Cuarenta docentes interinas reclaman al Gobierno de Aragón las vacaciones que no disfrutaron por coincidir con su maternidad
Quieren acabar con lo que consideran una discriminación y, por eso, ante el “silencio” administrativo, han decidido sumar fuerzas. Las docentes interinas, cuya baja de maternidad transcurre en verano, no disfrutan de su mes de vacaciones. Directamente lo pierden en el momento en que su permiso de maternidad coincide con el periodo estival. Tampoco sirven las reclamaciones, puesto que la Administración considera que la relación jurídica ha concluido y, por tanto, no les reconoce esos días.
Cuentan además con el respaldo de una resolución del Justicia de Aragón (defensor del pueblo) de 2014, pero, pese al tiempo transcurrido y la recomendación que hace la institución aragonesa, este asunto todavía no se ha resuelto, de tal forma que tampoco las docentes que este verano han sido madres podrán disfrutar de los 22 días hábiles de descanso que les corresponden por año trabajado.
Sin embargo, fuentes del Gobierno de Aragón aseguran que sí está reconocido este derecho y que la Administración “no se niega a pagar las vacaciones ni a las embarazadas ni a aquellas personas que por incapacidad no puedan disfrutarlas”. Además, sostienen que se está trabajando en un paquete de medidas de conciliación en las mesas técnicas.
Cuarenta reclamaciones en una semana
Este es el caso de las tres profesoras interinas con las que eldiario.es ha contactado, y que son solo una representación de las cuarenta reclamaciones que, tan solo en una semana, ha recogido el sindicato CGT Enseñanza.
La primera, quien prefiere no desvelar su nombre, impartía clases en la Escuela de Bellas Artes de Zaragoza, cuando dio a luz a sus mellizos en junio de 2017. Disfrutó de 18 semanas de baja de maternidad (dos más por parto múltiple), pero perdió su mes de vacaciones. No pudo sumarlo a su baja de maternidad para poder cuidar de sus hijos más tiempo, una práctica habitual tanto en la empresa privada como en la pública.
Esto no ocurre, además, con los funcionarios de carrera, es decir, con los profesores que tienen plaza fija, pero tampoco con los funcionarios interinos de otros ámbitos, como el sanitario, donde, en estos casos, sí pueden disfrutar de su mes de vacaciones. No lo pierden, como ocurre en la docencia.
“Casi tienes que programar cuanto tienes que quedarte embarazada, de hecho, yo intenté planificarlo para que no cayera en verano, pero no te quedas embarazada cuando quieres, y justo me quedé en el peor momento”, explica.
Ella ha cursado su reclamación con la esperanza de recibir, al menos, la remuneración correspondiente a los 22 días de descanso por año trabajado, ya que tenía una vacante de curso completo. Pero asegura que, antes de la compensación económica, ella prefería haber disfrutado de sus vacaciones en ese momento. Es más, lo necesitaba, señala. “Yo he estado con dos bebés con el agua al cuello y sin tener vacaciones”, resalta. Además, lamenta que, no solo ha perdido ese mes de descanso, también otro de cotización, porque, al estar de baja de maternidad cuando comenzó su siguiente contrato, esta vez en el colegio Élaios de Zaragoza, el mes de septiembre no figura en su vida laboral. “He perdido un mes de vacaciones y un mes de cotización”.
Esta indignación es compartida también por otra docente aragonesa, ahora en el Colegio Foro Romano de Cuarte de Huerva (Zaragoza). “Si no hubiera estado de baja de maternidad, yo habría disfrutado o cobrado mis vacaciones”, detalla esta psicopedagoga, ahora de baja de maternidad hasta el 9 de diciembre. Se siente “discriminada” por esta situación, respecto a otras compañeras funcionarias de carrera que sí han podido añadir su mes de vacaciones para ampliar de alguna forma una baja de maternidad que considera “insuficiente”.
Lo lamenta especialmente porque, según comenta, se verá obligada a interrumpir la lactancia a demanda antes de lo que ella le gustaría. Y hace hincapié en que solo ocurre en el ámbito docente: “Tengo una amiga interina que trabaja en el Salud y que, al igual que yo, ha tenido un niño este verano, es decir la misma situación que yo, con la única diferencia de que ella va a poder disfrutar de sus vacaciones y estar más tiempo con su bebé”.
Sara Gascón, en la especialidad de Música, es otra de las profesoras que ha cursado la reclamación después de ser madre el pasado mes de mayo. Ahora, tras su permiso de 16 semanas, está cubriendo una baja de maternidad, en el colegio Alcoraz en Huesca, de una compañera que alargará su baja de maternidad con el mes de vacaciones. Precisamente lo que ella no pudo hacer. Por ello, confía en que, al menos, la Consejería de Educación les reconozca ese derecho y que esta “discriminación” finalice antes de plantearse ampliar de nuevo la familia.
Reclamaciones al Gobierno de Aragón
Desde el sindicato CGT Enseñanza, Lorena Hostalot precisa que llevan años reclamando al Gobierno de Aragón que acabe con lo que consideran un “agravio comparativo” y una “discriminación grave”.
La última ocasión fue el pasado mes de abril en las negociaciones de la nueva orden de permisos y licencias de la consejería de Educación, donde una vez más, recuerda, el sindicato reclamó que se subsanara esta cuestión. Pero, ante esta reclamación, “solo hemos obtenido el silencio por respuesta”, lo que ha llevado a lanzar una campaña de movilización para tramitar de manera conjunta las reclamaciones. De momento, en tan solo una semana, han recibido cuarenta, la mayoría por bajas de maternidad o paternidad, y algunas de bajas médicas.
“Creíamos que tras las últimas negociaciones esto estaba a punto de solucionarse, pero tampoco las docentes que han sido madres este mismo verano van a poder tener su mes de vacaciones”, señala. Ella, al ser funcionaria de carrera, sí pudo disfrutar de ese periodo y sumarlo a su baja de maternidad. “Es un derecho reconocido en todos los ámbitos menos en este”, ahonda.
Las vacaciones corresponden al mes de agosto, ya que en julio los profesores, aunque no imparten clases, están a disposición de la Administración.
Resolución del Justicia de Aragón
Esta reivindicación cuenta además con el respaldo del Justicia de Aragón, que dictó una resolución de 2014 a raíz de una queja presentada por una interina que cubría una plaza vacante en el IES Martínes Varga de Barbastro (Huesca) en el curso 2011-2012. Es decir, “el asunto viene de lejos, y todavía no se ha hecho nada”, indica Hostalot
En su escrito, el Justicia sugirió a la Consejería de Educación que compensara económicamente a una docente interina a la que se negó su mes de vacaciones por coincidir con su baja de maternidad. El Justicia, por entonces Fernando García Vicente, acude al Estatuto de los Trabajadores y a la Ley de Igualdad, para argumentar su decisión, que apoya en una extensa jurisprudencia.
Así, recogiendo expresamente, el texto de la Ley Orgánica de Igualdad, afirma: “cuando el periodo de vacaciones coincida con una incapacidad temporal derivada del embarazo, parto o lactancia natural, o con el permiso de maternidad, o con su ampliación por lactancia, la empleada pública tendrá derecho a disfrutar las vacaciones en fecha distinta, aunque haya terminado el año natural al que correspondan”.
El Gobierno de Aragón respondió a esta solicitud, alegando que la relación jurídica de la funcionaria interina había finalizado a fecha de 31 de agosto con su cese y que, el 12 de septiembre, con el inicio del curso escolar, toma posesión de la nueva plaza, por lo que se inicia “una nueva relación que origina nuevos derechos a partir de esa fecha”. Una postura que, cuatro años después, mantiene sin cambios.
Ahora, desde CGT, confían en que esta campaña de movilización suponga el punto y final a una reivindicación que se remonta a “muchos años” y que supone una “discriminación” para las docentes interinas.
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