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Convergència trata de cerrar la brecha abierta en su cúpula por la resolución independentista

CDC avala la resolución independentista sin votación y censura filtraciones

Arturo Puente

El viraje del trasatlántico de Convergència desde el nacionalismo soberanista al independentismo militante parecía, al menos hasta el 27 de septiembre pasado, una operación completada con éxito bajo las órdenes del capitán Artur Mas. Pero conforme han ido pasando las semanas y el partido se ha dado cuenta de que los números para la investidura no salen, algunos sectores, sobre todo la vieja guardia, han comenzado a preguntarse para qué ha servido la conversión independentista si no garantiza mantenerse en el poder.

Mas se encuentra entre la pared de su partido, que se resiste a dar más pasos sin garantías de que mantendrán su poder, y la espada de una CUP que le pide acciones concretas mientras bloquea la formación de un nuevo Govern. El entorno de Mas intenta cerrar, de momento, la brecha abierta en el partido por la declaración independentista imponiendo un ritmo acelerado tanto en el Parlament como con la activación de la maquinaria electoral. Este lunes, el Comité Ejecutivo del partido ha avalado la declaración soberanista sin votación, una medida destinada a sofocar el conato de rebelión interna que se vive en la cúpula del partido.

En paralelo la nueva presidenta de la Cámara, Carme Forcadell, ha convocado para este martes a la Junta de Portavoces y la Mesa, paso previo para poder celebrar el primer pleno de la legislatura en el que podría votarse la resolución indepedentsita de JxSí y la CUP. Forcadell ha hecho caso omiso al intento de bloqueo del PP, que no se ha constituído como grupo bajo el argumento de que así no pueden celebrarse juntas de portavoces ni, por tanto, convocarse plenos. Aprobar la declaración cuanto antes es una de las prioridades de CDC, que necesita dejar atrás el asunto para que todos sus sectores, cada vez más revueltos ante la posibilidad de una guerra en la sucesión, cierren filas antes de la campaña de las Generales.

Bloqueo hasta las Generales

El 20 de diciembre es una fecha clave para la política catalana, pues se espera que toda la actividad parlamentaria esté bajo mínimos hasta esa fecha, pero sobre todo para Convergència. La correlación de fuerzas entre CDC y ERC en esas elecciones, a las que CDC se presentará en solitario por primera vez, será determinante en el debate sobre el nuevo Govern. Si ERC sobrepasa a CDC, como ya hizo en las Europeas, Junqueras tendrá muy pocos incentivos para volver a formar Junts pel Sí en una eventual repetición de elecciones catalanas. Y, sin una reedición de Junts pel Sí, a Mas no le quedaría otra que aceptar dar un paso atrás sobre la investidura tal como pide la CUP o conducir a su partido a una esperada debacle electoral en solitario.

La crisis en Convergència cristalizó la semana pasada, una vez fue presentada la resolución conjunta entre Junts pel Sí y la CUP en la que se declara el inicio del proceso independentista y que será votada, previsiblemente, la semana que viene. El contenido de la última reunión del Govern, donde varios consellers expusieron ante Mas sus discrepancias con el rumbo del partido, fueron filtradas y publicadas en La Vanguardia el pasado viernes, lo que ha sembrado la desconfianza entre el círculo más cercano a Mas. Este lunes, la portavoz Marta Pascal ha circunscrito las diferentes posturas a un “debate rico y positivo”.

Según publicó el rotativo de Godó, consellers como Santi Vila, Felip Puig, Jordi Jané o Irene Rigau, todas ellas personas que se suelen adscribir al sector de la vieja guardia de CDC, se mostraron contrariados por el contenido de la declaración indepedentista, considerando que iba demasiado lejos y que se cedía demasiado a la CUP a cambio de nada. No era la primera vez que algunos consellers se salían de la línea oficial del partido. Felip Puig ya había asegurado una semana antes en una reunión con empresarios que el pacto con la CUP era casi imposible por estar en las antípodas políticas no solo sobre la independencia.

Ante la gravedad de la situación, el conseller Francesc Homs, uno de los hombres de confianza de Mas y que con toda probabilidad será el candidato de Convergència en las generales, ha salido este lunes a recordar que el conseller autor de la filtración se ha saltado la ley y debe ser destituido. Una clara advertencia del círculo íntimo del president dirigida a la parte de la cúpula de CDC que ya no le respalda sobre el rumbo independentista del partido.

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