Ecologistas ven “insuficiente y mal enfocado” el nuevo Plan regional de residuos

Ecologistas en Acción considera que el nuevo Plan de Residuos de Castilla-La Mancha recientemente aprobado no crea los mecanismos necesarios para evitar manejos ilegales e incendios como los de Seseña o Chiloeches y que sigue priorizando la incineración y el vertido frente a otros sistemas de gestión no contaminantes. La organización dice sentirse “defraudada y frustrada” ante la negativa de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural a aceptar las mayor parte de las alegaciones que se le han presentado y que se centraban en la reducción,  la reutilización y el reciclado, en lugar de hacerlo “por el vertido y por la valorización que no es sino una simple incineración”.

Según afirma, este Plan se aprueba en un escenario “desalentador” de los residuos en Castilla-La Mancha. Justifica este argumento por el alto porcentaje de residuos urbanos no gestionados que llenan los vertederos antes de tiempo, como ha ocurrido en el de Toledo; por unas bajas tasas de reciclado, y por un “descontrol evidente” de los centros de gestión de los residuos tóxicos y peligrosos, de los residuos de construcción y demolición, de los lodos y de los neumáticos.

También denuncia una “falta de control administrativo eficaz” que ofrece el “caldo de cultivo” donde prosperan situaciones como las que han dado lugar a las catástrofes ambientales de Seseña y Chiloeches. Y a todo ello añade la “ausencia de protocolos de emergencias adaptados a estas catástrofes ambientales en las que ha primado la desinformación y la ocultación de los riesgos para la población y el medio ambiente”.

En opinión de Ecologistas en Acción, el nuevo Plan desvirtúa los objetivos básicos de  la Economía Circular en los que dice inspirarse y tiene “muy poco que ver”con las medidas urgentes que exige “el freno a la escalada imparable en la generación de  residuos”. Además, añade que esta medida “facilita el subterfugio para seguir apostando por la incineración a través de los llamados ”combustibles alternativos“.

“Este será, por ejemplo, el destino de parte de los neumáticos de Seseña y de las  50.000 toneladas de hidrocarburos tóxicos de la laguna de Arganda”. Son restos que, según afirma, se quemarán en centros de trabajo y cementeras, respectivamente, “sin que nadie pueda asegurar que con su combustión no se liberarán a la atmósfera  las  mismas sustancias tóxicas que se emitieron en el incendio”.

Desde esta organización, recuerdan su apuesta por los sistemas de SDDR (de depósito, devolución y retorno) en implantación en comunidades limítrofes como la valenciana; por la instalación del contenedor de materia orgánica; por nuevos sistemas integrados de gestión; por la sensibilización ambiental de los ciudadanos y de los agentes productores; y por la dotación de medios humanos que asegura la adecuada vigilancia y control en la gestión de los residuos.