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Alcaldes en la disyuntiva de gestionar zonas de baño: “Es un pisto”

Embalse de Entrepeñas, en Sacedón (Guadalajara)

Carmen Bachiller / Diana Calzado

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El inusual verano marcado por la pandemia de COVID-19 está poniendo en jaque a los ayuntamientos que cuentan en su término municipal con zonas para el baño en ríos, embalses o pozas.

La Consejería de Sanidad aprobó el pasado mes de junio una instrucción dirigida a los ayuntamientos. Abrir o no las zonas declaradas aptas para el baño por la Dirección General de Salud Pública depende de que los alcaldes sean capaces de implantar medidas que cumplan con el aforo y el distanciamiento social.

Además, se les pide una “declaración responsable” de que velarán por su cumplimiento. Esa misma obligación se exige también a los empresarios si en la zona hay chiringuitos, bares, motos acuáticas o similares.

Pero, ¿qué ocurre en aquellas zonas no declaradas aptas para el baño por Salud Pública en las que históricamente los ciudadanos 'acampan' cada verano? Es el caso del Alto Tajo o del embalse de Entrepeñas, en la cabecera del río que tiene tres zonas autorizadas para el baño en Pareja, Durón y Alocén, pero curiosamente esa autorización no existe en el municipio de Sacedón.

“Los ayuntamientos podemos gestionar las zonas de baño que han sido autorizadas como tales por la Junta, pero ¿y las que no lo son?”, se pregunta el alcalde, Paco Torrecilla, quien sostiene que “es habitual que en el azud de Pareja se junten 20 personas, pero en Sacedón sin tener zona de baño lo hacen 500 en un espacio similar”.

Este alcalde reconoce que “una zona de baño es un marrón para los ayuntamientos y ahora todavía más. Los más pequeños no tenemos medios para controlarlo. Sé que el alcalde de Buendía ha cerrado sus dos zonas de baño. También me han dicho que Alocén ha cerrado”.

En Pareja, el pueblo ribereño con zona de baño autorizada no se abrirá este verano. Su alcalde, Javier del Río, estaba valorando opciones para una zona bañista, pero según señalaba a Europa Press, la idea ha quedado aparcada debido a la gran afluencia de gente registrada desde el inicio de la desescalada y las “complejas” medidas que se exigen desde Sanidad.

¿Quien ha de velar por la seguridad en espacios con bañistas que no han sido autorizadas por Salud Pública?

El alcalde de Sacedón muestra su preocupación porque, si a su pueblo llega el mismo volumen de gente que otros años, “no tenemos responsabilidad y ni siquiera autoridad sobre ciertos espacios que, sin estar preparados, la gente usa para el baño”.

Cuando preguntamos al titular de los terrenos, la Confederación Hidrográfica del Tajo, señala a “la autoridad sanitaria autonómica” como la “competente” a la hora de decidir “de acuerdo al decreto que regula la gestión de la calidad de las aguas de baño que regula las zonas adecuadas para este uso recreativo”.

Además, el organismo de cuenca del Tajo recuerda, a preguntas de elDiarioclm.es que “la actividad del baño en dominio público hidráulico es un uso común que no requiere autorización”. Entonces, ¿quien vela por que en estos espacios no se produzcan aglomeraciones este verano?

“Es un pisto” dice el alcalde de Sacedón ante una situación que parece quedar en tierra de nadie a la hora de hablar de responsables. “Nos está generando ya problemas. Es cierto que tenemos espacio cedidos por Confederación al Ayuntamiento y que aunque no los hemos pedido para baño, pero se pueden visitar. Ahora la gente los utiliza para bañarse. No sabemos si tenemos responsabilidad. Vienen cientos y cientos de personas. Algunos se portan bien y otros regular”.

Lo cierto es que no es el único alcalde preocupado en la cuenca del Tajo hasta el punto de que algunos todavía no tienen claro qué hacer, según las fuentes consultadas por elDiarioclm.es.

Carteles disuasorios y bandos municipales con recomendaciones para no bañarse en agua dulce de ríos, pantanos o pozas si no está expresamente autorizado son las fórmulas que están utilizando los ayuntamientos.

En el caso de Almoguera (Guadalajara), el alcalde ha decidido ‘cortar por lo sano’. Primero con un contundente bando para prohibir el baño y después rectificando con un segundo bando -aclarando que no está en sus competencias la prohibición- en el que dice “aconsejar” a los vecinos no bañarse en los ríos por los que discurre el agua sin tratar de muchos pueblos que no disponen de depuradora.

Luis Padrino reconoce “la libertad” de cada persona, pero también alerta de la supervivencia del coronavirus en aguas dulces sin tratar citando recomendaciones del Ministerio de Ciencia e Innovación y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En otros pueblos con zona de baño como Zaorejas o Trillo todavía se lo están pensando, más allá de haber situado carteles recomendando no bañarse.

Ossa de Montiel: “Es muy difícil controlar el aforo”

En otras provincias, tanto los ayuntamientos de Ruidera (Ciudad Real) y Ossa de Montiel (Albacete) recibieron permiso de Sanidad para abrir sus zonas de baño en el parque natural de las lagunas de Ruidera.

Para el alcalde de la localidad albaceteña está siendo un verdadero quebradero de cabeza. Alejandro Chillerón explica que “cada zona de playa está delimitada por unos palos y unas cadenas, una señalización con las normas que hay que cumplir: el uso obligatorio de mascarilla para entrar y salir, respetar la distancia de seguridad, usar el gel hidroalcohólico para usar los baños, etc. y durante los fines de semana tenemos un apoyo continuo de Protección Civil, de la Guardia Civil, patrullas de GEACAM y la Policía Local”.

El problema llega con el control del aforo: “Desde el Ayuntamiento no podemos asumir tanto gasto, ya nos está suponiendo alrededor de 40.000 euros, si tuviéramos que contratar a diez vigilantes sería imposible. Hemos pedido ayuda a todas las administraciones. Ahora mismo ese es el principal problema, es muy difícil controlar el aforo”.

“Lamentablemente nos vamos a ver obligados a tomar decisiones duras porque estamos viendo como fin de semana tras fin de semana hay muchísima gente”, continúa este alcalde de la provincia de Albacete, “no cumplen las normas, hay baños destrozados, basura por todos lados... hemos apelado varias veces al civismo y a la responsabilidad, pero nos estamos viendo desbordados por la gente”.

“Hemos habilitado las zonas de baño por el bien de nuestras empresas, de nuestros hosteleros y del turismo, pero nos estamos encontrando con muchas más dificultades de las que esperábamos”, concluye.

El control de aforos es también por lo que han apostado en el municipio toledano de Cazalegas con dos aparcamientos con un tope de vehículos. Otros como Piedrabuena (Ciudad Real) o Cañamares en Cuenca han decidido cerrar el acceso a las zonas de baño. En Beteta se ha decretado el cierre temporal al baño en la Laguna de El Tobar.

Son algunas de las medidas que se han tomado en las más de 30 zonas declaradas habitualmente aptas para el baño en la región. La mayoría de los ayuntamientos se ven sobrepasados para velar por la seguridad y también para pagar lo que eso conlleva. A algunos se les ha denegado la posibilidad de abrir por parte de Sanidad.

Y es que la instrucción de Salud Pública exige desde establecer aforos y franjas horarias, reforzar la limpieza y desinfección en zonas de duchas, aseos o vestuarios si los hay, así como las tumbonas cada vez que cambien de usuario. A las empresas de hostelería o de actividades  acuáticas, también se les exige en este sentido. Será, dicen los alcaldes, “un verano muy largo”.

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