‘Satisfaction’: el documental que pone el foco en los clientes más jóvenes de la prostitución
En España cada vez más jóvenes recurren a la prostitución, influidos por la pornografía y por modelos de masculinidad que perpetúan relaciones desiguales. Para poner este tema sobre la mesa, nace ‘Satisfaction’, un proyecto audiovisual impulsado desde Zaragoza que pone el foco en la figura del demandante. Se trata de observar el fenómeno desde una perspectiva fuera de lo común y romper con paradigmas sociales. Unos paradigmas que vienen cargados de lastres como el machismo y que supone una confrontación con el ′yo' interior.
El documental, cuyo estreno está previsto para el segundo trimestre de 2026, recrea las escenas con jóvenes actores zaragozanos para cumplir con su objetivo principal: crear una obra educativa que abra las puertas al debate sobre el consumo de prostitución entre la juventud. Para su producción se ha contado con el apoyo de entidades aragonesas como el Ayuntamiento de Zaragoza, el Instituto Aragonés de la Juventud (Gobierno de Aragón), Hombres por la Igualdad de Aragón y la asociación Trabe, además de la colaboración del CPA Salduie de formación audiovisual, Médicos del Mundo y de mujeres supervivientes del sistema prostitucional que participan activamente en el proceso creativo
Con el 70% del rodaje ya grabado en Zaragoza y una campaña de micromecenazgo activa en Verkami, uno de sus dos directores, Iban Colón –junto con Jorge Yetano–, cuenta a elDiario.es cómo este proyecto se ha convertido en una herramienta de reflexión y cambio, tanto a nivel personal como social.
¿Qué les motivó llevar a cabo un documental sobre un tema tan controvertido?
En 2019 estuvimos en contacto en Colombia con mujeres víctimas de trata y sentimos que teníamos que aportar nuestro granito de arena desde el audiovisual: dar a conocer el problema y contribuir a prevenirlo. Iniciamos conversaciones con una agencia de Naciones Unidas para una campaña que ya ponía el foco en los consumidores de prostitución, pero la llegada del COVID frustró el proyecto. Dos años más tarde y de regreso en España, decidimos retomar la investigación con el mismo enfoque. España es el tercer país del mundo en consumo de prostitución, pero hay una falta de información y de debate sobre la figura del demandante, a pesar de que sin él no existiría la explotación sexual ni la trata. En ese proceso realizamos entrevistas y talleres con mujeres supervivientes del sistema prostitucional, algunas de ellas víctimas de trata. Todas coincidían en un mismo mensaje: cada vez más jóvenes recurren a la prostitución, influenciados por la pornografía y por modelos de masculinidad muy desiguales. Más tarde, ya desde la productora Forana Films, también realizamos actividades de diálogos con jóvenes y ‘Satisfaction’ fue tomando la forma de película documental con doble objetivo: poner el foco en el demandante y abrir una conversación con los jóvenes que creemos imprescindible.
¿Por qué el punto de vista del demandante del servicio?
La mayoría de los relatos mediáticos sobre prostitución se centran en las mujeres que la ejercen, lo cual es imprescindible, pero deja en la sombra al otro lado: los hombres que pagan y los hombres que lo normalizan. Y al no mirarlos, su responsabilidad social queda invisibilizada. Además, como hombre me parecía legítimo abordar el tema desde la perspectiva de la masculinidad: hablar del rol de la pornografía, de la presión y los mandatos sociales masculinos, de las relaciones de poder, de la incapacidad de algunos jóvenes de relacionarse con las mujeres, y de cómo todo eso influye en las decisiones que llevan a demandar prostitución o a normalizarla. Y todo esto llevarlo a los jóvenes, a escucharlos y entender cómo se construyen sus imaginarios y qué está pasando en las nuevas generaciones para que aumente el consumo.
Nuestro objetivo no es dar lecciones, sino provocar preguntas. En el documental damos el espacio y la agencia a jóvenes para analizar cómo se relacionan con la pornografía y la prostitución, y debatir sobre su masculinidad
¿Cómo esperan que impacte entre los propios jóvenes?
Nuestro objetivo no es dar lecciones, sino provocar preguntas. En el documental damos el espacio y la agencia a jóvenes para analizar cómo se relacionan con la pornografía y la prostitución, y debatir sobre su masculinidad. Y lo hacen alrededor de un proceso creativo, lo que creemos que puede ser atractivo y generar identificación en otros chicos de su misma generación. Desde su concepción, es un proyecto pensado para llevarlo a institutos, universidades y colectivos juveniles, y que sirva como herramienta para abrir el debate entre los jóvenes. Además, ‘Satisfaction’ no es sólo un documental: también es la semilla de una webserie que confiamos se haga realidad tras su publicación. Es ilusionante realizar un producto de ficción hecho por jóvenes para jóvenes, tratando temas de sexualidad.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con mujeres que han estado en ese sector?
Ha sido uno de los procesos más valiosos y transformadores de todo el proyecto. Varias mujeres supervivientes del sistema prostitucional nos compartieron sus vivencias personales, describiendo cómo eran y cómo se comportan los jóvenes consumidores, a través de talleres grupales y de entrevistas personales, durante más de un año. Sus aportaciones han sido una de las bases teóricas más importantes del proyecto y se establecieron dos “comités de asesoras”, uno en Zaragoza y otro en Barcelona. Escuchar sus historias fue durísimo. Nos compartieron experiencias inimaginables, y todavía cuesta entender cómo han podido sobrevivir íntegras a tanta violencia. Pero también sentimos el privilegio de que confiaran en nosotros y de poder aprender de su resiliencia y su fuerza. Todo el equipo ha cambiado gracias a estos encuentros: nos han hecho más conscientes, más responsables y también más humanos. Por supuesto, fuimos siempre con muchísimo cuidado: todas ellas han pasado por procesos terapéuticos, y en todo momento hemos sido supervisados por las organizaciones que las acompañan, para asegurar que tenían apoyo psicológico si era necesario. Nuestro compromiso ha sido que se sintieran respetadas, escuchadas y queridas, tanto en la investigación como en el rodaje.
Como director del audiovisual, ¿cuál ha sido el mayor impacto en la producción?
El mayor impacto ha sido escuchar a las mujeres que han estado en el sistema prostitucional hablar de las actitudes de los demandantes. Te desarma y de repente tomaras conciencia del peso del patriarcado y de siglos de relaciones de poder desiguales. Ese proceso lo inicié yo mismo en la fase de investigación, pero después lo vivimos todo el equipo, especialmente los jóvenes guionistas protagonistas del documental. Ver cómo iban transformándose, cómo se cuestionaban cosas que nunca antes habían puesto en duda, ha sido emocionante. Como director, acompañar esa evolución ha sido un reto y un regalo: había que estar atentos no solo a lo artístico, sino también a lo humano. Cuidar de los procesos personales de cambio en uno mismo, dentro del equipo y, al mismo tiempo, cuidar a las mujeres que compartían sus historias con nosotros. Creo que esa doble atención –a lo creativo y a lo humano– es algo que marca todo el proyecto.
En el trabajo en equipo, ¿qué escenas han sido las más complicadas?
Las escenas de mayor complejidad hasta ahora han sido en las que los jóvenes guionistas escribían y recreaban situaciones de chicos que consumen prostitución, guiados por las asesoras que habían vivido en primera persona el sistema prostitucional. Había muchas emociones en el set. Aunque creo que lo más estimulante está todavía por venir, en esta segunda fase de rodaje que realizamos este otoño: los ensayos y grabaciones de escenas de ficción con actores que tendrán que ponerse en la piel de esos personajes.
Aspiran a llegar a los centros educativos.
Esperamos que 'Satisfaction' sea una herramienta útil para desincentivar el consumo de prostitución entre los jóvenes y promover relaciones más igualitarias. Recientemente nos hemos aliado con la asociación Trabe y su proyecto Resetea, y con su ayuda el documental se difundirá en 2026 acompañado de guías didácticas que permitan abrir debates en aulas, asociaciones y espacios juveniles. La idea es que no se quede solo en el cine, sino que funcione como catalizador de reflexión y cambio en contextos educativos. Por eso también queremos crear una web donde todos los recursos estén disponibles de forma abierta: el documental, piezas cortas, guías didácticas y materiales complementarios. Nuestra intención es llevarlo a festivales educativos, a espacios y plataformas de innovación pedagógica, y subtitularlo en diferentes idiomas para que tenga también alcance internacional. Es un proyecto ambicioso, y sabemos que dependerá de la financiación que logremos, pero creemos que tiene un enorme potencial transformador.
¿En qué fase está ahora mismo y por qué es importante el micromecenazgo?
Tras cuatro años de intenso trabajo, ahora mismo tenemos el 70% del documental grabado y parte de la financiación asegurada por algunas instituciones y organizaciones. Nos falta rodar ese 30% que falta durante este otoño, y para poder completar la financiación de este rodaje hemos lanzado una campaña de micromecenazgo. Además de la financiación, queremos que la campaña sirva para ir generando una comunidad de cómplices: personas y entidades que creen en la necesidad de hablar de este tema desde la demanda y con los jóvenes. Mucha gente se está uniendo a nuestro perfil de Instagram (@satisfaction_documental) y de momento estamos muy contentos con la acogida. Además, quienes nos apoyen podrán tener acceso privado al documental o participar en los pases y debates que organizaremos. Es una manera de formar parte activa de este proyecto colectivo impulsado desde Zaragoza por Forana Films.
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