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ENTREVISTA

Sara Simón, consejera de Igualdad: “La violencia machista es el único terrorismo vigente hoy en España”

Sara Simón, consejera de Igualdad de Castilla-La Mancha

Alicia Avilés Pozo

Toledo —

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Con casi 40 años, Sara Simón es la mujer más joven de la primera línea del Gobierno de Castilla-La Mancha. Lo era aun más cuando fue alcaldesa de Montarrón (Guadalajara) de 2007 a 2019, durante tres legislaturas, pasando después a la lista del PSOE para el Ayuntamiento de Guadalajara, donde fue segunda teniente de alcalde y coordinadora del Área de Igualdad hasta las últimas elecciones municipales del 28 de mayo.

La nueva victoria de Emiliano García-Page en la comunidad autónoma supuso su salto a la política autonómica. El presidente la nombró consejera de Igualdad, justo cuando este departamentó tomó entidad propia y se separó de la Portavocía que antes ejercía Blanca Fernández.

La importancia que el Gobierno de Page ha querido dar a la Consejería de Igualdad contrasta con la llegada de Vox a varias comunidades autónomas y ayuntamientos en toda España, de la mano de sus pactos con el PP. Por eso, el papel de Sara Simón en esta nueva legislatura resultará fundamental para contrarrestar las políticas que en ayuntamientos como Toledo, Talavera de la Reina o Guadalajara ya están consiguiendo “invisibilizar” cuestiones como la violencia machista, que la propia consejera tachó hace pocos días de “emergencia nacional”. Sobre este y otros asuntos hablamos con ella, en la primera entrevista que concede desde que tomó posesión de su nuevo cargo.

¿Qué valoración hace, desde su desembarco en el Gobierno castellanomanchego, de la llegada en paralelo de PP y Vox a algunas comunidades autónomas y ayuntamientos?

Ha sido un verano dramático con unas crifras escalofriantes en cuanto a asesinatos machistas pero también en agresiones sexuales. Y en paralelo vemos cómo se están formando gobiernos en los que las políticas de igualdad y las que sirven para erradicar el único terrorismo que hay vigente en nuestro país a día de hoy, se están invisibilizando. Tenemos que estar más vigilantes que nunca. Porque cuando se firmaban acuerdos muy alegremente en junio no se tenían en cuenta estas cosas, pero ahora estamos viendo cómo esos acuerdos impactan directamente en la seguridad y en la vida de muchas mujeres.

Cuando habla de medidas para erradicar el único terrorismo vigente en España, ¿se refiere a la violencia de género?

Sí, la violencia machista es el único terrorismo vigente hoy en España. Hay mucho interés en hablar de otras cosas, pero el único terrorismo que está matando a día de hoy, y además solo a mujeres, es esa violencia. ¿De qué estaríamos hablando si en un año un banda criminal hubiese matado a 45 personas? De terrorismo.

¿Entonces estamos ya retrocediendo en igualdad?

Los datos nos dicen que sí. Por ejemplo, estamos viendo cómo las agresiones sexuales llevadas a cabo por menores se han incrementado un 116% en los últimos cinco años y eso nos hacer ver que estamos retrocediendo. Y estamos viendo cómo los discursos negacionistas que en otro momento quizás era más difícil verlos en la calle, cuando se asumen por parte de ciertos partidos políticos, también se hace en la calle. Se ejercen sin ningún tipo de pudor y vemos cómo se retrocede, especialmente con las personas más jóvenes. Es nuestra obligación poner el foco ahí: en concienciar, desde la pedagogía, para seguir avanzando en una sociedad más igualitaria. Porque estamos viendo que cada vez más menores, tanto chicos como chicas, observan desde el rechazo la igualdad o el feminismo. Eso significa que estamos haciendo las cosas no demasiado bien.

¿Cree que la sociedad está empezando a ser consciente de ese retroceso en igualdad, desde que los pactos con el PP han permitido a Vox estar en las instituciones?

Han hecho un daño del que todavía no somos conscientes. Ahora nos estamos empezando a dar cuenta de todo lo que ha supuesto que asuman esos discursos sin ningún pudor y cómo han conseguido que esos discursos lleguen a la gente más joven a través de las redes sociales. Se ha producido un movimiento del que no nos habíamos dado cuenta y ahora está empezando a florecer. Eso nos tiene que hacer tomar decisiones para revertirlo. Avanzamos mucho en el pasado sin que nos diésemos cuenta y cuando de repente nos ponen estos datos encima de la mesa, nos preguntamos cómo es posible que después de todos esos avances estemos casi en la misma posición de salida. Hay que revertir todo esto de manera inmediata.

¿Y cómo se combate si al mismo tiempo se eliminan concejalías de Igualdad y Puntos Violeta, y además se le quita importancia por parte de quien gobierna?

Forma parte de la invisibilización, del mismo proceso. Responde a lo que han venido haciendo los últimos cinco años: trasladar el mensaje de que la violencia machista no existe, que es un problema del ámbito privado y que las mujeres no la sufrimos por el mero hecho de ser mujeres. Han ido negando todo eso, se ha ido instaurando el mensaje, se ha hecho una bola. Y debemos revertirlo y ponerlo sobre la mesa. Los Puntos Violeta sirven para que las mujeres tengan un refugio si sufren algún tipo de agresión, pero además tienen una labor pedagógica muy importante: trabajar con gente joven en espacios de ocio para ayudar a crear relacionas sanas. Cuando eliminas un Punto Violeta y lo llamas 'punto de seguridad' (que siempre los hay en actos multitudinarios) el mensaje que trasladas es que la violencia machista no es un problema ni hay que combatirla.

En Toledo, la concejala de Asuntos Sociales (que sustituye al área de Igualdad) afirmó que poner o no “machista” en una pancarta era un “circo”, un debate “nominalista”...

No es nominalista. Es cierto que existen otros tipo de violencias. No estoy negando que haya otro tipo de violencias. Eso sucede, es una realidad y hay que combatirlo. Pero la violencia machista, que no son solamente los asesinatos y las agresiones, sino todo tipo de violencias al no tener los mismos derechos, es una realidad. Y negarlo es negar la realidad. Esa es la estrategia que están llevando: mezclarlo todo y no llamar a las cosas por su nombre. Hay que nombrarla y visibilizarla para poder combatirla.

Hay una falta de información, de concienciación y de pedagogía con la gente con más joven

El otro día habló usted de “emergencia nacional” en cuanto a la violencia de género y avanzó un plan de sensibilización del Gobierno castellanomanchego para combatirla. ¿En qué va a consistir?

Primero hemos hecho un análisis de la situación y estamos viendo por dónde ir caminando. Ahí nos dimos cuenta de que hay una falta de información, de concienciación y de pedagogía con la gente con más joven. Ahora mismo estamos en la fase de diseño de estas campañas que tendrán que llegar a todos los ámbitos. Por supuesto, al educativo, pero también tenemos que estar en calle, en los ambientes donde está la gente joven a través de todos los canales a nuestra disposición. Lo primero que hay que hacer es el marco de la situación. Si la gente joven entiende que la violencia machista no existe, va a ser muy complicado, pero tenemos que combatirlo.

Las cifras no mienten y están encima de la mesa…

Pero estamos viendo también cómo en los medios de comunicación estos crímenes ya no están en primera plana. Hubo un tiempo en nuestro país en el que un asesinato machista abría telediarios y eso ya no sucede. Y cuando nos acostumbramos a escuchar una noticia de un nuevo asesinato, y más este verano con tantas noticias, eso genera un ruido que no nos llega con la claridad que nos debería llegar. No somos conscientes de lo que está pasando y cuando no se pone delante de la cara de la gente, todo esto se acaba diluyendo y se ve como un problema de segundo nivel.  

García-Page avisó de que los próximos fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que el Gobierno regional transfiere a los ayuntamientos, iban a estar supeditados a la defensa de la igualdad y la lucha contra la violencia de género. ¿Hay ayuntamientos que ya estén 'fichados' en ese sentido?

Los fondos llegan directamente del Gobierno de España y ahora estamos pendientes de si se forma un gobierno y qué compromiso hay con ese pacto. El compromiso en los últimos años ha sido firme pero recordemos que este pacto nació con un gobierno del PP y no tuvo dotación económica. Solo sirvió para ponerse una medallita que no transformó la vida de las mujeres. Con los ayuntamientos vamos a estar muy vigilantes de que no suceda esto. Cuando se eliminan las concejalías de Igualdad o cuando se dejan pero luego no hay políticas útiles, hay que revisar cuáles son las políticas del Gobierno regional en esos municipios. Recuerdo que es el Gobierno regional quien financia los Centros de la Mujer o los recursos de acogida para las mujeres víctimas, y estaremos muy pendientes de que en los municipios donde estos recursos se estén desarrollando sirvan para transformar la realidad. Si no existe ese compromiso, habrá que revisarlo.

Ya está sucediendo así en algunos municipios, ya se está reflejando una falta de compromiso con la igualdad. ¿No es momento de actuar?

Los Centros de la Mujer y los recursos de acogida tienen una planificación bianual con unas subvenciones del Instituto de la Mujer que finalizan en diciembre de 2024, y durante el próximo año haremos una revisión de todo lo que se ha estado haciendo para hacer una buena planificación y que todas esas políticas sean reales. No sirve de nada que un municipio tenga un Centro de la Mujer si no tiene personal o no hacen nada. Los recursos públicos tienen que servir para algo. Desde luego, esos recursos no van servir para lavar la cara de los ayuntamientos o de los pactos de PP y Vox.

¿Qué ha sucedido con el Plan Corresponsables en Toledo?

Se trata de una subvención que se tiene que justificar y ejecutar. En la primera edición, los plazos eran relativamente cortos y para un ayuntamiento que recibe una cantidad importante como es el de Toledo, pues puede suceder que haya problemas y por eso hubo que devolver el dinero. Estamos revisando las facturas que se presentaron para ver qué solución podemos dar a ese asunto. Pero han salido muy pronto a decir que se han hecho mal las cosas cuando es algo que hay que ver con calma y tranquilidad. Ver cómo se puede solucionar.  

La ley del 'solo sí es sí' sigue teniendo consecuencias, como hemos visto con la reducción de condena a uno de los miembros de 'la manada'. ¿Qué valoración hace?

Esta ley, que ha servido para poner encima de la mesa debates que antes no se tenían, también ha generado un debate en la sociedad que se traduce en consecuencias reales. Hubo voces que lo dijeron en su momento, el propio Gobierno de Castilla-La Mancha alertó de que esto podía pasar y no se tuvo en cuenta. Es doloroso que cuando pretendes dar pasos para adelante, en realidad suceda esto y que veamos cómo se han reducido condenas. No se puede culpabilizar a quien hace una interpretación de la ley, porque si la hacen y se ajusta a derecho, es que has dado la posibilidad de que eso suceda. No se ha sabido reaccionar. Como mujer, me ha dolido ver que se tardó en reaccionar desde el Gobierno. Cuando tienes la responsabilidad de tener un cargo público y de tomar decisiones, te puedes equivocar, pero persistir en el error es muy doloroso, sobre todo cuando estás viendo que las propias víctimas se sienten decepcionadas. Ha sido un error garrafal. Pero insisto, como al principio, en que ahora sí que se habla del tema del consentimiento.  

La situación de los casos más conocidos contrasta con otros que no lo son tanto, como sucede con la agresión sexual que sufrió una paciente del Hospital de Guadalajara por parte de un celador. No ha habido manifestaciones ni apenas seguimiento. ¿En qué punto se encuentra?

La información es que hubo una denuncia, el agresor está en la cárcel y se le apartó de su trabajo. Tenía un contrato temporal por el COVID y no se le renovó. La víctima ha tenido acompañamiento en el proceso. El SESCAM trabaja en un protocolo para reaccionar mejor en este tipo de casos. Lo importante es seguir dando pasos en este sentido.

El beso de Rubiales a Jenni Hermoso fue la punta del iceberg de otros muchos comportamientos vejatorios que se ha tenido con las jugadoras por considerarlas menos que sus compañeros

¿Qué conclusiones ha extraído del 'caso Rubiales', de su beso no consentido a Jenni Hermoso y todas las consecuencias posteriores?

Este verano vimos a un grupo de mujeres hacer algo extraordinario que fue ganar un mundial de fútbol, que creo que le damos poca importancia a eso. Eso lo consiguieron en un deporte que está absolutamente masculinizado y por tanto ya tiene mucho valor. Después, sucedió el beso pero ese hecho tiene mucho detrás. Te hace pensar en lo que sucedió cuando 15 jugadoras renunciaron por el trato que se les daba y tiene mucho que ver con el reconocimiento social que tienen los hombres y el que tienen las mujeres, que es absolutamente diferente. Creo que es una de las barreras más invisibles pero de las más importantes. Ese beso fue la punta del iceberg de otros muchos comportamientos vejatorios que se ha tenido con ellas por considerarlas menos que sus compañeros.

Ese debate nunca hubiera existido en un deporte masculino...

Nunca hubiésemos visto ese comportamiento con un hombre. Lo que se traduce en que hay un problema de la falta de respeto. Las campeonas lanzaron un mensaje potentísimo a las niñas: pueden ganar un mundial, pero también las tienen que respetar. Al final ha salido a la luz toda la desigualdad, no solo en el mundo del deporte, sino en cualquier otro sector.

¿Qué ocurre con la brecha salarial que no termina de solucionarse?

Eso también tiene que ver con el reconocimiento social. Hay un compromiso del presidente García-Page de buscar las herramientas para mitigar esa brecha. Pero más allá de que un hombre y una mujer cobren diferente en un mismo puesto, también hay que combatir las condiciones en las que las mujeres trabajan en cuanto a conciliación y reducciones de jornada. Y sobre todo debemos combatir que haya trabajos feminizados o mascuilinzados. Es más difícil pero es muy importante. Porque los trabajos más feminizados son los que tienen menor reconocimiento (la limpieza, los cuidados) y también están peor pagados.  

Con la herramienta que otorga la nueva Ley de Derechos LGTBI de Castilla-La Mancha. ¿Cómo está funcionando el Centro de Atención Integral de Toledo?

Es importante primero señalar que aquí se hizo una ley desde el consenso y eso es para ponerlo en valor dentro del ruido generalizado que hay a otros niveles. Ya se ha puesto en marcha el primer centro en la ciudad de Toledo, ya se ha atendido más de 600 consultas de todo tipo en seis meses, una atención que también se hace de maneta telemática por videoconferencias. La vocación es seguir implantándolos en todo el territorio pero por ahora la prioridad es que todo el territorio esté atendido.

La cuestión telemática es importante porque uno de los temás más preocupantes en Castilla-La Mancha es el sexilio rural, gente que se va de los pueblos por discriminación. ¿Eso lo garantiza la atención integral?

Ahora mismo los medios digitales nos dan esas posibilidades y el objetivo principal es poder llegar a todo el territorio y después poder implantarlos en a todo el territorio. El objetivo es que haya en todas las capitales de provincia.

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