El Gobierno de Castilla-La Mancha no descarta un móvil “machista” en el asesinato de María Isabel en Albacete
La consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández, ha condenado en nombre del Gobierno de Castilla-La Mancha el asesinato perpetrado en Albacete por “lo cruento”. “Isabel era muy querida en Albacete, muy conocida y una persona con discapacidad que la hacía especialmente vulnerable y con un gran impacto social, y es doblemente condenable”, ha afirmado. Fernández ha asegurado que no se descarta que pueda haber algún móvil “machista”, aunque las fuentes oficiales confirman que no existía relación sentimental.
El cuerpo de María Isabel de la Rosa, vendedora de la ONCE y mujer muy querida en Albacete capital, fue encontrado este martes en una vivienda y la autopsia se ha realizado en la mañana de este miércoles. Fuentes judiciales han confirmado que no había relación sentimental entre la única persona detenida por el suceso y la víctima. María Isabel llevaba desaparecida desde el pasado 19 de agosto y la ciudad entera se ha volcado en el duelo por su asesinato. “La ciudad de Albacete y sus vecinos están consternados, la muerte de María Isabel ha causado un tremendo dolor entre la ciudadanía”, ha señalado el alcalde de la ciudad, Emilio Sáez,
“Siempre condenamos porque nadie merece lo que le ha pasado a Isabel, la diligencia ha sido oportuna y la Policía ha actuado magníficamente, y condenamos rotundamente este asesinato”, valoró la consejera portavoz. Desde la Consejería de Igualdad explican que, aunque la Ley estatal contempla como violencia machista la ejercida tanto por la pareja como por la expareja, la ley regional 4/2018 de 8 de octubre para una Sociedad Libre de Violencia de Género, sí está adaptada al Convenio de Estambul y “contempla las diferentes manifestaciones de violencia machista más allá del ámbito de la pareja o expareja”.
En el artículo 4 de dicha ley se señala que son varias las manifestaciones de violencia de género que se incluyen: la violencia en la pareja o expareja; el feminicidio, es decir, el homicidio o asesinato de una mujer cometido por razón de género; también las distintas manifestaciones de violencia sexual como la agresión, el abuso o el acoso sexual, que se entiende como “cualquier comportamiento” que “atente” contra la dignidad de la mujer o cree un entorno “intimidatorio, degradante u ofensivo”. La ley incluye también la trata de mujeres, la mutilación genital femenina, la explotación sexual, o el matrimonio concertado como violencia de género.
Por otro lado, la Ley Orgánica de de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género de 2004 establece que su objeto es actuar contra la violencia que “manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”.
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