El proyecto de Cervantes: una prueba de fuego para un PP en la cuerda floja
La peatonalización de la calle Cervantes de Santander se ha convertido en una prueba de fuego para el equipo de Gobierno de Gema Igual (PP) a menos de un año para las elecciones municipales. Los populares afrontan este proyecto, cuyas obras se inician este lunes, como el último cartucho electoral de cara a la cita de 2019.
Tanto es así que el concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz, ha remarcado la voluntad de los dirigentes municipales de ajustarse a los plazos comprometidos con los residentes y empresarios de la zona, que fijaban la finalización de los trabajos para el puente de la Constitución, en diciembre.
Sin embargo, esta reordenación del tráfico en el centro de la ciudad, que afectará al tramo comprendido entre Cisneros y Jesús de Monasterio, puede suponer un arma de doble filo para un PP en la cuerda floja por sus proyectos más polémicos de esta legislatura.
Y es que el fracaso de esta obra, sumado al reciente del Metro-TUS -por el que se vieron obligados a dar marcha atrás y volver al sistema de transporte tradicional-, supondría un duro golpe para los populares que verían peligrar la Alcaldía de la capital por primera vez en 40 años.
El proyecto, cuya puesta en marcha llega con un año de retraso, arrastra polémica desde su anuncio, con críticas tanto de la oposición como de la Mesa de Movilidad “por la falta de consenso y participación ciudadana” en su elaboración. PSOE, PRC, Santander Sí Puede e IU han reclamado en reiteradas ocasiones que no se inicien las obras ya que supondrán “un error mayúsculo” para la circulación en Santander.
“Caos total”
De hecho, ni el propio Ejecutivo municipal ha precisado qué tipo de vehículos podrán acceder por el único carril de circulación que quedará habilitado. En un primer momento, se habló de que estaría restringido a ambulancias, taxis y residentes de la zona con garajes, pero posteriormente se abrió la posibilidad de ampliar ese abanico.
De esta forma, según el equipo de Gobierno del PP, el periodo que duren las obras servirá como prueba para evaluar cómo funcionan las medidas de reordenación del entorno y comprobar si el comportamiento del tráfico se ajusta a los datos y predicciones arrojadas por el estudio elaborado por la Universidad de Cantabria.
“Creo que va a ser un caos total”, comentaba una ciudadana por la calle en el día en el que han comenzado las obras de este proyecto, que cuenta con un presupuesto de 2,2 millones de euros. “Ya verás qué marea de coches va a haber aquí”, auguraba un señor a una señora en el paso de cebra de la calle Cisneros, vía por la que se redirecciona el tráfico de Cervantes.
Esta peatonalización se suma a una larga lista de proyectos controvertidos y de frentes abiertos de la alcaldesa de Santander durante esta legislatura -el Metro-TUS, los espigones, el derrumbe de Sol, el incendio del MAS o el currículum falso-, que hacen que la oposición vea más cerca la constitución el próximo año de “una nueva mayoría en el Ayuntamiento que permita revertir en lo posible su pésima gestión”.