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Sobre este blog

Este blog pretende servir de punto de encuentro entre el periodismo y los viajes. Diario de Viajes intenta enriquecer la visión del mundo a través de los periodistas que lo recorren y que trazan un relato vivo de gentes y territorios, alejado de los convencionalismos. El viaje como oportunidad, sensación y experiencia enlaza con la curiosidad y la voluntad de comprender y narrar la realidad innatas al periodismo.

Fascinante Matera

Vista de los sassi de Matera.

Àlex Blancafort

En 1945 el escritor italiano Carlo Levi publicó su novela más conocida, Cristo se paró en Éboli. Novela autobiográfica, narra las visicitudes del autor cuando en 1935 fue acusado de conspirar contra el régimen de Mussolini. Levi fue condenado al destierro en un remoto puebo de Lucania (la actual Basilicata), una de las regiones más pobres y atrasadas de Italia. En el libro, Levi describe la situación de los campesinos lucanos como anterior a la era cristiana. El título expresa metafóricamente el hecho de que los medios de transporte, es decir, la civilización, se detengan en la ciudad de Éboli, dejando al margen del progreso el resto de Lucania.

Cuando uno ve Matera por primera tiene literalmente la impresión de que la civilización nunca llegó aquí. Centenares de sassi -antiguas cuevas-vivienda- conforman un paisaje que recuerda a cómo vivían los seres humanos en el Paleolítico.

La ciudad ha sido plató cinematográfico y ha servido para recrear el ambiente de los primeros tiempos de la religión cristiana. En ocasiones es conocida como la segunda Belén y de hecho sus construcciones recuerdan las típicas que suelen ponerse en los pesebres navideños. Aquí se han rodado películas como Rey David, La Pasión de Cristo o El Evangelio según san Mateo.

Matera es una de las ciudades más fascinantes de Italia, Ubicada en la famosa bota, las cavernas sobre las que asienta esta población han estado habitadas, efectivamente, desde esa remota época.

 

Hoy Matera es un destino ‘chic’ y muchas de sus antiguas construcciones se han convertido en hoteles o restaurantes con encanto. Pero hasta hace poco más de cincuenta años, cerca de 25.000 personas habitaban estas casas-cueva, excavadas en el tufo, la piedra característica de esta región. En 1952, el Gobierno italiano decidió que en pleno siglo XX era inconcebible permitir seguir viviendo en semejantes condiciones y obligó a evacuar los sassi. Sus habitantes se trasladaron a nuevas construcciones de lo que hoy conforma la Matera moderna.

No fue hasta 1992, cuando toda la parte antigua fue restaurada minuciosamente y fue declarada por la Unesco Patrimonio Mundial de la Humanidad.

 

 

Encaramada en el borde de una profundo barranco, Matera se compone de un activo barrio superior y el más tranquilo barrio inferior, donde se concentran los sassi. Desde la Estrada panorámica dei Sassi, hacia abajo, se obtienen las mejores vistas. Para entender Matera hay que perderse entre sus laberínticos callejones y dormir en estas moradas prehistóricas. Uno tiene la impresión de estar paseando por un pesebre de cartón piedra, donde los tejados sirven de suelo a nuevas viviendas en los niveles superiores.

 

 

A lo largo de la Via Madonna delle Virtú, se llega hasta el barrio Sasso Barisano que, entre otros atractivos turísticos, acoge una reconstrucción de los sassi en miniatura y el Museo della Civitá Contadina. El Sasso Caveoso por su parte conserva casi intactas sus viviendas excavadas en la roca.

Entre las zonas más antiguas e importantes destaca el barrio Civita, con su bellísima catedral románica.

Otra de las grandes sorpresas son las iglesias rupestres. Se cuentan más de un centenar, esculpidas literalmente en la roca, y que fueron fundadas entre los siglos VIII al XII por monjes bizantinos provenientes en su mayoría de Asia Menor. Muchas de ellas conservas frescos. Los mejores se encuentran en las iglesias de Santa Maria di Idris y Santa Lucia alle Malve.

La magia de Matera es todavía mayor por la noche. Deambular por sus callejuelas y los claroscuros que provoca la iluminación nocturna transporta al viajero a un auténtico viaje a través del tiempo.

Vueling vuela de Barcelona a Bari.

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