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Lucha vecinal contra el abandono de un hospital del bando republicano en Cuenca

Francisca Bravo Miranda

Desde 2011 que la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca celebra unas jornadas de homenaje a las Brigadas Internacionales en Tarancón (Cuenca). Fue entonces cuando se erigió el primer memorial a los escoceses que murieron en la batalla del Jarama. En este año, la iniciativa ha decidido centrarse alrededor de la defensa del Hospital de Santa Emilia, también conocido como el 'Hospitalillo', un edificio que se creó para recibir a los heridos de la batalla del Jarama en 1937, donde también trabajaron médicos, enfermeros y conductores de ambulancia de las brigadas internacionales. El mismo edificio en el que deben intervenir los vecinos del pueblo para que no se llene de agua.

Cada vez son más los nietos e hijos de los brigadistas que se van acercando a la zona para conocer dónde pelearon sus familiares, explica Ernesto Viñas de la asociación Brunete en la Memoria, que intervendrá en las jornadas con una conferencia de la sanidad republicana durante la Guerra Civil. Sin embargo, se encuentran con un edificio que lleva años sumido en el abandono y la ruina, a pesar de las promesas que se han hecho desde el Gobierno municipal. De hecho, un proceso judicial alrededor de la desaparición de documentos del Ayuntamiento mientras gobernaba María José Bonilla (PP) sigue dificultando la reforma y arreglo del 'Hospitalillo'.

“Cada vez vamos sabiendo cuál fue el papel del hospital, a través de nuevos testimonios y documentos”, explica Viñas. Los combatientes del lado republicano decidieron abrir el centro porque resultaba más sencillo trasladarlos a una zona de retaguardia, como la provincia de Cuenca, que meterlos en Madrid. No fue el único hospital que existió en la zona tampoco, sino que se han identificado otros en Saelices, Villapaz, Castillejo, Uclés y en Huetes. La historia de evacuación de los heridos es “grandísima”, explica el experto, pero no se ha reflejado hasta ahora. “Sobre todo forma parte del olvido de la historia vinculada a la II República y la resistencia”, asegura.

Los centros de salud como el 'hospitalillo' recibieron “mucha” ayuda médica internacional, un “gran esfuerzo” de apoyo al ejército republicano. Distintos países financiaron la compra de ambulancias, medicinas, y también médicos, enfermeros y conductores de ambulancia voluntarios que apoyaban el bando. Es por eso que los descendientes de estos ciudadanos anglosajones en su mayoría “alucinan” con el estado de deterioro y abandono en el que se han encontrado el edificio.

Hemingway y Cartier-Bresson

El trabajo de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Cuenca empezó en 2004, centrándose “principalmente” en la represión franquista de la provincia. Empezaron con la exhumación de las fosas comunes de Uclés entre ese año y 2007, y en 2011 recibieron la solicitud de Alan Craig, un ciudadano británico cuyo padre murió en Tarancón. La idea de Craig era poner un monumento a su padre y todos los escoceses que participaron en la batalla del Jarama. Así entran las Brigadas Internacionales en el trabajo del colectivo.

Fue la Asociación la que ha difundido la intervención de los ciudadanos en el 'hospitalillo' para evitar que se llenase de agua cuando llueve: “Ya era hora de que alguien hiciera algo útil más allá de las palabras, muchas palabras que no ayudan a la conservación del edificio. Es una pena que una vez más haya tenido que ser la sociedad civil y no las autoridades quien tome la iniciativa”, lamentaba el colectivo al respecto. Critican duramente el estado del centro: “Es como si se prefiriera que la memoria, física y metafísica, de aquella lucha por la libertad y la democracia desaparecieran, ayudados por la indiferencia y el tiempo”, a pesar de que grandes personalidades como Hemingway o Cartier-Bresson llegaron a Tarancón durante la Guerra Civil.

“El problema del hospital surge cuando el alcalde socialista de hace dos legislaturas (Raúl Amores) anuncia que va a hacer una residencia de ancianos y para eso se va a derruir el edificio. Finalmente, ha resultado la mejor propuesta”, ironiza Máximo Molina, de la ARMH Cuenca. Los siguientes gobiernos del PP, recuerda, dijeron que “sí a todo” pero luego vino el “silencio absoluto”. A esto se suma la polémica y el proceso judicial debido a una presunta desaparición de documentos municipales.

En la misma situación se encuentran los dos refugios antiaéreos que existen en la localidad, del hospital y también de la estación de tren, ya que Tarancón fue bombardeada de manera “sistemática” por parte del bando franquista. “Conseguimos que no se destruyera [el refugio del hospital] pero sigue cerrado. Es muy curioso porque no hay dinero para nada, pero se puede gastar mucho dinero en un busto a Adolfo Suárez”, critica Molina. Desde la ARMH también explican que la localidad conquense aparece en “casi todas” las memorias de los brigadistas internacionales, al ser un punto de referencia cuando empezaron a abrirse hospitales tras la batalla del Jarama.

Pero no sólo está relacionado con la memoria histórica, recuerda Molina, ya que “muchísima gente” del pueblo nació ahí. “Nos preocupa que se acabe olvidando porque está relacionado con las brigadas”, explica. “Es muy simbólico, es la memoria de la gente que vino a España a defender la democracia y no podemos obviar el papel que tuvieron en esos años de represión brutal”, recalca.

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