Colau certifica ante el Supremo que el 20-S y el 1-O no hubo daños en contenedores, papeleras y mobiliario urbano
¿Puede un alzamiento violento no generar daños en el mobiliario público? Sí, en el caso catalán. El Ayuntamiento de Barcelona ha aportado al Tribunal Supremo un certificado, con firma incluida de la alcaldesa Ada Colau, en el que hace constar que el 20-S y el 1-O, fechas clave de la rebelión según la Fiscalía, no hubo daños de entidad en aceras y carreteras, contenedores, papeleras, bancos, fuentes y demás patrimonio público.
En un documento presentado ante el tribunal a instancias de algunas defensas y al que ha tenido acceso este diario, el consistorio recopila los informes emitidos por cinco áreas municipales a cuenta de los posibles desperfectos ocasionados en el patrimonio público. Con ellos las defensas pretenden cuestionar la tesis de hostilidad y tensión en las calles que expone la Fiscalía en su escrito de acusación. La tesis es que los principales elementos urbanos habrían quedado afectados ante un escenario de violencia generalizada, cosa que desmienten los informes del Ayuntamiento.
En primer lugar, el área de ecología urbana del consistorio, a partir de datos extraídos del aplicativo de gestión de incidencias y reclamaciones y sugerencias, concluye que las afectaciones en las aceras y calzadas de Barcelona por el 20-S y el 1-O “no son representativas de un gasto adicional fuera de rango”, ya que “se encuentran dentro de los gastos esperados” en cualquier protesta.
El único servicio municipal que presentó daños después de las jornadas más convulsas del procés, según ha reseñado la gerencia de movilidad e infrastructuras del consistorio, fue el vallado municipal. En concreto, 80 vallas que se emplean para la protección y seguridad de los ciudadanos “cuando se producen actos en vía publica” y cuya reparación y remplazamiento costó 5.309,60 euros.
Por su lado, ni la dirección de patrimonio ni el servicio municipal del ciclo del agua han reseñado desperfectos ni incidencias el 20-S y el 1-O en los edificios catalogados como la conselleria de Economía o las fuentes de beber y 311 fuentes ornamentadas que hay en Barcelona. Asimismo, los servicios de limpieza y gestión de residuos han certificado que “no consta que se hayan producido daños en lo que atañe al mobiliario relacionado con la limpieza y la recogida de residuos, contenedores y papeleras”.
En suma, el documento intenta aportar constancia documental de las manifestaciones independentistas que terminan “sin un papel en el suelo”, en palabras del lema empleado por varios de los acusados. En su declaración testifical de este jueves, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha destacado que tanto el 20-S como el 1-O fueron “movilizaciones pacífica en defensa de derechos fundamentales” y que la única violencia de ambas jornadas provino, a su juicio, de las “brutales cargas policiales”. Será el tribunal quien diga si tiene razón la alcaldesa o la Fiscalía.
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