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TURISMO

Las casas rurales cogen impulso ante un verano atípico: “La gente percibe que es un turismo más seguro frente al coronavirus”

Una de las 'Cabañas con Encanto' de Agustín, en Valles Pasiegos.

Blanca Sáinz

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A las puertas de un verano que se plantea como incierto, parece que aquellos que ya han decidido que se irán de vacaciones optarán por unos días libres atípicos y, en muchas ocasiones, fuera de su zona de confort. Y esa precisamente es la única explicación que le encuentra Agustín Valentín-Gamazo al gran reclamo que están teniendo sus cabañas rurales de los Valles Pasiegos, en Cantabria, en las últimas semanas: “Estamos teniendo que rechazar muchísimas reservas porque no tenemos sitio”, confirma.

Él, como casi todos los hosteleros, tiene un perfil marcado de qué tipo de cliente suele acudir a sus cabañas, pero sabe que eso tampoco será igual este año tras la crisis sanitaria del coronavirus. Y, acostumbrado a un tipo de turismo más urbanita y familiar, ahora tendrá que enfrentarse a otro tipo de cliente: el asiduo a los viajes internacionales o  o incluso el 'playero', más típico de la costa mediterránea y el bullicio constante.

Ahora ese tipo de planes, para muchos, ha sido pospuesto y en su lugar han preferido decantarse por el turismo rural, en el que Cantabria “es especialista”. “La gente está percibiendo que este tipo de turismo es el más seguro frente al coronavirus, te vas a una casa en la que, si quieres, tienes cero contacto con otras personas pero sí puedes disfrutar de la naturaleza”, explica el hostelero.

El presidente de la Asociación de Turismo Rural de Cantabria, Jesús Blanco, comparte la perspectiva de Agustín Valentín-Gamazo y reconoce que, por el momento, hay más interés en este tipo de viaje que en la oferta más tradicional de los hoteles. “La comunidad parte de una ventaja natural frente a otros lugares, y tenemos que transmitir esa seguridad que los clientes necesitan en estos momentos”, advierte.

Sin embargo, Blanco es más reticente a utilizar la palabra “auge” para describir lo que ocurrirá con las casas rurales este verano. “Se percibe que la gente tiene muchas ganas de venir y hay mucho interés por hacer reservas, pero la realidad es que aún no se están materializando con fuerza porque nadie tiene claro si nos vamos a poder mover y en qué condiciones”, señala.

Esta opinión la comparte también Pilar García, de Casa Las Vegas, en Potes, quien es “consciente” de que quizá haya un repunte en las reservas “a última hora”. “Muchos han tenido que anular, y en algunos casos pienso que ha podido ser porque se han quedado sin trabajo. Y aunque sí que es cierto que hemos recuperado las reservas que habíamos perdido, creo que la temporada va a ser flojita”, indica.

En lo que todos están de acuerdo es en que, por su parte, tomarán todas las medidas de protección necesarias “para que los clientes estén tranquilos y repitan”. “Habrá gente que se esté planteando si viajar o no por miedo, y ahí tenemos que encargarnos nosotros de dar seguridad”, insiste Pilar García.

El turismo extranjero como gran incógnita

Por el lado más institucional, la consejera de Turismo, Marina Lombó, destaca que la oferta de turismo rural en Cantabria es “muy potente y está muy consolidada”, con 782 alojamientos que ofrecen más de 14.000 plazas.

En su opinión, este verano, y pese a la caída de la demanda de turistas internacionales que se da por descontada, el turismo rural se va a beneficiar de la nueva realidad que impone el coronavirus. “Lo esperable es que el turista español opte este año por moverse por el país y busque lugares no masificados y turismo de naturaleza”, dice Lombó, para quien, en este escenario, el conjunto de la oferta turística rural de Cantabria “es muy atractiva”.

Pero los extranjeros son algunos de los que están haciendo crecer la demanda de este tipo de alojamientos a pesar del riesgo de rebrote que existe a nivel internacional. “En septiembre tendremos a belgas e ingleses”, cuenta Pilar García tras afirmar que ella es “la primera extrañada”.

Asimismo, y alejados del tipo de turismo que acompañará a los cántabros una vez se abran las fronteras, la consejera de Turismo del Gobierno autonómico refuerza la idea de que  este tipo de residencias turísticas “son una buena opción dentro de una magnífica opción”. “Cantabria es ya, de por sí, un destino poco masificado, y, dentro de Cantabria, los alojamientos rurales serán una excelente opción para quienes busquen un lugar tranquilo”, concluye Lombó.

Así que aunque aún no haya un pronóstico claro por lo imprevisible de la situación, la sensación generalizada para las casas rurales no será tan catastrófica como parecía hace apenas dos meses. Ahora solo falta ver si el deseo y las posibilidades de viajar de los turistas superan al miedo, o si habrá que esperar al año que viene.

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