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Flores de espantalobos para salvar mariposas en peligro de extinción

Espantalobos en flor donde criarán luego las mariposas

Nerea Lozano

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La Sierra de Albarracín trabaja en la plantación de espantalobos o conocida científicamente como Colutea arborescens con el objetivo de recuperar la especie de mariposas de tonos azules, violetas y grisaceos Lolana debilitata, que necesita de este arbusto para sobrevivir. De ello se está encargando el Parque de Fauna La Maleza, ubicado en el término municipal de Tramacastilla, en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). 

“Este animal solo puede vivir en presencia de esta planta”, explica Ricardo Almazán, uno de los gestores de La Maleza. Y es que, tal y como relata, esta mariposa deposita los huevos en la flor de este arbusto y luego los envuelve con el fruto, que será lo “único” que comerán una vez nazcan. Después, saldrá la mariposa y se repetirá el ciclo, aunque los meses o años que pasen variarán, por ejemplo, en función de la climatología.  

En las últimas décadas la población de esta especie de lepidóptero se ha reducido drásticamente, siendo uno de los motivos principales la desaparición de la planta del espantalobos. Una planta que se caracteriza por la resistencia a “temperaturas extremas”, que crece aún con la ausencia de agua, pero que requiere de luz solar y que florece durante mayo y junio para en julio tener sus frutos. 

Según enumera Almazán, esta especie es habitual en la Sierra de Albarracín y por el tipo de suelo, la altitud o el clima debería de haber entre 4.000 y 5.000. Los bosques de pinos cerrados o los creados artificialmente impiden que entren los rayos del sol y el terreno donde sí llegan se ha dedicado a la agricultura por lo que no quedaba espacio para que los espantalobos se reprodujeran. Es por esto junto al “cambio climático” por lo que apenas quedaban 40 ejemplares de este vegetal en la zona. Esta situación ha provocado que este insecto esté catalogado como en Peligro de Extinción en el Libro Rojo de Lepidópteros Ibéricos. 

Mariposas que regulan el ecosistema

Estas mariposas también juegan un papel fundamental en el desarrollo del medioambiente. Como reconocen desde el Parque La Maleza, esta especie tiene una función “ecológica múltiple”, pues en su fase larvaria –entendida como orugas– son fitófagas o lo que es lo mismo se alimentan de materia vegetal que llegan a transformar para que luego pueda usarse por consumidores secundarios. Cuando ya crecen y se les considera adultos, se encargan de absorber el néctar de las flores de numerosos vegetales y tienen la capacidad de polinizar. “Las mariposas del espantalobos son un eslabón muy importante en la supervivencia del ecosistema, son imprescindibles y muchas veces se nos olvida que las necesitamos para vivir”, añade Almazán. 

El proyecto de “preservación y recuperación” de esta planta y en consecuencia de las mariposas, como desarrolla Almazán, dio sus primeros pasos hace tres años con aproximadamente unas 30 plantas en el recinto del parque y ya se ha consolidado al contar con cerca de 150 ejemplares vivos de espantalobos equipados con sistema de riego. En comparación con las que se pueden encontrar en el resto de la Península Ibérica son “muchas” y hace que La Maleza se convierta en un “núcleo” principal para el mantenimiento del espantalobos.  

Las Colutea arborescens de este espacio no son las únicas visibles en la serranía porque entre Monterde y Albarracín también se localizan, al igual que en una pequeña zona de Tramacastilla. Sin embargo, el gestor del parque indica que por el momento los registros marcan que solo se han detectado mariposas provenientes de las plantas del territorio correspondiente a Tramacastilla. “Las mariposas detectan a los espantalobos desde muchos kilómetros y es lo que está empezando a pasar aquí”, señala. 

El trabajo de encontrar esos espantalobos para replantarlos fue “costoso” porque es una planta con nulas utilidades por parte del ser humano, entre otras cosas. De esta forma, primero encontraron algunas en un vivero francés que adquirieron por internet, más tarde descubrieron que estaban “más cerca” y consiguieron otras en un vivero de Teruel y se sumaron otros ejemplares del invernadero con el que la Diputación Provincial de Teruel (DPT) cuenta en Santa Eulalia del Campo. 

Un lugar rico en mariposas

La Sierra de Albarracín se ha convertido en un referente en España y Europa por la riqueza y variedad de mariposas que se dejan ver entre su naturaleza. Como detalla Almazán, en este espacio turolense se contabilizan cerca de 1.120 especies de lepidópteros de las 5.500 que se registran en el espacio peninsular. Hasta el punto de que Albarracín o Tramacastilla aparecen en libros a “nivel europeo” como una zona de interés especial en lo que respecta a este grupo de insectos. “El 5% de las mariposas que viven en la Península Ibérica están en la Sierra de Albarracín”, aseguran desde el Parque Faunístico. 

Por ahora, trabajan para que el número de mariposas que necesitan del espantalobos crezca y si se van obteniendo resultados se continuará con la repoblación de dicha planta. Así, se conseguirá que las colonias de mariposas aumenten y podría hacer posible que deje de ser una especie denominada como en peligro de extinción. Mientras, según aclara Almazán, se recuperará una especie y una planta autóctonas de la Sierra de Albarracín. 

El Parque de La Maleza se centra en la fauna, pero el gestor no quiere dejar de recordar que lo que se obtiene con las visitas y las actividades también “revierte” en el medioambiente. Este proyecto de replantación de espantalobos es ejemplo de ello y gracias a este la reconocida Sierra de Albarracín ya ve volar a estas mariposas moradas y azules que siempre habían estado, pero que por diversos motivos estaban desapareciendo. “Siempre se habla de los grandes animales, pero hay otros muchos pequeños que están en peligro y son igual de necesarios”, concluye Ricardo Almazán.

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