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¿Qué pasa en Toledo? La ciudad bate todos sus récords de calor, frío, nieve y lluvia en menos de un año

Colapso y coches atrapados en la N-400 que une los barrios toledanos de Santa Bárbara y el Polígono

Alicia Avilés Pozo

2 de septiembre de 2021 19:37 h

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Más de 800 incidencias, entre ellas decenas de coches embalsados en varias carreteras, gente atrapada en sus casas, sus garajes, así como en residencias y en autobuses, que tuvieron que ser evacuados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Estas consecuencias, junto con la movilización de más de 200 efectivos, son solo un breve resumen del último capítulo meteorológico que ha vivido la provincia de Toledo y especialmente su capital, pero se une a una serie de “hitos” desde principios de año, tras el colapso de la ciudad con la borrasca 'Filomena' el pasado mes de enero y el último episodio de calor extremo. Es decir, en lo que va de año, Toledo y buena parte de la provincia han batido todos sus récords de volumen de nieve, frío, calor y lluvia acumulada en 24 horas. ¿Es casual o causal? ¿Qué sucede en este punto geográfico? 

Para empezar, acudimos a los datos. Los detalla el climatólogo y presentador de El Tiempo en CMM, Jonathan Gómez Cantero. Durante la borrasca ‘“Filomena”, que dejó cubierta de nieve y hielo la capital castellanomanchega durante casi dos semanas, esta ciudad alcanzó su temperatura más baja registrada hasta la fecha: -13,4°C. No solo eso: también se produjo la mayor acumulación de nieve: hasta 50 centímetros. La ciudad quedó intransitable y colapsada tras tres días seguidos de temporal.

El inicio del curso escolar tras las vacaciones de Navidad se retrasó varios días, los accesos quedaron cerrados y la limpieza se prolongó durante semanas por la nieve acumulada y un deshielo lento y difícil por la permanencia de las bajas temperaturas. “Filomena” coincidió además con el aumento de las restricciones por la pandemia de COVID-19 y el inicio de la campaña de vacunación.    

Pasaron los meses y llegó el verano. El arranque de la campaña contra los incendios comenzaba tranquilo, pero conforme avanzaba agosto, las alertas meteorológicas comenzaban a avisar de una ola de calor extremo que rompió también los récords en Toledo: 44,2°C.

Y tan solo dos semanas después, con la última DANA y el inicio de septiembre, la ciudad ha marcado otro hito meteorológico: han llegado a acumularse 56 litros/m2 de lluvia, récord absoluto para un mes de septiembre, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Las consecuencias: riadas, desbordamientos y de nuevo la ciudad colapsada. La buena noticia es que en ninguno de estos casos hubo que lamentar personas fallecidas, pero ya es buena parte de la ciudadanía la que se pregunta, en la calle y en las redes sociales, si estos hechos significan algo.

Gómez Cantero explica a elDiarioclm.es que se trata de cuatro hitos meteorológicos que nos demuestran que “el cambio climático está afectando ampliamente a Castilla-La Mancha”. “El nivel de nieve acumulado más alto desde que se tienen registros, la temperatura oficial más baja con la posterior ola de frío tras ‘Filomena’, la temperatura más alta en la serie histórica de Toledo... Ocurre que por estar en el interior de la península, se da el fenómeno de la 'continentalidad', es decir, no tenemos cerca el mar y por lo tanto no hay agua como elemento amortiguador de las temperaturas, ni de las máximas ni de las mínimas, por lo que se amplifica mucho más este tipo de fenómenos”. 

El debate en redes sociales con motivo de las últimas tormentas ha llevado a Toledo ser “trending topic” en Twitter con miles de comentarios de particulares estupefactos por este nuevo episodio. La reflexión también la realizaba José Miguel Viñas, meteorólogo de TVE y RNE, quien ha apuntado que no se trata de un episodio más de final del verano, sino de “algo histórico”. “Todo el mismo año y en las mismas coordenadas geográficas”:

De cualquier forma, partidos políticos, asociaciones ciudadanas y organizaciones agrarias de toda la provincia están pidiendo explicaciones al Ayuntamiento, al Gobierno regional y a la Administración central sobre los estragos de estas inclemencias. La ciudad de Toledo tiene una orografía especial, en el valle del Tajo, y su capacidad para afrontar fenómenos meteorológicos tan adversos es muy limitada por sus numerosas cuestas y arroyos. Aunque en el pasado estos hechos pudieron ser puntuales, su acumulación en un solo año ya está levantando las alertas y peticiones sobre las necesidades futuras de la ciudad para evitar su continuo colapso.

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