Las “desastrosas” perspectivas de un verano sin fiestas patronales
Ni expresiones multitudinarias de alegría por las calles ni bares abiertos hasta altas horas de la madrugada ni conciertos. Un verano sin fiestas patronales en Aragón por culpa del COVID-19 que afecta a un sector, la hostelería, que fía una parte elevada de sus beneficios anuales a estas semanas. La actividad ha frenado en seco y los gobiernos municipales blindan ciudades y localidades para evitar males mayores. “Ahora mismo lo primero es la salud, pero a partir de septiembre llegará el momento de hacer balance y las perspectivas son desastrosas”, apuntan desde la Asociación de Hostelería y Turismo de Huesca. Las siguientes fiestas que deberían haberse celebrado, las de San Lorenzo, se miran en el ejemplo de Teruel y tratan de mantenerse ajenas a posibles aglomeraciones.
Para ello, el reciente ascenso de la Sociedad Deportiva Huesca a Primera División, el pasado 17 de julio, sirvió de banco de pruebas superado con éxito. El Ayuntamiento realizó un llamamiento para que las celebraciones se circunscribieran al ámbito privado y además valló la emblemática Plaza de Navarra, espacio tradicional de reuniones de cientos de aficionados para festejar los éxitos deportivos. Los oscenses siguieron las directrices de las autoridades y se tildó su comportamiento de “ejemplar”. El 9 de agosto deberían comenzar las fiestas patronales, denominadas ya las ‘no fiestas’ de San Lorenzo.
La capital amanecerá ese día con sus espacios más emblemáticos cerrados a los viandantes. En pos de evitar aglomeraciones que favorezcan la propagación del coronavirus, las zonas donde miles de personas se concentran todos los años (las plazas de la Catedral, Los Fueros, San Lorenzo y Navarra) estarán cerradas. “No se permitirán accesos a espacios donde no tiene sentido que haya congregación de personas porque no hay fiesta”, sintetiza el alcalde, Luis Felipe, para quien “la salud se encuentra por encima de todo”.
Además, se va a contar con el mismo número de agentes de Policía Nacional, Local y Adscrita a la Comunidad Autónoma, un centenar, que en circunstancias normales. El alcalde añade que “los oscenses podremos celebrar desde nuestras casas y balcones el sentimiento laurentino y prepararnos para unas buenas fiestas en el 2021”. Unas 6.000 personas se congregan el 9 de agosto en la Plaza de la Catedral para asistir al lanzamiento del cohete anunciador, el ‘chupinazo'. La multitud alcanza hasta la cercana Plaza de los Fueros y, durante el resto de la semana, otros de los puntos neurálgicos se encuentran en la plaza de San Lorenzo, con actos religiosos y populares, y la de Navarra, donde se ubican las peñas recreativas y se celebran conciertos.
Huesca se encuentra en plena fase 2 flexibilizada, lo que atañe además al modo de funcionar de los establecimientos hosteleros. Pone coto al ocio nocturno: los bares cierran a medianoche, está perseguido más duramente si cabe el botellón y se prohíben el acceso a las peñas y las agrupaciones de más de diez personas. Un paquete de medidas con el que se imposibilita más si cabe la celebración de las fiestas de San Lorenzo, anunciada oficialmente en el mes de mayo. En bares y restaurantes rige un aforo del 50 % en el interior de los locales, donde únicamente se podrá consumir en mesas, y se mantiene un aforo del 75% en las terrazas con un máximo de 10 personas por mesa.
La capital oscense toma también ejemplo de lo sucedido en Teruel en el mes de julio. Entonces también se suspendieron todos los actos festivos de la Vaquilla. Solo se mantuvo la tradición de almorzar judías con morro en los bares de la ciudad, una iniciativa que se erige en otra de las tradiciones laurentinas y que también se tratará de evitar con el refuerzo de la presencia policial en las calles de la capital oscense para velar por el cumplimiento de la norma. Tan solo se registró un único incidente por un accidente circulatorio que no tuvo relación con el inusual desarrollo de las fechas.
Entonces, el concejal de Fiestas, Javier Domingo, agradeció a la ciudadanía “haberse comportado correctamente y estar a la altura de las circunstancias evitando aglomeraciones”. La delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría, y el subdelegado en Teruel, José Ramón Morro, tildaron de “ejemplar” la conducta de los turolenses: “Han entendido que el objetivo era proteger la salud de todos y son el ejemplo para otros muchos municipios que hubieran celebrado sus fiestas este verano”, celebró Morro. También se tomó buena nota de situaciones como la vivida en Pamplona, donde los ‘no Sanfermines’ se cobraron un brote de COVID-19 surgido el día 6 de julio en un almuerzo.
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