Catalunya corrige su plan para salvar el inicio de curso con mayor uso de mascarillas y menos ratios

La Generalitat ha dado un vuelco a sus planes para el inicio de curso al constatar que las medidas previstas hasta ahora no garantizan una vuelta al colegio 100% presencial. A falta de tres semanas para que 1,5 millones de alumnos catalanes regresen a las aulas, el president Quim Torra ha anunciado una serie de cambios que incluyen el uso de mascarillas dentro de clase, una rebaja de ratios y una estrategia de cribados masivos con PCR en los centros.

Los contagios han vuelto a repuntar en Catalunya y, aunque se habían estabilizado durante todo el mes de agosto, este lunes se reportaron hasta 1.776 casos en las últimas 24 horas. Esta evolución de la epidemia, hacia un mayor riesgo de descontrol, ha llevado a la Generalitat a mover ficha para no encontrarse en un escenario de cierre de colegios poco después de abrirlos, el 14 de septiembre.

Tras varias reuniones entre responsables de Educación y Salud, Torra ha anunciado que las mascarillas serán obligatorias dentro del aula a partir de los 12 años (es decir, en la ESO) o incluso a partir de los 6 (en Primaria), en este último caso en aquellos centros de zonas con mayor incidencia del virus. Hasta ahora solo se contemplaba la mascarilla en las entradas y salidas de los centros y en los espacios comunes, pero no dentro de cada grupo estable de alumnos. 

La otra medida organizativa anunciada por el president Torra junto al departamento de Salut es la reducción de las ratios, algo que le exigían tanto el profesorado como los epidemiólogos. La comunidad educativa y los expertos vienen advirtiendo de que cuando los grupos de niños y niñas son más reducidos guardan mejor las distancias en un aula y, además, en caso de que haya un brote, este acabará contagiando a menos familiares.

En esta línea, el Govern se ha comprometido este jueves a reducir las ratios de Primaria a menos 20 alumnos (la ley fija un máximo de 25, pero se supera a menudo) y a que en Secundaria sean “más reducidas de lo habitual”, sin llegar a concretar hasta qué nivel se plantean bajarlas.

Esta modificación supone aceptar que la planificación inicial del Departamento de Educación se quedó corta, tal como le reclamaba la comunidad educativa. En el plan aprobado el 29 de junio, tras entrar en la nueva normalidad, se previeron grupos estables –los llamados burbuja– con las mismas ratios que hasta ahora. La anunciada contratación de 5.417 nuevos docentes (además de 1.200 profesionales de apoyo y otros 1.200 monitores) debía servir para acabar con las sobrerratios –aquellas aulas que superan los 25 en Primaria y las 30 en Secundaria– pero no para reducir tan significativamente el número de alumno por clase.  

De hecho, el conseller de Educación, Josep Bargalló, llegó a afirmar que no se habían reducido las ratios siguiendo los criterios de Salud, según los cuales la importancia no radicaba en el tamaño del grupo, sino en que este fuese una burbuja y evitase la movilidad. El nuevo secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, tardó horas en desmentir a Bargalló y en asegurar que ese razonamiento carecía de toda lógica.

La incógnita ahora es si desde la Generalitat se van a ampliar las contrataciones de docentes para garantizar la rebaja de ratios. Los sindicatos CCOO y USTEC-STEs creen que sin nuevas contrataciones no será viable.

Una opción que se baraja en Educación y a la que no se había recurrido hasta ahora es la posibilidad de recurrir a docentes especialistas (de inglés, educación física o música, por ejemplo) para que asuman la tutoría de aquellos grupos que tengan que ser desdoblados. En los centros más pequeños y que carezcan de espacios para ello, se podrían usar equipamientos municipales como bibliotecas o centros cívicos. En las últimas semanas, ayuntamientos como Barcelona han elaborado listas de dependencias municipales que podrían poner a disposición de la Generalitat.

Pese a la buena noticia que para los docentes supone la rebaja de ratios, el cambio organizativo que conlleva será un mazazo para los equipos directivos, que llevan casi dos meses sin apenas vacaciones y trabajando en programaciones que permitan encajar horarios, personal docente y grupos estables.

Cribados masivos en los colegios

Torra también ha anunciado que incluirán las escuelas dentro de su estrategia de cribados masivos con tests PCR allí donde detectan que están subiendo la incidencia de contagios. Así pues, ha asegurado que del 15 de septiembre al 15 de noviembre se realizarán unas 500.000 pruebas para detectar coronavirus en los colegios, aunque no solo a alumnos, sino también a profesores y personal no docente. 

En cuanto al protocolo de detección y aislamiento de casos de COVID-19 en las escuelas, no habrá cambios. Tal como se anunció hace dos semanas, la intención de Salud es poner en cuarentena a todos los alumnos de una clase cuando uno de ellos de positivo. Y plantearse el cierre del colegio entero cuando haya dos positivos en distintos grupos estables y los responsables de Salud así lo soliciten.