIP de una discoteca “pegando voces” y “con dos copitas de más”.

También ha comentado las numerosas ocasiones en que ambos se citaban en un hotel sevillano para tener sexo y que él “siempre” abonaba la habitación. Preguntado por las razones por las que discutían, Castro ha dicho que por los motivos de cualquier pareja (“todo el mundo discute”) pero, a preguntas de su abogado, ha reconocido que eran “los celos” de ella lo que, a su juicio, ha provocado su procesamiento en los tribunales, recordando que le había recriminado “muchas veces” que pasara tiempo con otras jóvenes. “Cada uno hacía lo que quería, nada más”.

Castro ha negado insultos, agresiones o amenazas hacia su expareja, señalando que no quiso consolidar su relación y que no se la presentó a sus padres porque “creo que a mi madre no le iba a gustar”. También ha explicado que él la ayudaba económicamente a veces porque le decía que le costaba “llegar a final de mes”. También ha negado que le impidiera quedar con sus amigos o que le pusiera algún problema por su vestimenta o por su trabajo en la discoteca.

Declaración de los testigos

Después del acusado, y según informa Europa Press, ha declarado a puerta cerrada y durante cerca de dos horas la denunciante, quien, según las fuentes del caso, ha ratificado “punto por punto” la denuncia “con mucho dolor y pesar”, señalando que se trata de “la época más horrible de su vida”.

En la vista oral han declarado también tres amigas de la denunciante, una de las cuales ha asegurado que, en una ocasión y estando en casa del imputado, se produjo un “forcejeo” entre éste y la denunciante en el marco del cual el delantero del Betis le propinó una patada en el estómago a su expareja, tras lo que ésta cayó al suelo.

Las otras dos amigas y un exnovio de la denunciante han ratificado los presuntos malos tratos atribuidos al futbolista, aunque han precisado que nunca presenciaron ninguno de estos episodios y que lo que saben lo conocen a través de ella, que incluso les remitió fotografías con las lesiones, como moratones en el ojo, los brazos o en el cuello.

Era una relación “tóxica”, ha manifestado una de las amigas de la denunciante, que ha afirmado que le llegaron a decir que denunciara los hechos y que dejara al futbolista, algo que no hizo. “Cuando estás enganchada a una persona, no puedes salir de ese círculo, ella estaba ciega”, ha dicho otra testigo.

Una de las amigas de la denunciante ha explicado que llegó a maquillarla para que no se le notaran las lesiones de la cara y así sus padres no llegaran a saber lo que estaba pasando.

En la vista oral, a la que han acudido futbolistas del Betis como Adán y Petros, también han declarado dos recepcionistas del hotel donde supuestamente tuvo lugar una de las agresiones, que han asegurado que no vieron ninguna lesión en la víctima ni ésta tenía los ojos llorosos, así como varios trabajadores de sendas discotecas y el futbolista del Betis Álex Martínez.

En este sentido, los trabajadores de una discoteca ubicada en el parque de María Luisa de Sevilla donde tuvo lugar uno de los supuestos incidentes han dicho que, la noche del 27 de mayo de 2013, la denunciante llegó “con alguna copita de más” y se dirigió al reservado donde se encontraba el futbolista, a quien “enganchó por el cuello” e “intentó darle”.

Los trabajadores de esta discoteca han asegurado que no vieron que el futbolista golpeara a la denunciante y han llegado a decir que a ésta “se le ha restringido el paso a varias discotecas por problemática”, calificando al imputado como una persona “correcta”, que “nunca ha tenido ningún problema con nadie”.

De su lado, la trabajadora de un supermercado ha relatado cómo, un día, observó al futbolista en el exterior del establecimiento apoyado en un vehículo en cuyo interior se encontraba su expareja sentimental, quien “le dio un guantazo”, tras lo que el delantero se marchó y ella dio “un acelerón” en dirección al imputado.

Informes forenses

Por su parte, el futbolista Álex Martínez ha asegurado que su compañero de equipo “es tonto de lo bueno que es”, señalando que “no se mete en nada y siempre está callado”, y ha asegurado que el día 16 de octubre de 2012 se encontraba en una discoteca de Sevilla y pudo ver cómo la denunciante entraba en el local y “le soltaba una guantá en la cara” a Rubén Castro, que se encontraba en el establecimiento junto a unos amigos.

Álex Martínez, por cierto, ha protagonizado una de las anécdotas de la jornada cuando el juez le ha llamado la atención para que no tuteara y se dirigiera de usted tanto a la fiscal como a la abogada de la acusación particular.

También ha testificado un exjugador del Betis que fue coordinador de seguridad del club y que ha relatado dos incidentes, uno de los cuales tuvo lugar en una discoteca, cuando la denunciante, que era “supercelosa”, se presentó en el local, se dirigió hacia Rubén Castro “y le dio manotazo”.

En otra ocasión, ha relatado que fue con Rubén Castro a la playa y, en un momento dado, apareció la denunciante y se dirigió al imputado para hablar con él, por lo que el testigo advirtió al delantero para que se fueran de allí puesto que contaba con una orden de alejamiento respecto de la joven.

Durante la vista oral también han declarado los médicos forenses que examinaron a la presunta víctima, uno de los cuales ha dicho que las lesiones que ésta presentaba eran “evidentes” y “pocas veces” ha visto lesiones “tan importantes”, ya que incluso tenía “dificultad” para abrir la boca.

Tras ello, la fiscal ha elevado a definitiva su petición de cuatro años de cárcel para el futbolista por un delito de malos tratos habituales, un delito de amenazas leves y seis delitos de maltrato en el ámbito familiar, y ha solicitado que se deduzca testimonio contra el delantero por un presunto delito de quebrantamiento de medida cautelar.

De su lado, la acusación particular que ejerce la exnovia del delantero del Betis ha solicitado para el futbolista ocho años y nueve meses de cárcel, mientras que el abogado de Rubén Castro ha solicitado su absolución, protagonizando un rifirrafe con el juez tras recriminarle a éste el “sentido inquisitivo” de sus frases.

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