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Sobre este blog

El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.

¿De verdad hay un PP blando?

Alberto Núñez Feijóo, junto al presidente y a la secretaria general del PP vasco, Carlos Iturgaiz y Laura Garrido

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El constructo funciona. Hay un ala dura en el PP, fea, depredadora, insaciable, negada al diálogo y fanática de su propia biblia. Así que es eso lo que ha pasado: sus presiones han sido de tal calibre que Feijóo se ha visto obligado a ceder y romper los acuerdos con el Gobierno para la renovación del Consejo del Poder Judicial. Añadan, además, un ala igual de feroz en sus apoyos mediáticos que ha logrado doblar las calicachas y las calicorvas al líder del partido conservador. 

Comprada esta burra, apenas si nos damos cuenta de que este relato, tan falso como un duro de madera a ojos del Ojo, lleva en sí mismo una explicación benevolente, engañosa y artera tanto para juzgar los hechos, gravísimos, como para suavizar el horror de la propia persona del interesado. Porque el revés de la trama permitiría leer, para quienes gozan de inmensas tragaderas, la siguiente farsa: Feijóo es en realidad un tipo moderado, representante del ala dialogante de la derecha, que se ha visto forzado a rectificar sus buenas intenciones por las irresistibles presiones del ala dura de su partido y de una parte de la prensa de la derecha, solo una parte, intransigente y contraria a cualquier negociación con el Gobierno. 

Son muy libres, si así lo quieren, de seguir en esa nube beatífica y acabar su narguile en paz y armonía con el universo, todos somos buenos, hermano sol, hermana luna, pero ya les digo que han comprado mercancía averiada. Y si siguen leyendo, suya es la responsabilidad, podrán comprobar por qué el Ojo es tan desagradable, incluso con algunos de nuestros compañeros de trinchera. Les ofrezco algunas pistas, que si así lo desean pueden tirar a la papelera. Esta es una sociedad libre.

La primera de ellas es la constatación manifiesta de que el Partido Popular, como la prensa y las televisiones de la caverna son cosa bien distinta cuando gobierna la derecha y cuando lo hace la izquierda. Repasen: en tiempos de Felipe González -¡váyase señor González!, gritaba aquel Aznar rabioso-, de Rodríguez Zapatero -¡Ha traicionado a los muertos!- declamaba el truhan Rajoy, hasta cualquier exabrupto que gusten desde que gobierna Pedro Sánchez. En esos tiempos son, partido y medios, insultantes, groseros, mentirosos, capaces de las mayores tropelías. Pero es que ahora, con el gobierno de coalición, ese síndrome de míster Hyde se ha agudizado porque La Moncloa no solo está habitada por rojos peligrosos, sino que los mismísimos bolivarianos y chavistas gobiernan este país como si fuera su terruño. De tal manera que todo el conglomerado de las derechas, políticas y económicas, jueces incluidos, nunca se olviden de los jueces, lleva conjurado desde el mismo día que PSOE y Podemos iniciaron su mandato. La consigna es una y a primera sangre: hay que echar a Sánchez, sea como sea y cueste lo que cueste. ¿Derecha, ultraderecha? Irreconocibles las diferencias, invisibles las sutiles fronteras entre unos y otros.  

¿De dónde sale entonces, dónde observan ustedes, en qué basan sus análisis para insistir en que en esta legislatura hay un ala blanda y negociadora en el PP? Hagamos, cual tour guiado, un rápido recorrido, sin ánimo de ser exhaustivos, por esta España nuestra (muerta, dicen que escribió Cecilia antes de pasar por la censura), recordando a los grandes prohombres del partido. En el País Vasco sigue Carlos Iturgaiz, que logró que el PP pasara de la nada a la más absoluta de las miserias en las únicas elecciones a las que se presentó. Eso sí, el portafolios de Mayor Oreja lo llevaba con gran dignidad. Duro, no, lo siguiente. ¿Decimos algo de Castilla y León, ese vicepresidente de Vox tan bocachancla, con el beneplácito de su presidente popular, sonrisa ante las babosadas de su inferior en jerarquía? De ahí llegamos a Madrid, con la reina del vermú a la cabeza, nunca pactar con rojos y bolivarianos, contagian la enfermedad de Hansen, comúnmente llamada lepra. Inútil insistir en las cosas que dice y hace la doña Rogelia de Miguel Ángel Rodríguez, que a su vez, ella misma nos quiere hacer creer, es quien maneja a Rockefeller, el cuervo convertido en Núñez Feijóo. ¡Qué gracia tantos monigotes! Y no nos olvidamos, cómo hacerlo, de Moreno Bonilla y sus apretadas relaciones con los correligionarios de Abascal. ¿Dónde, repetimos, ven ustedes el ala dialogante, democrática y abierta en este Partido Popular? Porque podemos seguir por Cuca Gamarra en el Congreso o Javier Maroto en el Senado. ¿Blandos, duros, blandiblú? 

Y lo mollar: esparcidos por la Vía Láctea los ominosos restos del pimpollo Casado, su sucesor al frente del PP es un señor que nunca ha demostrado especiales signos de moderación ni la menor capacidad de pactar con sus oponentes. Jamás le tembló el pulso para iniciar campañas falsas, sucias y rastreras contra su contrincante socialista para presidir la Xunta de Galicia, Emilio Pérez-Touriño, ni para romper acuerdos firmados (es fácil: miren en Internet) tal y como ha hecho ahora. Es el mismo dirigente que ya gran jefe del PP dio su visto bueno a la gobernanza con Vox. El político gris que presume de compostura, pero al que no le importa desoír a Europa, destrozar aún más la Justicia y hasta incumplir reiteradamente la Constitución, un escándalo, y se comporta cual perroflauta en campamento. Por lo demás, ya le oyen sus intervenciones en el Senado. ¿De verdad las cosas que dice, los insultos sin cuento, las cifras mentirosas, son propios de personas moderadas? ¿Es blanda o dura su postura ante Cataluña, su última disculpa para romper con el Gobierno, la agravación de las penas a los independentistas como única salida política?

Ah, la prensa y los tertulianos. ¿Son ustedes capaces de diferenciar a los columnistas de Abc o El Mundo, dicen que prensa seria -¿blanda?- de los duros de Okdiario o de los de Libertad Digital, ese panfletillo salvado gracias al dinero del PP del locutor mañanero con embudo en la cabeza que algún despistado ha dicho en estos días que pinta algo? Con Felipe González crearon el famoso y siniestro sindicato del crimen, con Zapatero se desataron -quien firma esta crónica llegó a publicar un libro con las mil frases más feroces de la prensa de entonces- y lo de hoy lo tienen ustedes ante sus ojos: basura y más basura.  

Nadie torció a Feijóo. Es él, fiel mayordomo, sabedor de lo que quieren quienes le nombraron, quien camina haciendo eses y con una única idea fija en la frente: acabar con Sánchez, exterminar a Sánchez. 

Adenda. Ganó Lula en un último y dramático suspiro. Bolsonaro calla. Y todos aguardamos el rugido de la fiera. Espera de terror, que para eso estamos en Halloween. ¿Por dónde aparecerán los cuernos y el tridente para darnos un susto de muerte?

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El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

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