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“Trabajar para Greenpeace te llena mucho más por dentro”

Joel Stewart, en el puente del ‘Arctic Sunrise’ amarrado en Bilbao. /G. A.

Gorka Ascorbebeitia

Bilbao —

La historia de Joel Stewart (Alaska, 1955) es la de un hombre ligado de por vida a la mar. Un marino que abandonó una prometedora carrera en un mercante para embarcarse como capitán del segundo ‘Rainbow Warrior’, buque insignia y símbolo del activismo de Greenpeace en la lucha por el medio ambiente. Desde el miércoles hasta el sábado ha abierto las camarotes de su ‘Arctic Sunrise’, amarrado frente al museo marítimo de Bilbao para reivindicar la pesca artesanal típica de los arrantzales vascos frente a la industrial que impulsa la actual Política Pesquera Europea.

Ya sean periodistas o visitas de colegios, la respuesta de este navegante de origen norteamericano siempre es un semblante amable y una sonrisa en la boca. Habla en perfecto castellano, aunque eso sí, con acento. 24 años de campañas de denuncia y lucha medioambiental parecen haberle curtido tanto en el puente de mando como ante los flashes de las cámaras o los ojos de los curiosos.

Corría el año 1989 cuando Stewart dejó su puesto de capitán de un navío mercante para embarcarse en su primera cruzada por el planeta. Prescindió de un buen sueldo, de un futuro prometedor en la marina comercial y de la seguridad de un empleo fijo. A cambio ha recibido una experiencia mucho más “rewarding” –gratificante-. “Cobro mucho menos, pero trabajar para Greenpeace te llena mucho más por dentro”, asegura indicándose el pecho.

El origen de su activismo también esconde una pequeña historia de redención. El paso definitivo para embarcarse en Greenpeace lo dio “al ver la quema indiscriminada de combustibles fósiles” que se producía a su alrededor cuando comandaba barcos mercantes en las costas de Alaska y Seatle. Previamente a eso, sin embargo, Stewart había capitaneado buques pesqueros y pudo ver de primera mano las prácticas habituales de la captura industrial. “Cuando pescaba cangrejo rey y salmón en Alaska vi los devastadores efectos de la sobrepesca y los descartes masivos”, rememora. Ahora se “alegra” de poder luchar porque estas prácticas lleguen a su fin.

Tras salir de Bilbao, su ‘Arctic Sunrise’ tomará rumbo a Francia y pasará por Inglaterra y Holanda antes de dirigirse al Océano Ártico. Una vez que la campaña para que la Unión Europea reforme la política pesquera común con una perspectiva de sostenibilidad termine, el buque se dedicará a su cometido habitual: la lucha contra el cambio climático. La denuncia del deshielo de Groenlandia será uno de sus principales objetivos y llevan su navío preparado para ello.

“Aunque parezca una nave pequeña, es muy robusta y se trata de un rompehielos por lo que vamos preparados para el Ártico”, explica Stewart. Además, llevan a varios científicos de relevancia internacional a bordo incluyendo “alguno de los mejores expertos en hielo del mundo”. Asegura que navegar en esas condiciones no es tarea fácil. “La brújula magnética suele fallar y es muy habitual perder la conexión por satélite”, detalla. En los casos más extremos, cuando la visibilidad es limitada y mirar por dónde cruza el barco resulta “crucial”, el capitán suele subirse al ‘crow´s nest’ –algo parecido al nido del vigía de un velero pirata situado sobre el puente de mando- desde donde puede guiarlo. Todo ello con temperaturas de varios grados bajo cero y la responsabilidad de mantener a salvo a su tripulación sobre sus hombros.

Aunque ahora comande el ‘Arctic Sunrise’, su destino habitual sigue siendo el ‘Rainbow Warrior’. De hecho, Stewart recibirá relevo antes de que el navío se dirija al Ártico para volver a capitanear el buque insignia de Greenpeace.

Alguno de sus viajes le ha traído previamente a Euskadi, conoce estas costas e incluso es capaz de hablar de las mejores playas de la zona para hacer surf. Tiene alabanzas para Sopelana y para Mundaka. “Me gusta mucho esta zona, pero mucho me temo que no he podido aprender el vasco”, se lamenta con una sonrisa. Su vida transcurre en periodos de tres meses que pasa embarcado por trabajo alternados con otros tres en los que navega a vela por placer. Pero siempre con el mismo denominador común: el mar. “Resulta difícil porque pasas mucho tiempo lejos de tu familia”, cuenta, pero su comentario no suena a queja. Por el contrario, su mirada refleja la convicción y satisfacción de quien ha decidido dedicar su vida a una causa.

Este es un vídeo de Greenpeace (en inglés) en el que el capitán Joel Stewart relata alguna de sus vivencias al mando del 'Rainbow Warrior'.

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