“Los festivales permiten llegar a gente que a lo mejor no pagaría por ir a verte a una sala”
Alberto Cantúa, guitarrista, y Jess Fabric, bajista, tenían hace años una banda de rock llamada Ey, Gringo! Su cantante tuvo que marcharse y ahí entró en escena un amigo suyo, Rafa Val, para sustituirlo. Hizo una prueba que al principio no funcionó pero que al final dio buenos resultados. A Alberto, Jess y Rafa se unió después el baterista Fernando Campillo. Ese fue el germen de lo que ahora es Viva Suecia, una de las bandas musicales del panorama de rock independiente que más ha triunfado en los últimos tres años.
Giras “muy locas”, festivales maratonianos y dos álbumes prácticamente seguidos (‘La fuerza mayor’, en 2016, y ‘Otros principios fundamentales’, en 2017, ambos de la discográfica Subterfuge) dan buena fe del tesón de este cuarteto. ¿Por qué Viva Suecia? Porque así lo exclamó Fernando, amante del post-rock sueco, en una salida nocturna. Se quedó como su nombre, junto con un logotipo elaborado por Newlawyer que se ha convertido en un “emblema muy importante” del grupo.
Ha sido uno de los grupos fieles al Sonorama Ribera durante tres años seguidos -escalando en tamaño de escenario-, triunfaron en el Mad Cool de Madrid y en el FIB de Benicàssim, y ahora tienen otra prueba en el Festival Gigante de Guadalajara, unas de las citas musicales más importantes del verano. Es la primera vez que acuden y todas sus expectativas son buenas. “Vamos con muchísimas ganas porque todo lo que nos ha llegado, por amigos músicos que han tocado aquí, es positivo”, nos cuentan.
La sintonía y equilibrio entre los miembros de Viva Suecia son muy evidentes. Rafa Val nos explica que todos son compositores de las canciones, “todo lo hacemos al 25%”. Incluso consiguen hacer piña en el esfuerzo que supone afrontar giras estivales con la preparación de sus siguientes trabajos, como ya hicieron con el último álbum: “Nos gustan los retos, trabamos mucho. Estamos volviendo a componer, incluso ahora que tenemos muchos más conciertos que hace dos años. Sacamos tiempo de debajo de las piedras”.
“Hemos sabido jugar nuestras cartas”
¿Creen en este grupo que buena parte del espectro musical le debe casi todo a los festivales? Rafa Val admite que es así en buena medida, sobre todo en el ambiente en que se mueven muchos grupos. “Ahora que los festivales están masificados, tienes la oportunidad de llegar a un montón de gente que igual no pagaría por ir a verte a una sala y eso es un gran escaparate. Creo que nosotros hemos sabido jugar bien nuestras cartas en ese campo”.
De cualquier forma, no les importa la etiqueta de grupo “festivalero” porque “es una parte de lo que somos, pero no solo somos eso, somos muchas cosas más”. “Somos una banda que cuida los acústicos y que en sala hace muchísimas canciones que no irían de la mano con el concepto de grupo festivalero”.
Si ahondamos en sus letras, las diferencias con otras bandas de su generación son evidentes. Hay mucho de sofisticación y un sujeto repetido: el ‘nosotros’. Tiene que ver con ese equilibrio conseguido entre sus cuatro miembros, pero también con una huida del individualismo: “Hablar de mí y del ‘yo’ no tiene mucho sentido a veces. Hablar en plural es mucho más atractivo y creo que la gente se lo lleva más fácil a su terreno. Pluralizarlo es hacerlo de todos”. Parecen tener un claro conocimiento de su público, que va desde niños a adolescentes y adultos. Les gusta especialmente ver en los conciertos a jóvenes con sus padres porque “nos da mucha esperanza” y “quiere decir que estamos haciendo algo bien y que podemos tener recorrido”.
En las letras de Viva Suecia hay frases que reflejan fracaso y frustración. “Sé que nadie tiene claro a dónde ir”, afirman en uno de sus temas más famosos. Pero “todas tienen también una lectura positiva al final, siempre hay un puntito de luz”. Porque parten de vivencias propias, de lo que necesitan contar y de una sensación general que comparten todos aquellos que hacen rock hoy en día, que sirve “para denunciar, para sacar lo que tenemos dentro”.
También promulgan “menos aires, más empeño” en la canción “Casi todo”, algo que vale “para la música y para la vida, tiene que ser así”. Su estilo es casi siempre críptico… y ¿poético? Rafa Val amaba la poesía cuando era más joven, pero le perdió el gusto. “Dejó de decirme algo, pero sí que puede haber algunas influencias ahí”.
Ante todo, buscan la elegancia sin artificios. “Es otra de las cosas que hablamos mucho. Nuestras influencias musicales son así. The National y Radiohead son bandas tremendamente elegantes, y al final, hagas rock o lo que sea, el punto de elegancia es lo que diferencia a unos de otros. Eso lleva un trabajo de búsqueda muy grande”. Así seguirán en su próximo álbum, en el que ya están trabajando, pero que aún no tiene título ni fecha. Toca esperar.