“Las políticas israelíes hacia los palestinos cada vez son más horribles”
Mar Gijón Mendigutía se licenció en Filología Árabe en la Universidad Autónoma de Madrid. Vivió en Damasco desde 2005 hasta 2010 y sus investigaciones se centran en los mitos fundacionales de Israel, la Nakba y el origen de la “cuestión palestina”, así como en la población refugiada palestina. Desde el año 2012 forma parte del equipo de la Asociación Palestina Biladi.
En 'Historia del movimiento de mujeres en Palestina', libro del que hablará en la librería La Vorágine este jueves 21 de julio a las 20.00 horas, la autora vasca pretende acercar una trayectoria que ha permanecido doblemente oculta. La historia de pueblos pequeños de Palestina cuya opresión ha sido ocultada alcanza un nuevo nivel al acercarse a la situación de las mujeres del país. “Tanto ellas como el movimiento feminista han sido doblemente invisibilizados”, asegura.
¿Sobre qué habla en su libro 'Historia del movimiento de mujeres en Palestina'?
El libro es una evolución del movimiento de mujeres de Palestina, pero enlazado con la historia del país porque no puede ser de otra forma, ya que forma parte del movimiento nacional y de la historia de Palestina. Es una evolución desde los inicios del movimiento hasta la actualidad. He querido hacer hincapié en esa parte histórica para acabar con los estereotipos y ver cómo eran esas mujeres. Se trataba de un movimiento nacional, anticolonial y por los derechos de las mujeres. Esa historia tan rica del pueblo palestino ha sido ocultada como parte de la estrategia del Estado de Israel.
¿Cuándo y por qué comenzaron estos movimientos?
He elegido el inicio en 1884 en una acción que hubo de mujeres campesinas contra una colonia sionista que se llamaba The Afula. Aún no había un movimiento establecido, fue una acción que me pareció muy representativa porque el movimiento de las mujeres estaba dentro de esa lucha contra la colonización sionista que amenazaba su existencia.
En 1948 hubo una limpieza étnica en la que expulsaron a más de la mitad de la población, más de 750.000 palestinos y palestinas de toda clase y situación económica fueron expulsados de Palestina por el movimiento sionista. Creo que esto dio pie a la creación del Estado de Israel. Sitúo ahí ese comienzo contra esa colonia sionista, aunque el movimiento oficialmente se estableció en 1929.
¿Qué tipo de movimiento defendían las mujeres palestinas?
Era un movimiento de mujeres muy heterogéneo, muy rico, como la propia sociedad en ese momento, había cristianas, musulmanas, mujeres pudientes, campesinas… Aunque en un principio las asociaciones fueron caritativas, cada una luego fue centrándose en lo político, en lo cultural, en lo social. Se entremezclaban, entonces era muy difícil diferenciar sus objetivos. Lo veo como un movimiento solo pero muy variado.
A partir de 1948 que se destruye la Palestina histórica como se conocía, ahí sí que hay tres grupos de movimientos de mujeres que se dividen. Las que quedaron dentro de la Palestina histórica, lo que hoy en día es Gaza y Cisjordania, otro grupo en la zona del Estado de Israel, formado por la población a la que no pudieron expulsar, unos 150.000 palestinos, y por último las mujeres que fueron expulsadas con el resto de la población a los países árabes colindantes.
¿Considera que están teniendo éxito en sus estrategias?
Cada época requiere unas estrategias. Ahora, por ejemplo, tanto el movimiento de mujeres en el exilio y en el interior de Palestina están muy centradas junto con el pueblo palestino en la campaña de 'Boicot, Desinversiones y Sanciones al Estado de Israel', como hicieron en Sudáfrica en su momento contra el apartheid. Esa es ahora mismo la estrategia que tiene mayor eco aunque se hayan utilizado otras. Va creciendo. Se hizo un llamamiento oficialmente en el 2005 por la sociedad civil palestina.
Hasta ahora era muy difícil hacerlo dentro de los territorios ocupados porque Israel controla toda la economía palestina. Hacer un boicot a Israel iría en detrimento de la maltrecha economía palestina. Pero cada vez en los territorios ocupados está teniendo más éxito la campaña y va ganando mayor peso internacionalmente. Se puede decir que sí se está teniendo éxito aunque la situación cada vez vaya a peor. La colonización continúa y las políticas israelíes hacia los palestinos cada vez son más horribles.
¿Qué papel tienen estos movimientos en el contexto del movimiento social general en Palestina?
El movimiento feminista se entremezcla con el movimiento palestino que está muy centrado en los derechos de las mujeres. Según las entrevistas que hemos hecho y lo que conocemos, quieren cambiar determinadas leyes que benefician a las mujeres por ejemplo en el divorcio y las condiciones de trabajo, pero no hay una constitución palestina que las ampare. Son leyes que se van haciendo al paso, entonces cualquier política israelí las puede anular.
Estas mujeres pueden luchar para que esa ley salga adelante y más adelante pasa algo como en verano de 2014 en Gaza, arrasan Gaza y no pueden estar reivindicando esa ley porque hay un parón total en la sociedad para manifestarse y mostrar su rechazo a esas políticas y terminen esos bombardeos.
Todos los pasos que dan las mujeres palestinas en ese sentido están siempre condicionados por la situación externa que es la ocupación israelí. Las leyes no pueden salir adelante sin un Parlamento y en el palestino la mayor parte de sus miembros están en la cárcel, entonces difícilmente puede salir una ley que luego se aplique.
Rawda Bashir, una mujer a la que entrevistamos en nuestra visita a Palestina y nos ayudó a conseguir información para el libro nos decía que en su centro había una mujer que se había quedado totalmente atrapada por el apartheid que construyeron los israelíes y por unas colonias. Le hacen la vida imposible para que se vaya. Desde el centro en el que trabaja Rawda van a apoyarla. El trabajo que realizan estas asociaciones es muy variado en cada organización.
¿Cómo es la situación de estas mujeres hoy en día?
Hoy en día, como el resto del pueblo palestino, están en una situación cada vez peor. Nunca hubiéramos pensado que se iba a construir un muro que separase a poblaciones, que personas no pudiesen asistir a su lugar de trabajo o al hospital, que dividieran a familias enteras, a campesinos de sus tierras, que expropiasen las tierras y los acuíferos con total impunidad y que la comunidad internacional no haya conseguido que ese muro se quite. El objetivo es que el muro alcance los 800 kilómetros, que aísle más a la población y hacerles la vida imposible a los palestinos para que se vayan. El objetivo del sionismo es encerrar en la menor cantidad de territorio posible a la mayor cantidad de población posible.
Están encarcelando a miles de personas, asesinando impunemente y hay pruebas de ello, cientos de testimonios de lo que han hecho soldados israelíes en Gaza, de lo que hacen en Cisjordania y no ocurre nada. La comunidad internacional no está respondiendo con una política contundente hacia Israel y la población palestina es la que está sufriendo estas políticas.
¿Qué soluciones le ve a la situación de estas mujeres?
Esto requiere una solución política por parte de la comunidad internacional que haga que Israel respete los Derechos Humanos y que acate las cientos resoluciones de Naciones Unidas. El problema entre Palestina e Israel no es religioso, es político y requiere una respuesta política contundente hacia Israel, que es la fuerza ocupante.
No se puede sentar a la víctima y el verdugo y que sea Israel la que tenga la sartén por el mango, ya que es el verdugo. O Estados Unidos, que está claramente a favor de Israel, tiene que ser algo de la comunidad internacional al completo que haga que Israel se retire de los territorios palestinos.