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Enoturismo en Castilla-La Mancha: un recorrido por las rutas del vino más destacadas de la región

FOTO: Turismo Castilla-La Mancha

Teresa Sánchez Garzón

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Si por algo se caracteriza Castilla-La Mancha es por sus vinos. De hecho cuenta con el mayor viñedo de Europa y es la región vitivinícola del país por excelencia. Los caldos castellanomanchegos se distinguen por su calidad excepcional, amparados por sus nueve Denominaciones de Origen. Para fomentarlos se ha puesto en marcha una campaña para dar a conocer las tres Rutas del Vino certificadas en la región: Valdepeñas, La Mancha y La Manchuela. Su primera parada ha sido Madrid aunque el Gobierno regional tiene prevista su promoción con otras acciones. 

“Es una forma de destacar la importancia vitivinícola de Castilla-La Mancha a todos los niveles transformándolo en un producto turístico para que la gente aficionada puede venir a disfrutar de determinada oferta vinculada a bodegas, restaurantes, tiendas de vino o alojamientos”, ha señalado Fernando Honrado, gestor de promoción turística de la Fundación Impulsa Castilla-La Mancha. El objetivo final de esta acción es destacar el potencial que supone contar con tres Rutas del Vino certificadas.

Además, el Ejecutivo autónomo también se ha propuesto de cara al futuro contar con nueve rutas, alcanzando de esta forma a las nueve Denominaciones de Origen vinícolas que existen en la región. “A día de hoy se han creado tres rutas pero no quiere decir que sean las únicas si no que son las que están funcionando ya pero estamos en camino de crear la Ruta de Méntrida y la Ruta de Uclés. Y en el resto de zonas estamos o bien empezando o sentando las bases para poder contar con todas las rutas asociadas a las DO de Castilla-La Mancha”.  

Ruta del Vino de La Mancha

En la Ruta del Vino de La Mancha, que comenzó en 2018, el proyecto arranca “con una gran solidez” con 42 empresas y entidades asociadas a la Ruta, entre las que, aparte de los Ayuntamientos y la D.O.P. La Mancha, hay 15 bodegas, cuatro alojamientos, nueve empresas de restauración, cuatro de actividades turísticas, dos queseras, dos museos y un comercio especializado en gastronomía.

“Está ubicada en plena llanura manchega, en la zona de mayor producción de vino de Europa. Su recorrido abarca seis pueblos de las provincias de Albacete, Ciudad Real y Toledo, unidos por su paisaje singular, una larga tradición vitivinícola y una cultura atesorada durante siglos: Alcazar de San Juan, Campo de Criptana, El Toboso, Socuéllamos, Tomelloso y Villarrobledo”.

Cuenta con bodegas pioneras, grandes y de tipo familiar con tradición y dotadas con modernas infraestructuras. También de nueva creación, pensadas para elaborar vinos de gran calidad al amparo de un marco arquitectónico destacable o bodegas ubicadas en parajes naturales de interés, presidiendo grandes extensiones de vid a lo largo de la llanura.

Sus variedades blancas son la Airén, Macabeo, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Verdejo, Moscatel de grano menudo, Pedro Ximénez, Parellada, Torrontés, Gewürztraminer, Riesling y Viognier. Las tintas, Tempranillo, Garnacha, Moravia, Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Petit Verdot, Graciano, Malbec, Cabernet Franc y Pinot Noir.

“La Mancha se caracteriza por tener un paisaje excepcionalmente plano, dominado por los cultivos agrícolas. Las grandes extensiones de vid y cereal y las amplias zonas de monte mediterráneo ricas en caza menor, enmarcan esta Ruta ofreciendo paisajes de gran belleza e interés”.

Ruta del Vino de La Manchuela

Por su parte, la Ruta del Vino de La Manchuela, es un proyecto enoturístico que engloba territorios de la comarca natural homónima en las provincias de Albacete y Cuenca. Cuenta con más de 70 socios y en 2019 comenzaron a poner en marcha acciones promocionales como la adopción de una marca y la creación de un folleto-guía y de su página web.

“La Ruta del Vino de La Manchuela nació con la intención de mostrar al mundo las bondades de esta zona y se adentra en el campo para proyectar tradiciones, y culturas así como el valor de la gente, que no está dispuesta a dejar de lado el tesón y la calidad de su trabajo vitivinícola como premisa. Esta ruta se erige como una de las más prometedoras propuestas para turistas, pero también para especialistas en el mundo de los vinos”. 

En la provincia de Cuenca hay regiones como El Herrumblar, Graja de la Iniesta, Iniesta, Minglanilla, Villagaría del Llano, Villanueva de la Jara y Villarta. Todos estos pueblos ponen a disposición de los turistas diferentes opciones que incluyen alojamientos, bodegas, restaurantes y espacios naturales que servirán de complemento a esta Ruta del Vino de La Manchuela.

De igual forma la provincia de Albacete activa su infraestructura turística a lo largo de localidades como Alborea, Alcalá del Júcar, Carcelén, Casa de Juan Núñez, Casa Ibáñez, Cenizate, Fuentealbilla, Jorquera, Mahora y Villamalea. Todos estos pueblos, que forman parte de la Ruta, “son dignos de visitar para conocer el carácter emprendedor y trabajador de cada uno de sus habitantes, que tienen en sus genes los rasgos manchegos, pero que, culturalmente, tienen una especial aproximación al mediterráneo”.

Algo fundamental en la Ruta del Vino de La Manchuela tiene que ver con el proceso de elaboración del vino, por ello, tanto Albacete como Cuenca disponen de reconocidas bodegas que han preparado un proceso pedagógico con el que el turista podrá aprender un poco más sobre la cultura vitinivícola y los procesos de elaboración de los vinos.

Ruta del Vino de Valdepeñas

Por último, la Ruta del Vino de Valdepeñas dio sus primeros pasos en 2016 y en la actualidad forman parte de ella 25 socios entre los que se encuentran los Ayuntamientos de Valdepeñas, Moral de Calatrava y San Carlos del Valle, además de la DOP Vino de Valdepeñas, seis bodegas, tres alojamientos, tres restaurantes, tres guías, dos agencias de viaje, una empresa de ocio temático, una enoteca y un museo.

Entre otros atractivos, los visitantes podrán encontrar en esta Ruta: bodegas grandes y pequeñas que conjugan tradición y modernidad en vinos con carácter y personalidad; bares y restaurantes que cuidan el producto de la tierra con una gastronomía “exquisita e innovadora”; alojamientos de distinto tipo como hoteles, hostales y casas rurales, donde disfrutar de una experiencia en pareja, en grupos, en familia o con amigos; museos de pintura, escultura o arqueológicos y entre ellos, el primer Museo del Vino de Castilla-La Mancha. 

Estas tres Rutas van dirigidas, según Fernando Honrado, a todo tipo de público, desde el gran aficionado al vino hasta el aficionado a la gastronomía que utiliza el enoturismo para disfrutar de la comida de cada zona. “Hemos estado asistiendo a ferias, estuvimos en FITUR, hemos puesto en marcha una campaña en el metro de Madrid y vamos a hacer una serie de viajes de blogueros especializados que van a conocer todas las Rutas, y también vamos a hacer viajes para agentes de viajes especializados. En definitiva, vamos a llevar a cabo una importante campaña de promoción”, concluye.

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