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Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.

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Podemos ser héroes

Javier Gallego

Me lo contó desolada mi amiga Lola, la Puñales. Se ha muerto Bowie, no me lo puedo creer. Yo tampoco podía. Hay seres que se han convertido en inmortales en vida y te cuesta aceptar que un día se mueran como los demás. Me decía Lola que había llorado a mares, sorprendida de que te pueda afectar tanto la muerte de alguien a quien no has conocido en persona. No me sorprendió porque ellos sí te conocen a ti mejor de lo que tú mismo eres capaz de expresar, mejor de lo que la mayoría te conoce. Para eso están en este planeta los hombres de las estrellas como Bowie, para revelarte lo que tú no sabes ni te atreves a contarte porque te reventaría la cabeza. Para susurrarte desde el cielo todo lo que merece la pena.

Hay un hombre de las estrellas esperando en el cielo que quiere conocernos pero tiene miedo de volarnos la cabeza porque todo lo que sabe merece la pena. Me ha dicho: dejad que los niños pierdan la cabeza, dejad que la usen, dejad que bailen (Starman)

Para eso vino a este mundo el marciano de patas de araña, Ziggy Stardust, con el polvo de estrellas de sus canciones, para descubrirnos a nosotros mismos y recordarnos que no estamos tan solos, que hay vida en Marte más inteligente que la de este estúpido mundo y que hay otros ahí fuera, en el espacio exterior, tan perdidos como nosotros, tan extraviados como el Mayor Tom en su odisea espacial, que es la tuya y la mía.

Aquí estoy sentado en esta lata de aluminio, muy por encima del mundo, el planeta tierra es azul y no hay nada yo que pueda hacer. Díganle a mi esposa que la quiero, ella ya sabe. (Space Oddity)

Para eso sus canciones. Para darnos amor en nuestro viaje a la deriva por el cosmos, para hablarnos cuando nos faltan las palabras, para tendernos una mano cuando nos caemos, para acompañarnos cuando no encontramos a nadie más que un cantante como Bowie que nos comprenda, para ayudarnos con el dolor y para recordarnos que no somos basura espacial sino algo sorprendente, único y maravilloso.

¡Oh, no amor! No estás solo. Es como si todos los cuchillos lacerasen tu cerebro. Yo pasé lo mío, voy a ayudarte con el dolor. Solo enciéndete conmigo. No estás solo. Enciéndete conmigo y no te sientas solo. Dame tus manos porque eres maravilloso. Dame tus manos. (R’n’r Suicide)

Cuántas veces las canciones de Bowie nos habrán dado su mano para sacarnos del hoyo. Cuántas veces nos han salvado la vida, como contaba Igor Paskual en una conmovedora carta de despedida que le escribió al conocer su muerte. Los poetas son ejércitos de salvación. Han impedido que la Humanidad se vaya al carajo y que suba de forma alarmante la tasa de suicidios. Para eso también sirven las canciones de Bowie, para hacernos sentir inmortales, invencibles e inmunes a las balas, aunque sea por un solo día, un único día o los tres minutos que dura una canción como “Heroes” (entre comillas, tampoco nos lo vayamos a creer).

Recuerdo cuando estábamos junto al muro y las metralletas disparaban por encima de nuestras cabezas y nos besamos como si nada pudiese caer. La vergüenza estaba al otro lado y podíamos vencerlos para siempre. Podíamos ser héroes, por un solo día. ("Heroes")

Hemos podido ser héroes y rebeldes y astronautas y marcianos y principiantes con todo por hacer y casi nada que perder y jóvenes en busca de sexo, droga, diversión, baile y, sobre todo, en busca de identidad, gracias a Bowie que tuvo identidades múltiples y una canción para cada momento de nuestra historia y un disco para cada momento de la historia la música que protagonizó. Si algo aprendimos del camaleón que cambiaba más rápido que la luz, del cantante de las mil pieles, el actor de sí mismo, es que la vida es cambio, que vivir es envejecer y que no hay mejor manera de hacerlo que reinventarse para resucitar una y otra vez.

Cambios. Date la vuelta y enfrenta las tensiones. Dentro de poco serás un poco más viejo. El tiempo me está cambiando pero no puedo seguir su pista. (Changes)

Para eso también sirve la música de Bowie, para enfrentarnos al paso del tiempo y a sus cambios como ha hecho él en cada nota y en su último disco en el que se ha ido resucitando una vez más.

Mira aquí arriba, estoy en el cielo. Tengo cicatrices que no se ven, dramas que ya no me pueden robar. Todo el mundo sabe quién soy. Seré libre como el pájaro azul, seré libre como yo soy. (Lazarus)

El Rey Elvis, que cumplía años el mismo día que el Duque Bowie, tiene una canción llamada Blackstar donde dice que todo hombre tiene una estrella negra sobre su cabeza y cuando la ve, sabe que ha llegado su hora. Bowie la vio, lo supo y se ha despedido como sólo podía hacerlo él, con el mismo estilazo con el que vivió, publicando el día de su cumpleaños el disco que anunciaba su muerte, Blackstar, un impresionante testamento poético en el que, antes de marcharse, trata de contestar a la incontestable duda sobre el sentido de la vida y la muerte:

No puedo decirte por qué pero puedo contarte cómo. Nacemos boca abajo, en sentido contrario, patas arriba. (Blackstar)

No se puede explicar con más sencillez. Hasta el último día estuvo en ese cielo al que ha vuelto para quedarse como una Estrella Negra que sigue brillando después de apagarse y que volverá a emocionarnos, Lola, cada vez que miremos arriba. Nos volverá a hacer sentir que podemos ser héroes aunque sea un solo día, solo uno, pero solo por ese día habrá merecido la pena esta odisea. Por eso lloras (y perdóname por haberlo contado). Por eso y por tener la suerte de vivir en un planeta por el que pasó como un cometa, un tal David Bowie.

Hoy a las 12h en directo en www.carnecruda.es, ESPECIAL DAVID BOWIE con los mejores especialistas, recuerdos, repaso a su carrera y ¡SU MÚSICA!

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