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ERC vira en su estrategia y se abre a aprobar los presupuestos con el PSC

El president, Pere Aragonès, junto al líder de ERC, Oriol Junqueras.

Arturo Puente

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ERC ya no veta al PSC como socio puntual para aprobar las cuentas en Catalunya. Después de que Oriol Junqueras descartara hace un mes los pactos presupuestarios con los socialistas, este martes ha sido el mismo dirigente el encargado de abrir la puerta a un posible entendimiento, siempre y cuando “el PSC se reconcilie con la sociedad catalana”. Una frase con la que Junqueras se refería a los avances en la mesa de diálogo sobre la reforma del Código Penal que, según calculan en ERC, deben llegar antes de fin de año. Los republicanos aceptan que una victoria en la mesa bien vale la foto parlamentaria junto a Salvador Illa.

El Govern presiona en público a Junts para que apruebe unos presupuestos que, en buena parte, son de su autoría. Según resumía este martes la portavoz del Ejecutivo catalán, Patricia Plaja, los socios “prioritarios” son Junts y los comuns, con quienes ya han aprobado los últimos dos proyectos económicos. Pero los de Pere Aragonès ya han asumido que esa fórmula será difícil de repetirse, debido a que sus exsocios quieren marcar perfil político propio ahora que acaban de salir del Govern. Se espera que presenten un decálogo de prioridades en el que haya propuestas sobre fiscalidad incompatibles con formaciones de izquierdas.

Es aquí donde entraría el PSC, un partido que viene repitiendo desde verano que tiende la mano para las cuentas catalanas y que, además, tiene incentivos para escenificar un pacto en Catalunya que rompa la frontera entre independentistas y no independentistas. El Govern se debate entre aceptar la oferta de los socialistas o quedarse con unas cuentas prorrogadas que, de todas formas, deberán ir ampliándose en el Parlament y, por tanto, comportarán sudar para conseguir mayorías.

En el Palau de la Generalitat piensan desde hace semanas en cómo hacer encajar el puzle. La opción más cómoda pasaría por esperar a la reforma de la sedición, llevar entonces los Presupuestos al Parlament sin haberlos negociando ni pactado antes y, una vez allí, que sigan el trámite en la Cámara, donde serían bienvenidos unos votos “gratis” del PSC. Esta idea implica que el año comenzaría el 1 de enero sin disponer de las nuevas cuentas y, por tanto, con prórroga automática, pero a estas alturas del mes de noviembre eso se da por inevitable.

Pero en el PSC ya han advertido al Govern de que ni sueñen con obtener sus votos gratis. En la reunión que mantuvo este lunes una delegación socialista con las conselleras de la Presidencia y de Economía -Laura Vilagrà y Natàlia Mas-, la portavoz del PSC, Alicia Romero, dejó claro que si el Ejecutivo llevaba al Parlament los presupuestos sin pactarlos antes con su partido, no tendrían su apoyo. La razón es que, una vez llegan a la Cámara y pasan la primera votación, los límites de gasto por capítulo quedan fijados y los cambios durante la tramitación ya solo pueden ser menores.

El año pasado la CUP se levantó de la mesa por esto mismo y el Govern tuvo que virar rápidamente hacia el grupo de los comuns, que necesitaba un apoyo recíproco para las cuentas del Ayuntamiento de Barcelona. Pero los socialistas no están ahora en esta posición, más todavía cuando es probable que se necesite no solo su abstención, sino sus 33 votos afirmativos para aprobar los presupuestos.

Con este temor, los socialistas llevan semanas reclamando entrar en una “negociación clásica”, algo que este lunes no pasó, según ha explicado en rueda de prensa la portavoz del PSC, Alicia Romero. “No nos dieron datos concretos ni entramos en detalle, así que no entramos en negociación, sino en una primera toma de contacto”, ha explicado. Este ritmo es, para los socialistas, desesperante, pues su temor es que el intercambio real sobre los números pequeños nunca se llegue a producir. “Nosotros seguiremos manteniendo la mano tendida al Govern de ERC porque creemos que estos presupuestos se tienen que aprobar. Pero también les pedimos que, por favor, no nos hagan perder el tiempo”, cerró la portavoz.

Los socialistas cuentan como aliada con la presión que los agentes económicos, desde la patronal a los sindicatos pasando por las entidades del tercer sector y quienes reciben financiación pública, harán para que haya cuentas. Una circunstancia con la que ERC ha demostrado que también cuenta. “Aprobar los presupuestos es bueno en general, pero en un contexto de inflación todavía más”, ha admitido Oriol Junqueras en TV3, con cuidado de no volver a invocar el fantasma de la prórroga.

ERC no quiere la prórroga, aunque quiere menos la foto con el PSC. Mientras, el principal temor del Govern es ser acusado de ineficacia por no sacar adelante las cuentas y cree que un apoyo de soslayo de los socialistas puede tener un pase. En esa balanza impactará la reforma de la sedición, si ocurre en las próximas semanas.

El lenguaje milenial tiene una palabra en inglés para casi cualquier aspecto imaginable en un relación. También para la que ERC querría mantener con el PSC en Catalunya, que podría ser etiquetada como 'stashing', es decir, la pareja que esconde a la otra ante sus círculos de amigos.

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