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Las navidades menos blancas en Aragón: sin nieve para esquiar y con el diciembre más cálido de la historia

La estación de esquí de Formigal el pasado 1 de enero de 2023

ElDiarioAragón

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Las elevadas temperaturas del mes de diciembre más cálido desde que se tienen registros en Aragón están dejando sin nieve las cordilleras de la comunidad y sin apenas pistas para esquiar en el dominio más grande de España junto con el Pirineo catalán. Y esto, en unas fechas en las que las estaciones suelen tener una gran afluencia al coincidir con las Navidades. La situación está generando un importante trastorno en un sector considerado estratégico para el Gobierno autonómico y que genera puestos de trabajo estacionales.

El peor invierno para la nieve coincide con la llegada de 26 millones de euros de fondos europeos para unir a través de Canal Roya las estaciones de Astún-Candanchú con Formigal y generar uno de los mayores dominios esquiables de Europa. La decisión ha sido cuestionada por entidades conservacionistas y partidos como IU, que recientemente han hecho actos de protesta en contra de esta macro inversión en una zona de alto valor ecológico. También hay importantes proyectos para ampliar la superficie esquiable en el valle de Benasque y la estación de Cerler. Al impacto medioambiental que puede suponer este tipo de infraestructuras se añade otra pregunta aparentemente más simple: ¿llegará a haber nieve suficiente en los próximos años para justificar semejante inversión? Vistas las cumbres y laderas este año, todo son incertidumbres sobre un sector que depende de las condiciones meteorológicas y que según el Gobierno de Aragón representa alrededor del 7% del PIB aragonés y genera unos 1.300 empleos directos y alrededor de 12.000 indirectos. Hace tan solo un año se defendía la posibilidad de celebrar unos juegos olímpicos de invierno junto con Cataluña en 2030 que decayó por polémicas políticas. Pero hay otra realidad que es clara: y es que años como este evidencian que hay un problema con la falta de nieve.

De los 362 kilómetros totales de las pistas pirenaicas aragonesas, solo hay 60 esquiables. No llega al 16,5% del total, el peor registro del último lustro. La situación es todavía peor en la sierra de Gúdar-Javalambre, en Teruel, donde en pleno mes de enero están cerradas las cuatro estaciones y sus 55 kilómetros esquiables por falta de nieve. Hay casos especialmente paradigmáticos, como los 182 kilómetros de Formigal-Panticosa, de los que solo hay abiertos 25. La situación no es mucho mejor en las estaciones pirenaicas francesas, donde están al 20% y alguna estación, como Gavarnie u Hautacam están cerradas. La principal competencia de las pistas aragonesas, las del Pirineo catalán, tiene algo más de fortuna, ya que ofrecen un rendimiento aproximado del 50% del total, con más de 227 kilómetros para el disfrute de los aficionados de este deporte. La tónica de las estaciones aragonesas es la general en las pistas de la península ibérica, ya que están cerradas todas las de la cornisa cantábrica y la sierra de Madrid y en Sierra Nevada tan solo hay 30 kilómetros esquiables de un total de 111. 

Mientras, se suceden las críticas y las protestas de los usuarios en los foros de las webs especializadas en esquí, donde es unánime la opinión de que el estado de las estaciones pirenaicas es muy malo y criticando que las mantengan abiertas con tan pocos remontes abiertos. Para evitar este tipo de reproches, se aconseja siempre a los usuarios que se informen previamente para saber exactamente en qué condiciones se encontrarán las pistas. 

La preocupación es notoria en los valles pirenaicos, donde consideran que si no llega pronto el frío que permita la llegada de precipitaciones en forma de nieve o mantener de forma artificial la poca que hay, ven muy complicada la temporada, especialmente en unas fechas que tradicionalmente tienen una gran afluencia de público por las vacaciones escolares. Los datos hechos públicos por la Agencia Estatal de Meteorología tras recoger los datos del mes de diciembre de todas sus estaciones de medición arrojan datos preocupantes.

Es el mes de diciembre más cálido desde 1961, primer año en el que se producen registros, con una temperatura media de 14,4 grados en la comunidad, y una desviación de casi dos grados sobre la media normal. Es además el noveno año más seco, ya que tampoco ha llovido ni nevado lo suficiente. Hay un dato que es especialmente revelador: el 31 de diciembre, en Calamocha, se alcanzó una máxima de 18 grados centígrados, y una mínima de un grado. Esto, en la localidad que se considera una de las más frías de España y donde recientemente se ha levantado un monumento que recuerda que el 17 de diciembre de 1963 se registró el récord de temperatura más bajo de toda España, nunca igualado hasta ahora. En concreto, 30 bajo cero. Este año, el mercurio apenas ha bajado de cero grados unos días. 

A pesar de los buenos datos de paro registrados en Aragón en diciembre, se empieza a notar la falta de contratación en el sector de la nieve, y todo el mundo mira al cielo para saber si se va a revertir la situación actual, que está dejando las peores series históricas de lo partes de nieve de los últimos años. Tampoco va mucho mejor la reserva nival, un 20% inferior a la media de la última década. Estos episodios, que pueden revertir en los dos próximos meses en los que todavía puede hacer frío, sí demuestran que el cambio climático está evolucionando de una forma más acelerada de lo previsto, lo que también se confirma con la llegada de episodios especialmente explosivos, como el que se vivió en Europa hace dos años con Filomena. 

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