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Haiku, feminismo y versos contra el poder en 'Pastos de invierno', el nuevo poemario de Isaac Alonso

Isaac Alonso / Foto: Fidel Manjavacas

Fidel Manjavacas

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La COVID-19 ha paralizado en los últimos meses todo tipo de eventos culturales, entre ellos las presentaciones de libros, al menos de manera presencial. Es el caso de 'Pastos de invierno' (editorial Huerga & Fierro), el segundo poemario de Isaac Alonso que nació justo antes de la declaración del estado de alarma. Se trata “casi de una continuación” de su anterior trabajo -'La Reina Púrpura'- donde el autor adentra al lector en la poesía de la fragilidad desde sus primeros versos, precisamente ahora que la pandemia nos ha mostrado de manera atroz la vulnerabilidad del ser humano.

El acto de presentación que ha organizado la Librería Hojablanca para este viernes, 3 de julio a las 20.00 horas, en la plaza Mayor de Toledo -frente al Teatro de Rojas-, será de uno de los primeros que celebre la ciudad en esta 'nueva normalidad'. Presentado por el también poeta y profesor de Literatura, Federico de Arce, contará asimismo con la intervención de los editores Charo Fierro y Antonio J. Huerga. En otra plaza, la del Consistorio, charlamos con el autor sobre este nuevo trabajo, enmarcado en un género literario, la poesía, que a su juicio “tiene el poder” ya que “utiliza imágenes que son capaces de atacar el subconsciente, cosa que la novela no hace”.

Alonso, periodista y subdirector del Festival de Poesía Voix Vives en Toledo, cree que como su “dios, Paul Auster”, un escritor “siempre escribe del mismo tema, de sí mismo y de sus vivencias, y lo entronca con la sociedad”. Vivencias en este caso marcadas en parte por su trabajo en los medios de comunicación que le sirven, dice, para desengañarse de “muchas idealizaciones que tenemos en la sociedad. Para empezar de la prensa”.

“No escribo desde el punto de vista del poder y eso va a ser siempre muy incómodo”, expresa Alonso sobre su conciencia social, muy ligada al feminismo y a la defensa de la igualdad, pues cree que todos han de “tener las mismas oportunidades, cosa que no ocurre”. “El problema del género es que si tu naces chico has de ser fuertote, te tiene que gustar el fútbol o no tienes que llorar. Si los hombres no lloran, ¿qué hacen? Beben. Si tengo un sufrimiento lo tengo que expresar de alguna manera”.

Si pudiera hablar de otra cosa
que no fuera la lluvia,
pero el agua no cesa.
¡Tú, Diosa, lloras!
No puedo más que dejar constancia.
Mientras,
mi corazón palpita.

-Uno de los poemas de 'Pastos de invierno'-

Feminismo en primera persona

Alonso, que actualmente se dedica a la crianza y el cuidado de su familia a jornada completa, lamenta que la sociedad “imponga que este papel sea el de la mujer”. “¿Por qué no puedo hacer yo lo que quiera? Si me dedico a eso soy un calzonazos, ese es el discurso”, subraya el autor que no obstante considera que, después de haber visto “barbaridades en los años 80 y 90, cuando si el marido se quedaba en paro no hacía nada”, sí se aprecia un cambio en la sociedad actual en este sentido.

“No veo que ocurra en la gente joven ahora pero sí veo muchísima violencia doméstica que antes no existía. Hay programas de televisión en los que se les induce a creer que siendo unos mindundi pero con un cuerpazo pueden andar en la televisión y hacerse millonarios diciendo barbaridades. No son socialmente aceptables esos programas desde mi punto de vista. Cualquier persona que lee y tiene una mínima educación se da cuenta de que es una forma de vida absurda. Los arrastrará la historia”, asevera.

Su forma de ser y pensar, señala, está también influenciada por un profesor de matemáticas que tuvo en la universidad. “Si queremos cambiar la sociedad, o lo hacemos desde el ecologismo y el feminismo o no lo haremos”, recuerda Alonso, declarado marxista que, sin embargo, también tiene su crítica en este sentido al reconocido filósofo: “Somos naturaleza y uno de los problemas, que incluso se da en Marx, es que el ser humano crea que está por encima de la naturaleza”.

Silba alegre la banda la sincopada melodía.
Las piedras,
libres del ancestral cemento que las liga al suelo,
recuperan su naturaleza aérea.
Llueven sobre policarbonatos bastardos.
Los gatos maúllan la promesa del cuarto creciente,
manzana en mano,
para conseguir a la más bella.
(El juicio ha sido dictaminado).

-Uno de los poemas de 'Pastos de invierno'-

“Nacemos, morimos y nos convertimos en pasto. Tenemos un tiempo, aprovéchalo, disfrútalo, 'carpe diem'. Vive al día, la vida es breve y la muerte es eterna. Eres un ser que vive en la naturaleza, no puede estar al margen de ella”, reflexiona el poeta sobre unos conceptos e imágenes que recupera con un lenguaje directo en 'Pastos de invierno', donde también están presentes “la manipulación de las palabras y el retorcimiento del idioma”. Palabras y conceptos que representan los valores que defiende y contra los que lucha también desde su activismo frente a “una sociedad individualista y violenta”.

La pluma y el haiku

Alonso, que escribe con pluma, combina en este poemario el haiku original con otros poemas largos. El haiku, “como dice Federico de Arce, es como una seguidilla, tiene la misma estructura, no deja de ser un verso castellano pero que no rima. Para hacer un haiku lo que haces es describir tu interior con lo que pasa en el exterior. Sirve de mensaje entre amantes, con conceptos secretos que crean un mundo poéticamente maravilloso”.

“Si escribes como escribo yo, releer duele, sabes de lo que estás hablando en primer término. Ahí está la historia y te acuerdas de ella”, apunta sobre este trabajo en el que ha estado inmerso dos años y en el que no titula sus poemas porque prefiere que el lector o lectora interprete y “averigüe” por sí mismo lo que le transmite cada verso. “Tú ves unas cosas, otros ven otras. En una de las últimas correcciones vi que ni hablaba de amor ni de igualdad. Me di cuenta que estoy hablando de la muerte, del miedo que tengo a la muerte, y no me había dado cuenta escribiendo”.

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