Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.
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No nos están invadiendo, aunque contenerlos de esa manera salvaje hace que lo parezca. Es cierto que hay una emergencia porque alrededor de 300 mil refugiados y migrantes están llegando a las fronteras europeas, pero no suponen más que el 0,04% de la población europea. Como una gota en ese mar en el que se ahogan. Europa tiene capacidad social y económica de sobra para acogerlos, lo que no tiene es la capacidad política. Nuestros dirigentes no han hecho nada por evitar una situación que se veía venir desde su origen, donde ayudamos a prender el polvorín, ni saben afrontarla en el destino, donde estamos jugando con pólvora.
No pueden decir que aquí no hay sitio. Líbano ha acumulado más de un millón de refugiados desde que empezó la guerra, en un país de solo cuatro millones. Nosotros tenemos un continente entero y la obligación legal de ayudarles contraída por nuestros gobiernos. Debemos y podemos hacerlo. Europa tiene un 6,5% de población extranjera, Estados Unidos tiene el doble y es la primera economía del mundo, construida, por cierto, por oleadas de emigrantes que son los primeros interesados en ayudar a levantar el futuro.
Podemos dar asilo a 15.000 refugiados en un país de 44 millones como el nuestro, a muchos más de 160.000 en un continente de 742 millones, pero la Unión Europea es poco más que un mercadillo donde cada mercachifle mira por su pequeño comercio y las personas son mercancía. Los refugiados peor que eso. Donde pensaban que encontrarían protección, encuentran el mismo desprecio por sus derechos. Las democracias europeas no les tratan como las víctimas que son sino como delincuentes, apestados, prisioneros, invasores.
Pero no son invasores que viene a asolar nuestras tierras, quitarnos nuestros trabajos o poner bombas yihadistas, como dicen o sugieren dirigentes del PP y otros xenófobos europeos que quieren sembrar el miedo. Es una posibilidad que las fuerzas de seguridad están vigilando, pero tan remota como ridícula: el ISIS no exporta, importa extremistas de Europa y hay formas mucho más fáciles de enviarlos, que someterlos a la incierta travesía de los refugiados. Si quieres mandar a un terrorista, te aseguras de que llega.
Europa no está a la altura de las circunstancias ni de sus valores, una vez más. Sigue varada en sus exasperantes cumbres que sólo sirven para convocar la siguiente dos semanas después. En lugar de coordinarse para aliviar a los países de entrada, enviar contingentes de ayuda y distribuir a los que llegan, se atrinchera. Es la guerra. El enemigo está a las puertas y han puesto al húngaro de portero de discoteca para que los eche a patadas como la periodista karate kid.
España cierra su frontera de Melilla, Alemania y Austria también las suyas durante horas o establecen controles como en un estado de excepción. Las familias quedan dividas a uno y otro lado de las vallas, algunos encarcelados, incluso tiroteados cuando intentan entrar, mientras otros mueren ahogados al lanzarse al agua con la locura de quien teme menos arriesgar la vida que volver la vista atrás.
Y ahora llega el frío. Se acerca para miles de personas, muchos niños entre ellos, atrapados entre las alambradas y las mafias. Parece que Europa esperase a que el invierno los detenga, disuada y disperse. Parece que esperasen a que el invierno haga el trabajo sucio que ahora hacen las olas. Hiela la sangre y hace que hierva.
Hoy a las 12h en www.carnecruda.es, ESPECIAL “BIENVENIDOS, REFUGIADOS”, con corresponsales, voluntarios y asilados. www.carnecruda.es
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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.