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Podemos pide no volver ni a la Castilla-La Mancha de Bono ni a la de Cospedal

José García Molina en rueda de prensa

Francisca Bravo Miranda

Como un “espacio desconocido en Castilla-La Mancha” definió el secretario general regional de Podemos, José García Molina, su irrupción en la Cámara regional en 2015. Para iniciar su balance político y legislativo de lo que fue 2016 para ellos, Molina recordó que el “resultado histórico” de Podemos también resalta la necesidad de una reforma electoral en la región “porque nos multiplican por mucho más en escaños que en votos”. “Eso cambiaría la dinámica parlamentaria y política de la región”, aseguró el diputado.

Podemos señaló también que en el momento de entrar en las Cortes debían elegir entre “lo malo y lo peor” y que el objetivo inicial fue “impugnar” el sistema de partidos compuesto por el PP y el PSOE. “Lo malo en lugar de la muerte era el PSOE, que había perdido sus principios y sus valores”, recordó Molina quien explicó que se debieron estudiar vías de garantías para llegar finalmente al acuerdo de investidura. “El más exigente y progresista” de todas las Comunidades Autónomas, que finalmente se dio por muerto por el partido morado.

García Molina observó, dentro de esta línea, que todavía existen “dejes” de las políticas de otro tiempo y que para dejar atrás las etapas de José Bono y María Dolores de Cospedal hay que dar “pasos decisivos” en la política. “No creo que sea bueno retomarlas”, afirmó, y señaló también que el discurso del presidente de la Junta de Comunidades, Emiliano García-Page se “asemeja demasiado al del PP en demasiados aspectos”, en lo relacionado con las políticas públicas y sociales. De ahí el “pasito” de presentar el Plan del partido para la región.

Tres periodos en la relación con el PSOE

García Molina también identificó tres periodos concretos de su relación con el PSOE. El primero vino con la firma del acuerdo de investidura donde ven una voluntad del Gobierno de “realmente vamos a cambiar la situación y dar un ”giro“ a las políticas a través de los poderes ejecutivo y legislativo. Esto se mantuvo hasta principios del año 2016, pero se rompió al aprobarse los presupuestos de dicho periodo. ”Hay una desconexión muy clara del Ejecutivo“, reprobó el parlamentario.

Hasta principios del 2016, cuando el Gobierno, afirman, comienza a llevar a cabo su hoja de ruta “particular”, a pesar de que se habían firmado acuerdos bajo notario. “Dimos muchos avisos y nadie se dio por aludido”, afirmó García Molina. De este modo, el diputado señaló que el Ejecutivo llegó a decir “casi explícitamente” que no se cumplirían resoluciones aprobadas en la Cámara regional que entraban dentro de los puntos claves de la gestión de Podemos, como las de la renta garantizada.

Pero, una vez muerto el acuerdo, García Molina ha destacado que la política legislativa “ha revivido”. “Ha habido más actividad legislativa que en todo el resto del año. Se aprobó la Ley de Transparencia y Buen Gobierno y también han entrado a tramitación la de participación ciudadana y la Ley de Cámara de Cuentas y Auditoría Ciudadana”, valoró el diputado, quien puntualizó ambas debían haberse aprobado en 2016. “Es sorprendente que el acuerdo tuviera que morir para que la política legislativa empiece a revivir”, concluyó.

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