El presidente de los municipios nucleares: “Se dan patadas por la tarifa eléctrica y lo hacen en nuestro culo”
En plena guerra eléctrica entre las compañías y el Gobierno a cuenta de la tarifa de la luz, las centrales nucleares han salido a colación en el debate dialéctico. Las eléctricas amagan con cerrar reactores sin que se haya dirimido (del todo) la cuestión de los residuos radiactivos, más allá de abrir nuevos almacenes temporales individuales (ATI).
La Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares (AMAC) anda con la mosca tras la oreja y a lo largo de este año 2021 ha intensificado sus mensajes hacia la industria y también hacia los responsables políticos. ¿Qué pasa con el futuro de estas zonas con un calendario que avanza rápido hacia el cierre nuclear? ¿Qué hay que hacer con los residuos? Busca respuestas y también poder opinar más.
El 14 de octubre se celebra, de forma telemática, la Asamblea General del Grupo de Municipios Europeos con instalaciones nucleares (GMF). Si en 2020 el cierre de las plantas era tema central de interés, este año sobre la mesa está la tarifa eléctrica en Europa.
El presidente de AMAC, Juan Pedro Sánchez, es alcalde de Yebra (Guadalajara), una provincia con dos nucleares: la ‘José Cabrera’ de Zorita cerrada desde 2006 y Trillo que tiene previsto cerrar en 2035. En una entrevista habla de estas y otras cuestiones.
El recorte de 2.600 millones de euros a las eléctricas para rebajar los cargos de la factura de los consumidores, en especial, hogares y pymes podría afectar, entre otras cuestiones, a las centrales nucleares. ¿Cuál es la posición de AMAC en esta cuestión?
Si al final lo que supone es anticipar el cierre de las nucleares, cambiar el calendario de cierres pactado entre 2027 para Almaraz, terminando en 2035 con Trillo, para nosotros es la ruina. Lo es para poblaciones que tienen muy pocas oportunidades de industria o empleo. Lo que significa es adelantar en el tiempo la pérdida de empleos y desarrollo.
La noticia, si se confirma, sería pésima pero no creo que no sea tan fácil apagar las nucleares, aunque pueda hacerse por la vía de la no renovación de licencias, que suelen otorgarse por unos diez años y ahora no hay pendiente ninguna renovación en un horizonte cercano.
¿Temen los municipios nucleares ser los paganos del conflicto en torno a la tarifa eléctrica?
Claro. Al final, como suele decirse, van a darse patadas en nuestro culo. Los unos y los otros.
Son las eléctricas, propietarias de las centrales, las que han amenazado con un cierre unilateral y “desordenado” de los reactores…
Independientemente de las razones que puedan tener, no nos parece adecuado. Deberán tener en consideración a los territorios y a ese mundo rural que durante tanto tiempo ha contribuido al buen clima, trabajando por la transparencia y la seguridad. Por esos pueblos que han ayudado a que la gente comprenda qué es la energía nuclear. Creo que hay que valorar otras cosas.
¿Y cree que la población tiene suficiente información sobre la seguridad nuclear, el funcionamiento de las centrales o el almacenamiento de residuos radiactivos?
La energía nuclear nunca se ha explicado lo suficiente y además creo que se ha utilizado políticamente. Se le ha hecho un flaco favor a este tipo de energía.
En nuestras comarcas hay mayor afectación y estamos más informados. Se han trabajado los planes de seguridad. Sabemos cuáles son los peligros. Las centrales nucleares están estigmatizadas y no son precisamente un polo de atracción económico, probablemente sin razón.
Recientemente firmamos un acuerdo con el Consejo de Seguridad Nuclear para mejorar los canales de información. El día 5 de octubre los municipios integrados en la AMAC visitaremos su sede. Es el único referente que tenemos como órgano regulador.
Cuando habla de territorios ‘nucleares’, ¿a qué se refiere en cuanto a impacto social o económico?
Pues si hay siete reactores nucleares en activo en España, con una plantilla regular de 700 u 800 personas en cada uno, se puede echar la cuenta. El empleo es importante pero además están los ingresos que reciben los municipios por la presencia nuclear. Si Trillo recibe 6 y 8 millones por la actividad de la central lo puede reinvertir y crear también puestos de trabajo.
Creo que podemos hablar de unos 30.000 empleos directos e indirectos que se verían afectados y de pequeñas empresas, autónomos, los restaurantes de la zona…
¿Cómo están las relaciones AMAC-Gobierno? En abril anunciaron ustedes una posible ruptura…
(Risas) Tenemos nuestros altibajos. Adoptó medidas que no entendíamos. Trataron de modificar la Ley de Energía Nuclear de 1964 a través de una enmienda en la Ley de Cambio Climático, declarando de interés general todas las obras con cargo al Plan General de Residuos Radiactivos que marca su gestión futura.
Eso supone que un Almacén Temporal Individual (ATI) en cualquier central no necesita permiso municipal. Eso repercute en nuestra economía y nos pareció una barbaridad no poder opinar. Afortunadamente la aprobación inicial en el Congreso pudimos revertirla en parte en el Senado con el respaldo del 90% de grupos políticos.
Ahora al menos se necesitará un informe previo municipal que generará derechos en cuanto a las tasas. A veces aprueban cosas en Madrid sin conocer su alcance.
¿Se sienten excluidos de la política de gestión de residuos nucleares?
Desde luego toman decisiones a veces difíciles de comprender. El 28 de julio nos llamó el presidente de ENRESA para decirnos que se iban a construir cuatro nuevos ATI en España con una tecnología que permitiría mantener allí los residuos casi hasta 100 años. Nos hablaban de una licitación por 200 millones de euros que iba a salir y que se iba a aprobar de forma inminente en Consejo de Ministros. Hombre, estas cosas nos afectan y si se hacen a nuestras espaldas… Ya no es el fondo sino las formas.
Pero Enresa sigue apostando por la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC)
Los ATI son ATC en pequeño. La diferencia, y eso ponemos el acento, es que no tienen celda caliente que permite manejar los contenedores ante cualquier contingencia. Estos almacenes no la contemplan.
Si ya se ha hecho una inversión en proyectos en Villar de Cañas de 100 millones de euros, apostar ahora por cuatro ATI no sé si decir que está rayando en la malversación de fondos. Dos inversiones diferentes sobre una misma cuestión, y sin cerrar una de ellas…
No se puede hacer de espaldas a los municipios porque genera desconfianza en la población. Hemos propuesto un pacto sobre los residuos nucleares. Que nos sentemos a hablar tranquilamente de las estrategias a seguir y hacerlo en tiempos de paz, cuando no haya conflictos de por medio.
A estas alturas, ¿AMAC está entonces a favor de construir un almacén temporal centralizado o teniendo los individuales prefieren quizá la opción del almacén geológico profundo?
Estamos por un ATC. Es temporal y es la mejor de las opciones porque se centralizan residuos, por cuestiones de seguridad y de eficacia económica. Esto nos da un margen de hasta 60 años hasta que sepamos qué hacer con los residuos. Sí, puede ser un almacén geológico profundo. Todo puede evolucionar. No es lo mismo gestionar 1.000 toneladas que 100. Además, no sabemos si se puede ir a reprocesamiento…
Mantenemos lo que decíamos hace 15 años: construir el ATC y además hacerlo en un lugar técnicamente adecuado, sin matices políticos, porque no nos pondremos de acuerdo. Eso es una locura.
Construir el ATC en Villar de Cañas no fue una decisión acertada del Partido Popular en su momento. Se ha perdido mucho tiempo. No se eligió el lugar adecuado técnicamente
Y mientras, los residuos siguen aumentando
Efectivamente. Siguen creciendo además de la pequeña parte que tenemos en Francia por la que seguimos pagando 20 millones anuales. Ya no mandamos combustible gastado, lo tenemos en las piscinas o en los ATI.
Se ha perdido mucho tiempo. No se eligió el lugar adecuado técnicamente. Había cuatro y dos muy buenos: Ascó, en Tarragona que tenía sus problemas y Yebra. Aunque yo sea el presidente de AMAC [también es el alcalde de este pueblo de Guadalajara] creo que Yebra era el mejor emplazamiento.
En todo caso, la elección de Villar de Cañas la hizo su partido, el Partido Popular…
Sí, sí. Yo aquí no salvo a nadie. Fue una decisión del PP recién llegado al Gobierno de España, a Castilla-la Mancha con Dolores de Cospedal, al gobierno municipal y también gobernaba en la Diputación.
Culpo a los que tomaron las decisiones en su día. No me duelen prendas en decirlo. No sé si después han permanecido en el error. Creo que no fue una decisión acertada del Partido Popular en su momento.
Mientras sigue el debate sobre los residuos, se ha creado el Instituto para la Transición Justa y se han firmado dos protocolos para potenciar el desarrollo en las zonas de Zorita y Garoña, una vez cerradas las plantas nucleares. ¿Hay avances para dar salida económica a los municipios?
La gente se impacienta y lleva razón. Zorita está ya casi desmantelada, le queda muy poco para ser un solar. Pero estas cosas inevitablemente llevan su tiempo.
A través del Instituto de la Transición Justa habrá fondos para estas zonas, pero hay un proceso de participación, de información pública… En el caso de Garoña, además del núcleo central de 14 municipios se ha incluido hasta 27 municipios, entre ellos Miranda de Ebro. Bueno, se puede beneficiar, pero es que los más perjudicados son los más cercanos a la central. Todas las cuestiones son difíciles.
Y en Zorita… ¿Qué pones para equilibrar la pérdida de empleo? Es difícil. Hace falta tiempo para pedir opinión a quienes habitan en el terreno.
¿Les llegará algo a través de los fondos europeos de recuperación Next Generation-EU?
Sí, sí, pero se trata de que haya proyectos atractivos. Debe haber un conjunto de medidas de otro tipo como la discriminación fiscal positiva. Son zonas muy poco pobladas en el interior, con la excepción de Vandellòs. Si nos creemos lo del reto demográfico hay que ayudar más.
Por cierto, ¿qué le parece la idea de una empresa pública de energía?
No soy partidario. Creo que cuanto menor intervencionismo, mejor. Creo que no va a contribuir los precios de la electricidad. Hay ya experiencias nada halagüeñas. Hoy nadie duda que existe el cambio climático, que las energías renovables son buenas, pero lo mejor es apostar por un mix energético. En cuanto a la nuclear, los residuos son pocos y están muy controlados. A cambio nos permite unos precios razonablemente económicos que ayudan a aligerar las facturas de los hogares. Disponemos de la energía nuclear 24/7 los 365 días del año.
Cuando la tecnología nos permita vivir solo con una de estas energías, la más ventajosa, aprovechemos.
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