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Seis años después: ¿Qué pasó en Mota del Cuervo? Los socios de la Caja que se enfrentaron al Banco de España siguen buscando respuestas

Francisca Bravo Miranda

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Difícil es resumir lo que ocurrió con la Caja Rural de Mota del Cuervo. La entidad financiera fue vendida a Globalcaja tras meses de conflicto judicial entre los cooperativistas y el Banco de España, entre otros, arguyendo un déficit de la entidad de unos 700.000 euros.Aunque ya han pasado más de seis años después de la decisión que acabó con la entidad financiera cooperativista, los antiguos socios de la Caja no se rinden y siguen buscando respuestas para saber exactamente qué ocurrió y “evitar que pase de nuevo”.

De estas incertidumbres nace el libro 'La Cooperativa de Crédito de Mota del Cuervo. De cómo un pueblo perdió un bien común, motor de su economía', editado por María del Carmen Salido Noheda y Esperanza Morales López. El libro recoge entrevistas con la abogada Marta Jiménez, la historiade la fundación de la Caja y su Fundación, titulado “Un abuso de poder y múltiples traiciones”, la historia de la Plataforma Queremos nuestra caja y sus “desacuerdo” con el Banco de España.

María del Carmen Salido, una de las editoras del libro, recuerda perfectamente la fecha de la intervención de la entidad financiera. Fue el 14 de enero del 2014. “Nos hemos estado movilizando con distintas iniciativas que, hasta ahora lamentablemente, no han tenido muchos resultados”, recuerda la que fuese también cooperativista de la Caja. Salido también fue parte de la asociación 'Queremos nuestra Caja', que debió finalmente declararse como insolvente, al reclamarle Globalcaja las costas de los distintos juicios que se llevaron a cabo.

“Teníamos el dinero que recogimos de las cuotas de aportaciones voluntarias, de rifas, de loterías, todo a base de la implicación de los socios. Nos quedamos sin los recursos que finalmente eran de todo el pueblo”, recuerda Salido. Y es que no sólo reclaman que la Caja no era insolvente, sino que también reclaman por todo el patrimonio con el que contaba la Fundación de la Caja. Entre otros recursos, se cuenta el Centro de Salud local y comarcal, así como el Centro de la Juventud, la sede de la Caja y el edificio donde ensayaba la banda municipal.

El libro surge por “la necesidad de que lo pasado no vuelva a pasar”, y por la “necesidad de conocer la verdad”. “Todos sentimos que nos robaron de una manera que no estaba justificada, vimos intereses en que pasar a otras manos. La Caja no era insolvente y la intervención no estaba justificada, además de que se vendió sin esuchcar a los socios”, asegura. De hecho, recuerda que cuando se votó en asamblea si se vendía o no la Caja, más del 80% de los socios dijo que no. “No es que discutamos los datos del Banco de España, pero esos datos no eran de insolvencia”, recalca.

El periplo judicial que tuvieron que pasar fue largo, lamenta, y además se basó en un argumento que consideran “no lógico”, el de no poder recurrir el inicio del expediente abierto por el Banco de España. “Nos dijeron que era algo no recurrible, un argumento no lógico”, explica Salido. La plataforma no fue la única que recurrió, sino también el Ayuntamiento. “Pero la Audiencia Nacional se acogió a ese argumento, para no entrar en el fondo de la cuestión ni valorar nada. Nuestro perito elaboró un informe, en el que se demostraba que la caja no era insolvente, aceptando los datos del Banco de España. Nunca hemos discutido los datos, pero con ellos no estábamos en situación de de insolvencia”.

Sin embargo, no se admitió nada de lo presentado por la Plataforma. “Teníamos esperanza, porque creíamos que la Ley nos amparaba, y queríamos saber qué pasaba, nadie nos informaba”, explica la antigua socia. De este modo, recuerda que antes de la asamblea en la que se votaba la absorción, se les dieron documentos explicando la situación, pero “las decisiones estaban todas tomadas”. La asamblea fue en diciembre de 2013, describe, y un “86% de los votos” fueron en contra. “Nadie se posicionó a favor de que se anexionara la caja, ya que lo consideramos una imposición del Banco de España. Por eso tuvo que ser a las malas”, relata.

Patrimonio de la fundación, “de todos los moteños”

Otro aspecto que preocupa a los antiguos socios de la cooperativa de crédito es la intervención de la Fundación, que contaba con un patrimonio en la localidad conquense “más que millonario”. “Todo se hizo en colaboración estrecha con el Ayuntamiento, por lo que no sólo hay dinero de los socios de la Caja, sino del Ayuntamiento. Es de todos los moteños. Ahora se lo ha quedado Globalcaja y que nosotros sepamos, no tienen ninguna atribución sobre este patrimonio. En este sentido, las sentencias también han sido satisfactorias”, recalca.

Finalmente, el libro lo que busca es encontrar “la verdad”. “Por eso difundimos la situación todo lo que hemos podido”. Pero, además, buscan que la situación no se repita y que la gente, no sólo del pueblo, sea “consciente de lo que se ha perdido tras la intervención”. “Esto no sólo es para los moteños, sino para cualquier interesado en proteger lo que es del bien común, de la economía del derecho, porque nos parece que es algo ináudito”. Salido reflexiona que este tipo de “abusos de poder” son “difíciles de atajar”, pero más todavía, advierte, si “nos callamos y seguimos haciendo lo que les parece”.

“Defendemos que todavía se puede recuperar, esa es nuestra esperanza. Sobre todo la Fundación. Sabemos que es difícil, pero vemos motivos y argumentos legales para que la Fundación se quede en el pueblo. Nuestra propuesta es que pase a manos del Ayuntamiento”, concluye.

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