La lengua española, “marca de turismo idiomático” y oportunidad de futuro para Toledo y Castilla-La Mancha
“Perfeccionar mi español, aprender sobre Toledo, sobre la historia y la cultura, y además estar aquí y disfrutarlo es una experiencia única”. Con estas palabras define Klaus Josef Plaschka, alemán de 60 años, los cuatro cursos en español para extranjeros en los que ha participado dentro del programa “Tres Culturas: Español en Toledo”. Es solo una muestra del entusiasmo que esta iniciativa de la Fundación General de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y el Instituto Cervantes ha ido despertando desde su inicio hace ya seis años. Desde 2015 hasta la actualidad han pasado por los cursos organizados cada año un total de 390 alumnos de 34 nacionalidades. Los han impartido 30 profesores especializados.
Acaban de finalizar los dos últimos cursos de los cuatro programados en 2021 (los dos anteriores se impartieron antes del verano), que aúnan la formación en temas propios de la historia con la sociedad y las expresiones artísticas y culturales del Toledo medieval, junto a una experiencia de “inmersión lingüística en español”, pensada para extranjeros que han compartido sesiones formativas en el aula, visitas guidas a monumentos y actividades de ocio.
A través de esta iniciativa, se favorece que el alumno pueda conocer y comprender el contexto social e histórico que determinó la convivencia de las denominadas ‘Tres Culturas’ (cristiana, musulmana y judía) en el Toledo medieval, un momento clave para la historia de España. Se pretende ofrecer una amplia visión de los ocho siglos de convivencia intercultural e interconfesional que dejaron huella imborrable en Toledo y la hicieron digna de ser reconocida internacionalmente como la “ciudad de la tolerancia”. Todo este recorrido formativo se ve completado con el refuerzo de las competencias comunicativas en lengua española.
Precisamente, sobre este último aspecto incide la coordinadora de los cursos y responsable de Promoción y Relaciones Externas del Programa de Español de la UCLM, Gloria Jordán. Según subraya, esta actividad demuestra que la lengua española se ha convertido en un foco de atracción para el turismo que debe sumarse “en conjunto” al resto de atractivos de la ciudad. Es lo que se conoce como turismo idiomático, que en el caso de la capital castellanomanchega, en unión con “otras maravillas de la ciudad”, puede dar lugar a un nuevo tipo de experiencia turística.
Jordán destaca asimismo la “fidelización” que ha conseguido el programa puesto que hay alumnos que han venido cuatro semanas completas a Toledo en distintos años, y “lo hacen para aprender nuestra lengua y nuestra cultura”. “Son personas que aman nuestra lengua y valoran la calidad de formación universitaria y todo lo que les aporta Toledo”, explica, como el valor esencial que aporta el turismo idiomático. Porque a ello añade el hecho de que vengan de países como Israel o Estados Unidos y repetir experiencia años después. “La experiencia sigue siendo valiosa y de interés para ellos”.
“Lo debemos hacer todos juntos”
“Toledo y Castilla-La Mancha tienen un enorme potencial en este sector. Una 'industria de la lengua' que ha sabido impulsar y aprovechar muy bien, por ejemplo, la comunidad de Castilla y León. Pero esto lo debemos hacer todos juntos, todas las instituciones. El turismo idiomático no puede impulsarlo solo el Ayuntamiento o la Universidad. Debemos potenciarlo entre todos. Necesitamos que esto se conozca, que se sepa que el español es un valor económico y que el turismo idiomático es desestacionalizado y genera estancias duraderas. Además, es una oportunidad para la juventud, para el emprendimiento. Tenemos que ver ese valor entre todos”, argumenta la coordinadora del programa.
Y esta reflexión la constatan los alumnos y las alumnas. Klaus Josef Plaschka, de 60 años, ingeniero y originario de Berlín, ha realizado tres de estos cursos. “Soy un fan del español desde hace 12 años y los cursos en Toledo para mí fueron una sorpresa por su calidad”. Descubrió el programa a través del Instituto Cervantes y se animó a participar. Lo que más ha disfrutado ha sido aprender que “no hay una cultura, sino muchas” y que todas aportaron “mucha sabiduría”. “Es una mezcla cultural maravillosa poder además mejorar mi español”, recalca. Además está descubriendo Toledo como una “cebolla”, donde “en cada capa hay novedades y cosas nuevas”.
Otra alumna es Alicia Chajet, nacida en Argentina, y después residente en Brasil y desde 2018 en Israel, donde reside actualmente. Allí es profesora de español e historiadora. Ha repetido experiencia con los cursos porque le encantó desde el primero que hizo. “El nivel del curso y la organización son muy buenas, encuentras un montón de gente de muchos lugares y eso te llena de riqueza. A mí que me gusta viajar y he vivido en muchos lugares, aumentar ese conocimiento me gusta mucho”.
Como en el caso de Klaus, ahora es cuando realmente ha conocido algo más Toledo, aunque es una ciudad que “nunca se termina de descubrir”. En su opinión, el español es fundamental como elemento de atracción de turismo. “Sería fantástico más cursos de cultura junto con la lengua española”.
¿De dónde procede ese magnetismo de nuestra lengua? La coordinadora de este Programa de Español detalla que el interés por estudiarlo en España ha generado un “valor económico”. Al no existir un código concreto para los centros de enseñanza de español en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas de España (CNAE), no es posible conocer el número exacto de escuelas que imparten español dentro del Estado. No obstante, se estima que el número de centros de español es de 655.
Es más, a nivel internacional, el turismo lingüístico hispano es el segundo después del inglés, con 285.000 estudiantes y por delante del chino, el alemán y el francés. “Las estancias lingüísticas, además, abarcan y enriquecen otros sectores económicos como el turismo (viajes, turismo rural, gastronómico, histórico-cultural), el comercio (libros), el hospedaje (hoteles, familias, residencias), el ocio o la alimentación”. “Son una experiencia personal que suele unir emocionalmente a quien aprende una lengua con la comunidad que la habla, influyendo no solo en el mejor conocimiento de nuestra sociedad sino en la construcción de una imagen positiva y actual”.
El primero de los cursos de este Programa se ha celebrado por sexta vez. “Toledo y Sefarad, periodo clave de la historia de España” aborda la historia de los judíos desde su llegada a Toledo, su relación con las otras culturas, sus grandes aportaciones y las causas que determinaron su expulsión. También lleva seis ediciones el segundo curso: “Después de Sefarad, cinco siglos construyendo la identidad sefardí”, centrado en la historia de los judíos españoles expulsados en 1492, sus diásporas, su cultura y su lengua.
De los dos últimos impartidos esta última semana, “Toledo: Español y arte en las tres culturas” es la tercera vez que se realiza. Supone una mirada a las aportaciones artísticas que la cultura islámica, el sello judío, la tradición mudéjar y el esplendor del gótico dejaron en la ciudad de Toledo. Por último, el cuarto curso es de nuevo cuño y se ha impartido por primera vez este año. “Toledo: Vida y sociedad en las tres culturas” es un recorrido para completar la visión de otros temas adicionales a la historia y al arte. Así, la música, la mujer, la educación, la alimentación, la ciencia y la técnica, son algunos de los focos.
Este programa se realiza además con el apoyo y la colaboración directa del Centro Sefarad Israel, el Museo Sefardí, la Real Fundación de Toledo, la Casa Árabe, la Escuela de Traductores de Toledo y el Arzobispado de Toledo.
0