Fernando Marín: “La muerte está ahí. Conviene que de vez en cuando pensemos en ella”
“La muerte está ahí. Conviene que de vez en cuando pensemos en ella”, reflexiona el doctor Fernando Marín, vicepresidente de la Asociación Derecho a Morir Dignamente. El recién creado grupo local del colectivo en Guadalajara acoge una charla del profesional para traer el debate del proyecto de ley recientemente aprobado también a un contexto más local. “Se trata de explicar qué es exactamente el suicidio asistido, lo que plantean los partidos, aclarar los errores que hay en la concepción de la eutanasia”, explica Marín.
Los grupos locales, explica, tienen su propia importancia, porque tienen el potencial de llevar a cabo actividades de este tipo para plantear la necesidad de acabar con el “tabú” de la muerte, de la importancia de tomar decisiones, y poder llegar a planificar el final de su vida. “No sólo se trata de tener una enfermedad, sino de ser conscientes de que por el hecho de estar vivos, esto pasará”, recalca Marín. Por eso, se debe hablar de los testamentos vitales, y de cómo se puede evitar que los procesos del fin de la muerte se alarguen “mucho” y los afectados “sufran muchísimo”.
“Nos gustaría que fuera una ley más valiente”, reconoce Marín, que señala distintas limitaciones que tiene el texto según lo ha planteado el PSOE. Sin embargo, también reconoce que es un avance, ya que se ha logrado la unidad parlamentaria necesaria para llevar a cabo un trámite que desde DMD llevan años esperando. Entre otros, pone de ejemplo a los menores, que no se incluyen en esta ley. Pero sí existen otros países, como Bélgica o los Países Bajos, consideran a los que llama “menores maduros”, lo que supone un avance “cualitativamente importante” para aquellos chicas y chicos que tienen capacidad de tomar la decisión de adelantar su muerte.
“Reapropiarnos de nuestra propia muerte”
El debate de la eutanasia, explica Marín, consiste en primer lugar en plantear el “reto de reapropiarnos de nuestra propia muerte”. A pesar de la condición innata de ser mortales, señala. “Todo el mundo querría morir bien, pero muchas veces esto depende de tomar consciencia de que vamos a morir y que esta calidad depende de nuestra voluntad de tomar decisiones de asumir nuestros valores”, explica el profesional. Para ello, se debe tener claro que no hay “ninguna obligación” tras la aprobación de una ley que regule el suicidio asistido.
“La muerte voluntaria supone una liberación. Ayudar a estas personas a tomar esta decisión es algo muy satisfactorio, al igual que ocurre al poner todos los medios para aliviar el sufrimiento”, recalca el médico. Sin embargo, señala que se debe respetar la individualidad de “cada uno”, especialmente en el caso de quienes no quieren llegar a situaciones de deterioro que finalmente son inevitables al fomar parte de un proceso terminal. “Si no quieren depender de otros, o no quieren ingresar en una residencia o llegar a un punto en el que no saben cómo se llaman, hay que respetarlo”, afirma.
Expectativas y recelos
“Recibimos la ley con muchas expectativas. Parece que ahora el PSOE sí va en serio y reúnen las condiciones con suficiente apoyo, además del apoyo social incuestionable”, celebra el médico. De todos modos, tienen también recelos alrededor de la normativa, al considerar que parece “demasiado burocrática”. “Es muy garantista y estas garantías pueden perjudicar a las personas, hay demasiados trámites, que incluyen proceso deliberativo, buscar a otro médico, otra evaluación y luego una comision de control. Nos parece demasiado control, puesto que el control parte de una desconfianza”, recalca.
Por otro lado, explica que se plantea una comisión que depende de las comunidades autónomas y que esto puede suponer un “peligro”, en el caso de gobiernos de corte más conservador. “El control previo parece excesivo. Pone el foco en una desconfianza en los profesionales que no entendemos ni compartimos”, recalca. Rechazan que no se confíe en las personas que quieran tomar esta decisión, que son personas adultas, con informes. “Nadie decide morir por un arrebato”, recalca. En cuanto a las comisiones regionales, critica que no tienen un plazo ajustado, sino que establece “el menor plazo posible”. “Puede ser mañana, o nunca, y nos parece que hay que mejorarlo”.
Atención primaria
El doctor afirma que lo ideal sería que este tipo de decisiones recayese en los facultativos de Atención Primaria, porque son ellos los que llevan “años” trabajando con cuidado paliativos. “No les será difícil llegar a mutuo acuerdo, a la hora de querer adelantar su muerte”, asegura Marín. En cuanto al papel que cumplen los profesionales de la salud, el profesional explica que se elaborarán guías, protocolos y la asociación también trabajará en orientar a los trabajadores y a los ciudadanos.
Pero la formación, señala, no sólo puede ser en el ámbito de la salud, debe ser en todos los ámbitos, explica, incluyendo la educación. “Necesitaríamos hablar más en todos los ámbitos. De la muerte, de que la gente se muere. Una parte importante de la población goza de bienestar, pero no todo el mundo. La muerte está ahí. Conviene que de vez en cuando pensemos en ella”, reflexiona. Por eso, aboga por tratarlo también desde que niñas y niños son pequeños, pero también continuar con la formación en los niveles de Bachillerato y la Universidad. “Debe ser una experiencia gratificante, no que te deje marcado para siempre”, concluye.
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