Extrem 7000 Hoodie de Berghaus
Berghaus, que nació de mano de los alpinistas Peter Lockey y Gordon Davison en 1966, es, probablemente, la marca británica más reconocida. Desde 1985, Lockey y Davison diseñaron prendas cuyos prototipos fueron probados en esos años por alpinistas de la talla de Chris Bonington, Pete Boardman o Joe Tasker. Ahí nació la serie Extrem. De hecho, Joe Simpson y Simon Yates estaban probando unas prendas experimentales durante la famosa expedición a los Andes que dio pie al libro y película “Tocando el vacío”.
Ahora, 53 años después de su creación, probamos el Extrem 7000 Hoodie, una chaqueta de forro polar medio que hemos usado en muchas y variadas actividades.
Además, pese a haber estado a temperaturas extremadamente bajas durante nuestra estancia en Canadá, en plena ola de frío, se ha comportado de forma excepcional. Siempre intentamos ajustar nuestra ropa para estar cómodos y calientes a casi -40ºC, y al final, la segunda capa que ganó fue esta prenda, por encima incluso de algún “primaloft” ligero.
De una estructura elaborada y práctica, la calidad de construcción, los acabados y materiales son excepcionales. Corte muy acertado, con diferentes densidades dependiendo de la parte del tronco que abriga, y un detalle que se lleva la palma cuando tenemos frío de verdad: una pieza en el cuello que hace las funciones de “pasamontañas”, cerrando la capucha sobre cuello y cara, e incrementando la capacidad térmica de forma más que notable.
El tejido con el que está confeccionada la chaqueta, el Polartec Power Grid, combina de una forma eficiente la retención del calor corporal, con la evacuación de la humedad corporal. Y eso, en el ambiente para el que está pensado, es sinónimo de éxito.
Con un peso de 390 gramos en talla M, y pese a no ser de los forros más ligeros del mercado, insistimos que en actividad de escalada en hielo, a temperaturas entre 12º y 16º bajo cero, con una térmica interior, el Extrem 7000 Hoodie y una chaqueta exterior, mientras no estuviésemos parados, el frío sólo se notaba donde no nos cubría la prenda.
Desde luego, los detalles que tiene, influyen mucho también. El balaclava “escamoteable” en la nuca, cuando lo pasamos a la parte de la cara, aumenta el confort de una manera exponencial. Los brazos largos, con hueco para pulgar, evita que nos entre nieve o frío por ahí, y su corte en la cintura, muy largo, especialmente por la espalda, complementa a la perfección la protección.
Por partes, los detalles que nos ofrece son muy acertados y, desde luego, no va a ser fácil perder el calor si empleamos todas las piezas a tal efecto dispuestas.
- La capucha: de tamaño pequeño, se adapta perfectamente a la cabeza. Está pensado para ponerse bajo el casco. Muy elástica.
- El cuello: la parte frontal alta, perfecta para tapar hasta la boca. Con “collarín” en la parte trasera del cuello que se convierte en pasamontañas al pasar la pieza por encima de la cabeza.
- Los bolsillos: dos amplios bolsillos exteriores de cintura en los que encontramos los tensores del ajuste de cintura. Las cremalleras son medias con buenos tiradores.
- Las mangas: con huecos para pulgar, y con ajuste total a la muñeca.
- La cremallera central: YKK de tirador simple. Refuerzo antipérdida de calor longitudinal, y cierre de tope envolvente. Tirador útil y apto para uso con guante grueso o manopla.
Como síntesis de todo lo dicho hasta ahora, recordar que la Extrem 7000 Hoodie de Berghaus es una chaqueta tipo “forro polar” de peso medio, muy compresible pese a su tamaño, caliente y, sobre todo, enemiga de la humedad. Perfecta para usar como segunda capa en actividades con frío intenso, pero no extremo. La prenda, incluso mojada, retiene el calor de una forma considerable, aparte de secar muy rápido.
Como actividades en las que pensamos que sería recomendable, dada su versatilidad la aconsejaríamos para cualquier tipo de modalidad deportiva de montaña, terreno y temperatura. Así de satisfechos nos ha dejado la Extrem 7000 Hoodie de Berghaus.
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