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El PRC de Revilla ante la encrucijada de las elecciones generales: presentarse a defender su diputado o no comparecer para evitar otro descalabro

Miguel Ángel Revilla y José María Mazón, diputado nacional del PRC.

Laro García

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El Partido Regionalista de Cantabria (PRC) se encuentra ante uno de los momentos más trascendentales de su historia. El reciente batacazo en las urnas el pasado 28 de mayo, que les deja fuera del próximo Gobierno autonómico, el inicio de la retirada de su líder histórico, Miguel Ángel Revilla, y la pérdida de buena parte de su poder local después de una debacle que nadie esperaba que fuera de tal magnitud sitúa a la formación política en una encrucijada vital ante el adelanto de las elecciones generales del 23 de julio: deben decidir esta misma semana si se presentan para intentar salvar su representación en el Congreso de los Diputados o si no comparecen para evitar un nuevo descalabro en las urnas que erosione aún más su imagen y su futuro a corto plazo.

En palabras del propio Revilla, el PRC se encuentra aún en pleno “síndrome” por los resultados de las últimas elecciones autonómicas y municipales. O lo que es lo mismo, en un shock que ha removido los cimientos de un partido con más de 40 años de trayectoria y con un liderazgo monolítico e incontestable, que ve ahora cómo tendrá que iniciar un proceso de sucesión desde la oposición y sin un rumbo claro ni una hoja de ruta que hubiera sido más sencillo trazar desde el poder.

Por eso, en los últimos días han crecido las figuras críticas y se comienzan a suceder algunos movimientos que alzan la voz tímidamente sobre la conveniencia o no de enfrentarse en tan poco tiempo a un nuevo veredicto de las urnas, más todavía teniendo en cuenta el fuerte contexto de polarización política que convertirán las próximas elecciones generales en un plebiscito sobre Pedro Sánchez, con PP y PSOE acaparando todos los focos y con unas expectativas muy pequeñas de que un partido como el PRC sea capaz de colar su mensaje y las reivindicaciones que los regionalistas suelen defender en las Cortes.

“Debemos reflexionar sobre nuestra participación en las elecciones generales. Demasiado teníamos hoy con asumir la derrota y tomar la decisión que hemos tomado”, dejó caer la pasada semana Miguel Ángel Revilla tras el Comité Ejecutivo del PRC en el que se decidió formar una comisión negociadora para sentarse con el Partido Popular y facilitar la investidura de la futura presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga (PP), a cambio de una serie de condiciones y bajo el pretexto de alejar a la extrema derecha de Vox del próximo Gobierno autonómico.

Revilla no será candidato

Lo sorprendente, sin embargo, fue que en esa misma reunión no se lanzara un mensaje claro a los militantes regionalistas y se pusiera en marcha el engranaje para la inminente campaña electoral de las generales. Las dudas existen y las evidenció el mismísimo Revilla, que sí ha descartado por activa y por pasiva desde la convocatoria de Pedro Sánchez que él pueda ser el cabeza de lista del PRC: “De ninguna manera voy a ser el candidato al Congreso. Y mucho menos al Senado. Con lo que he dicho yo del Senado... sería como una inyección de veneno en plena aorta”, ha zanjado.

Y es que la situación no es nueva por completo para los regionalistas, de ahí las especulaciones. En 2011, otra ola conservadora en plena recesión económica se llevó por delante al Gobierno bipartito PRC-PSOE en Cantabria y otorgó la mayoría absoluta al PP de Ignacio Diego. En aquel momento, sin embargo, Revilla resistió electoralmente y fueron sus socios los que se desplomaron en las urnas, impidiendo la reedición del pacto y mandando a ambos partidos a la oposición.

Tras aquella circunstancia, el PRC dio un giro a su costumbre de no concurrir en las elecciones generales -no lo hacían desde 1993- y presentó a Miguel Ángel Revilla como candidato, con la esperanza de aprovechar su tirón mediático y colocar a su histórico líder en la Cámara Baja una vez perdida la Presidencia de Cantabria. No funcionó y los regionalistas fracasaron en el intento, con una mayoría absoluta de Mariano Rajoy que dejó poco margen para las sorpresas, por lo que Revilla aguantó los cuatro años siguientes en la bancada de la oposición en el Parlamento cántabro.

El único representante del PRC en el Congreso de los Diputados hasta la fecha ha sido José María Mazón, un hombre de confianza de Revilla que tiene todas las papeletas para repetir si finalmente los regionalistas dan el paso. Pese al debate interno, es difícil que eso no suceda, porque el riesgo de repetir el descalabro existe, pero no presentarse sería darse por perdidos antes de tiempo, cuando se viene defendiendo desde hace cuatro años que su labor está siendo vital para captar inversiones del Estado.

“En caso de presentarnos, mi propuesta es que siga José María Mazón, que ha hecho una extraordinaria labor. No se ha traducido en votos, pero nunca hubo tantas inversiones del Gobierno de España”, manifestó Revilla tras el último Comité Ejecutivo del PRC, incidiendo en que “la decisión aún no está tomada” y que es fundamental realizar una “reflexión” para frenar el desgaste que ha castigado al PRC en las urnas.

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