El hospital de Tomelloso mantiene su área de cardiología sin un solo médico
Dentro de las listas de espera del hospital de Tomelloso, que ya ostentan el record de ser las mayores de la provincia de Ciudad Real y las segundas mayores de toda Castilla-La Mancha, se están disparando especialmente las del área de cardiología. En este área sólo hay contratada una doctora para cubrir el trabajo a todos los pacientes.
El hecho de que sólo haya un médico ha hecho que, en el momento en que esta doctora se ha tomado su tiempo de vacaciones correspondiente (30 días), el área ha quedado automáticamente cerrada ya que no hay ninguna persona que pueda hacerse cargo. A eso hay que sumarle una baja por enlace matrimonial, con lo que a los 30 días de vacaciones enlaza otros 15 días extras vacacionales. Es decir, 45 días entre julio y agosto en el que en el hospital de Tomelloso no hay ni un cardiólogo, absolutamente nadie para realizar ninguna tarea de esa área, principalmente pruebas diagnósticas.
Para poder atender a los pacientes que tenían cita en este periodo, el SESCAM ha contratado a la clínica médica Lamar de la localidad tomellosera para realizar las pruebas en sus instalaciones. Por tanto, estos pacientes, en vez de asistir a su hospital pagado con dinero público, son desviados a una clínica privada (con, lógicamente, los gastos a cargo del SESCAM).
Esta clínica ya trabajó con el SESCAM en la externalización de otras pruebas diagnósticas como mamografías, ecografías o consultas ginecológicas, aunque en los últimos meses se ha evitado por activa y por pasiva externalizar a ningún paciente a ninguna clínica privada salvo casos extremadamente necesarios, para no aumentar los gastos del SESCAM, a costa de alargar aún más la lista de espera, incumpliendo una Ley de Garantías Sanitarias que el mismo gobierno de Cospedal conoce, se salta e incumple. Así, mientras en el hospital hay un equipamiento entero de cardiología adquirido en 2007, éste está sin utilizar mientras los pacientes van a una clínica privada pagada por el gobierno, cuando sería mucho más rentable cubrir la baja de esta profesional con otro que sí aprovechase los recursos públicos del centro.
Desde la dirección del centro y del propio SESCAM se juega con el desconocimiento jurídico de los pacientes para saltarse la ley. Con frases como “es que la cosa está muy mal”, “tiene que comprender la difícil situación” y demás similares, los pacientes que acuden a la oficina de atención al usuario del hospital a pedir un adelanto o al menos una explicación de por qué se le conceden citas para dentro de varios años reciben vagas respuestas. A la mayoría simplemente les adelantan su cita un par de meses para contentarles. La indignación de la entrada se convierte en resignación a la salida, ya que, aunque lo estipula la ley, no se puede hacer nada para que la cumplan.