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“Las redes sociales determinan la identidad y el sistema de valores de los adolescentes”

Yolanda López de Hoyos

Ana Sánchez Borroy

Zaragoza —

Yolanda López de Hoyos (Soria, 1976) ha colaborado con la Fundación para la Atención Integral del Menor (FAIM) en un estudio sobre la utilización de las redes sociales en el móvil por menores de 12 a 16 años, es decir, adolescentes con edades que corresponden al primer y el segundo ciclo de la ESO. El objetivo de FAIM es crear una red que sirva de apoyo a adolescentes con vulnerabilidad social.

¿Cuáles son las principales conclusiones del estudio?

Lo más importante es la gran cantidad de horas que pasan los adolescentes utilizando redes sociales desde el móvil. Hablamos de uso de redes sociales, no del tiempo total dedicado al móvil, y más de la mitad indicaban que están cuatro horas o más al día. Tenemos que fijarnos en que la etapa de la adolescencia es justo cuando se está construyendo la identidad. Esa construcción se basa en la interacción con otras personas, en la interacción social. Por eso, es importante destacar no sólo que dedican muchas horas al día a las redes sociales, sino que esa interacción va a determinar su identidad, su sistema de valores, sus creencias, sus expectativas, su forma de estar en el mundo... Por eso, el uso de redes sociales es especialmente relevante en estas edades.

¿Es difícil responder a la pregunta de cuánto tiempo estamos conectados a redes sociales?

Sí, es una experiencia subjetiva. En estudios paralelos, hemos utilizado un programa que informa sobre cuánto tiempo has dedicado al móvil y en qué aplicaciones. Es muy curioso que cuando hemos analizado de forma objetiva el tiempo que dedican los adolescentes a redes sociales siempre suele ser aún más del que ellos creían.

Frente a esas más de cuatro horas de los adolescentes, ¿hay estudios que analicen cuánto tiempo dedicamos los adultos?

No se ha elaborado ningún estudio sobre tiempo dedicado específicamente a redes sociales en el móvil, pero está claro que hay una brecha digital generacional importante. Los adolescentes y jóvenes de ahora utilizan muchísimo más las redes sociales que las personas de 40, 50 o 60 años. De hecho, los últimos estudios hablan de que la media de tiempo que los españoles dedicamos ahora mismo al móvil en general es dos horas y media; en estadísticas anteriores habían llegado a superarse las tres horas. No existen estudios que analicen utilización de redes sociales por rangos de edad, pero desde luego yo creo que es un aspecto que habría que investigar. Ahora estamos haciendo un estudio de utilización del móvil en el transporte público de Zaragoza. Los resultados no se han publicado todavía, pero seguramente sorprenderán bastante: hasta el 40 % de los usuarios del tranvía, por ejemplo, utilizan el móvil.

Volviendo a los adolescentes, además de utilizar más las redes en el móvil, ¿las usan de forma diferente?

Está claro que sí, hay una diferencia sustancial. Las redes que más utilizan los adultos son Whatsapp, Twitter y Facebook. Tanto adolescentes como adultos utilizan Whatsapp fundamentalmente para hablar con amigos y familiares; sin embargo, en adolescentes, Twitter y Facebook ya no son las redes más utilizadas. Y los adultos no utilizamos mucho Instagram, cuando para ellos es una de las redes más habitual. Lo mismo ocurre con Youtube, que fue considerada en el estudio la red más usada por los adolescentes después de Whatsapp; los adultos no lo utilizamos tanto. Otro ejemplo sería Snapchat, que casi no es utilizada por los adultos. Ahora ya tiende a desaparecer por la función de “Mis estados” de Whatsapp, pero los adolescentes sí la han utilizado mucho con el objetivo de dar a conocer las cosas que hacen. Supone mostrar la imagen de ellos mismos.

¿Tiene que ver ese éxito de Snapchat entre los adolescentes con la construcción de la identidad de los adolescentes que comentaba antes?Snapchat

Probablemente sí, aunque es curioso que cuando preguntábamos a los adolescentes que si una de las necesidades que satisfacían las redes sociales es el apoyo social o el afecto, ellos decían que no. Es una inconsciencia: cuando cuelgan una foto o un vídeo que les ha gustado, en realidad, lo que están buscando es refuerzo por parte de los iguales, equiparación, consideración, reconocimiento... pero cuando les preguntamos si buscan eso en las redes, dicen que no.

¿Ese reconocimiento es la principal función que tienen las redes para los adolescentes?

Siendo Whatsapp la red que más usan, ellos informan de que usan las redes para hablar con amigos y familiares. Lo segundo más relevante que señalan es que las utilizan para curiosear, para informarse... Y otra de las características que nos ha parecido interesante es que utilizan las redes para seguir a gente que les interesa. Aquí entran los famosos youtubers e influencers, que es un aspecto a tratar de forma especial porque están surgiendo una serie de figuras como agentes sociales, agentes de cambio, que tienen miles y miles de seguidores. Son personas que están adquiriendo una gran fuerza social, una gran capacidad de influencia social y no se está analizando cómo influyen en la conducta y en la forma de pensar de los adolescentes.

Muchos padres están preocupados por esa influencia de los youtubers y, en general, de las redes, ¿hay motivos reales para esa preocupación?youtubers

Teniendo en cuenta el tiempo y la influencia que tienen estas personas en los adolescentes, es muy importante la utilización de estas redes sociales desde un punto de vista crítico, reflexivo, consciente. El uso de las redes tiene que ser positivo para el adolescente. Nosotros pensamos que las redes sociales son una realidad, que no tiene por qué ser negativa, pero que sí ha de fomentarse la capacidad analítica, la reflexión y un buen uso consciente.

¿Cómo?

Lo que hay que fomentar es la capacidad crítica del adolescente: que reciba determinados mensajes o no, que considere esos mensajes negativos o perjudiciales para él o para los otros... en el fondo, lo que hay que hacer es empoderar al adolescente de una capacidad propia para que decidan por sí mismos si algo no lo ven, si les parece mal o bien, si lo pueden utilizar... Hay una visión tecnofóbica, que consiste en pensar que toda la tecnología es mala por definición. No lo es. Pero sí que hay que formar a los adolescentes para utilizarla con coherencia, con cuidado.

Uno de los responsables de FAIM, Falo García, comentaba que, de todas las personas sobre las que se hizo el estudio, sólo dos no tenían móvil. ¿Qué supone? Que ahora, todas las interacciones sociales, la red social, el apoyo social, la comunicación... todo está en esas redes sociales. Que un adolescente no use las redes sociales puede conllevar un lastre para su desarrollo porque, claramente, un adolescente que no está hoy en día en las redes sociales, está fuera de las dinámicas sociales. Por eso, no se debe prohibir el móvil o el uso de redes sociales a los adolescentes. Lo que hay que hacer es darles capacidad crítica, capacidad de análisis, una visión completa de lo que son las redes sociales. También tenemos que destacar que la primera causa de muerte no natural entre chicos de 15 y 29 años es el suicidio. Yo no sé si las redes lo fomentan, pero sí hay que tener en cuenta que una de sus características es que tienen una gran difusión y que es inmediata. Es muy peligroso perder el control sobre lo que se está haciendo en las redes. Yo no considero que el hecho de que las interacciones sociales estén en la red sea una gran ventaja, pero es una realidad.

¿Hay alguna edad aconsejable para iniciarse en las redes sociales?

No se puede dar una edad concreta, pero tanto Falo García como otros profesionales consideran que un buen momento es justo cuando los adolescentes entran en esta edad, a partir de los 12 años. Es una edad de cambio, es cuando se empieza a construir la identidad. No aconsejo que se prescriba el móvil hasta que no se haya instalado en la red de amigos, hasta que se haya sustituido la interacción real por una digital.

Pero cuando el adolescente nos dice que todos o la mayoría de sus amigos tienen móvil, que comentan sus cosas a través de las redes sociales... es el momento de planteárselo, siempre y cuando el momento en el que le das el móvil sea justo el momento en el que le enseñas a utilizar ese móvil y esas redes sociales. No podemos darles el móvil y dejar que hagan lo que quieran. Hay que explicarles cómo funciona, leer un poco qué trascendencia tiene, incluso explicarles el objetivo de cada una de las redes.

También entender que las redes sociales son un negocio y que, como tal, lo que subimos tiene un feedback. Por ejemplo, nos hace recibir publicidad. Y, sobre todo, subrayar que las redes tienen memoria y es una memoria para siempre: cosas que podemos considerar prudentes en momentos determinados, con 10 o 12 años, no lo serán dentro de una década. Y más importante todavía es el respeto hacia los demás, no vulnerar los derechos ni las libertades de otros.

¿También tenemos que estar atentos al contacto con personas que pueden ser peligrosas para ellos?

No he hecho estudios en esa línea, pero creo que suelen ser generalmente casos aislados. Si educamos al chico en cómo tiene que interaccionar, sin dar sus datos personales, sin informar de lo que pasa en ese mismo momento, que tiene que ser consciente de que una persona puede ser lo que dice o no, que no envíe fotos privadas, que ante cualquier signo de alarma ha de pedir ayuda o informar los padres... yo creo que cuando uno es responsable, los riesgos se minimizan muchísimo.

¿Y a la adicción a las redes?

Sí, todos estos adolescentes están en riesgo de ser adictos tecnológicos. Ellos y todos; ahora mismo no pensamos en salir de casa sin el móvil. Nos hemos convertido en una especie de cíborg en el que el móvil forma parte de nosotros mismos. De hecho, cuando a una persona le roban el móvil o lo pierde, desarrolla incluso una especie de ansiedad de separación, una angustia por la pérdida que ha tenido. Ahora mismo, no pasa la vida por otra cosa que no sea a través del móvil. Es decir, realmente la gente no está viviendo lo que está sucediendo, sino que está viviendo a través de las redes sociales. No debería ser así, claramente.

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