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«El sindicato ha de organizar a los trabajadores en cualquier escenario de futuro: independencia, federalismo, lo que sea»

Joan Carles Gallego, durante la entrevista en su despacho en CCOO / ENRIC CATALÀ

Tomeu Ferrer / Enric Català (fotos)

Joan Carles Gallego i Herrera (61) es el secretario general de CCOO de Catalunya desde diciembre de 2008. Afiliado a CCOO desde 1976. Licenciado en económicas y durante muchos años, docente: Desde septiembre de 1977 ha sido profesor, tutor, jefe de departamento, secretario y director en el IFP La Pineda, de Badalona, profesor en el Instituto de FP de Montoro (Córdoba), y en el IES Badalona 7.

Desde hace meses CCOO de Catalunya sale adelante la Asamblea Abierta. En septiembre habrá las conclusiones. ¿Podéis hacer un primer balance?

Sí, ya hemos hecho el grueso de las asambleas. Planificamos 300. La mayoría las hemos hecho con la afiliación y en empresas donde hay trabajadores afiliados y no afiliados. Y también hemos hecho con aquellos sectores con los que tenemos proximidad: entidades, personas. Así pues, la valoración es positiva para el sindicato y también para las personas que están participando. Ven que es un espacio donde CCOO escucha lo que la gente piensa dentro y fuera del sindicato. Y ahora hemos de ser capaces es de realizar el retorno de las cosas que han salido.

¿Cuáles son las inquietudes que le expresan en las reuniones?

Están saliendo algunas ideas interesantes que nos ayudarán a repensar algunas prácticas sindicales y mejorarlas. Además, junto a las asambleas tenemos las encuestas: son cerca 4.000 que estamos vaciando y analizando, pero esperamos llegar a unas 5.000, lo que nos daría un volumen importante para saber la opinión que de nosotros tienen trabajadores y afiliados.

¿Os ha cambiado la opinión que tenía del sindicato antes de hacer estas consultas?

Este es un mecanismo de participación mucho más abierto, dinámico, ágil que un congreso. El congreso tiene un esquema a partir del cual la dirección dice y la gente se posiciona alrededor de lo que propone la dirección. Este otro esquema es mucho más horizontal. Nos reunimos y todos sitúan los elementos y esto nos permite ver las diferentes sensibilidades como la gente afrontar los diversos problemas. Salen cosas en torno a la participación, de los contenidos de la negociación, de la priorización de algunos temas, cuestiones que en septiembre u octubre tenemos que acabar de ligar.

Quizás a través de los nuevos canales abiertos os ha llegado la idea de que la gente pide un sistema de participación más ágil en el día a día.

Claro, en el caso de la afiliación está apareciendo la inquietud de participar de una manera más directa en los procesos del sindicato, de negociación, en los congresos, o de toma de decisión. Esto está apareciendo de forma muy transversal. La gente quiere superar el sistema de decisión clásico, vertical que se puede superar con las nuevas tecnologías, pero también la gente quiere el debate, la asamblea, poder verse las caras.

¿Sería correcto decir que CCOO ya es un sindicato 2.0?

Trabajamos en ello: hemos aprovechado también para poner en marcha el carné digital, que es una herramienta que te permite disponer del documento pero también tener notificaciones de las novedades que aparecen y obtener elementos de participación, consultas, que cada persona pueda programar en función de sus espacios de interés. Por ejemplo, alguien puede querer participar en temas relacionados con el convenio, o sociopolíticos. Esto permite también una relación más individualizada con la persona sin perder el carácter colectivo de la organización.

Han salido los datos del segundo trimestre de la EPA, con unos buenos resultados sobre el papel, pero CCOO sigue siendo crítica con la evolución de la lucha contra el paro.

La EPA evidencia que estamos en un proceso de recuperación económica, pero la calidad del empleo que se crea no es suficiente. Esto quiere decir que la recuperación económica tiene elementos de debilidad. Porque los empresarios no acaban de confiar en la solidez de esta recuperación y por eso no estabilizan el empleo.

El otro problema que vemos que la recuperación se acompaña de trabajo de poca calidad, bajos salarios, etcétera, significa que no hay redistribución de la riqueza que se crea. Esto quiere decir que crece la economía, que hay más riqueza, pero que ésta no se está redistribuyendo.

Esto lo vemos en que no suben los salarios, también vemos que no se actualizan las políticas de protección social, la renta garantizada de ciudadanía no acaba de aprobarse. Son cuestiones que deberán marcar necesariamente la agenda de los próximos meses.

¿En qué sentido?

En los próximos meses se deberá apostar por la calidad del empleo y por la redistribución de la riqueza que se crea, especialmente en temas de protección social. Porque aunque el paro esté bajando, los datos son escandalosos, sobre todo cuando el 50% o más de las personas paradas no tienen ningún tipo de protección. Aquí tenemos un problema grave que si no la abordamos, la recuperación económica no garantizará la mejora para el conjunto de la sociedad.

Este año se firmarán un número importante de acuerdos colectivos. ¿Se puede decir pues que se ha frenado la desregulación de relaciones laborales que era ideología profunda de la reforma laboral?.

La reforma laboral sigue aún viva en todos los aspectos regresivos y negativos que tiene y también las dificultades para poder mejorar el marco de relaciones laborales. Pasa, en cuanto a la negociación colectiva, que desde el sindicato hemos sido capaces de situar de manera muy estratégica la importancia de mantener vivos los convenios. En una primera fase intentando prorrogarlos, en algunos casos. Pero ahora yo creo que estamos en una nueva fase en la que la negociación colectiva comienza a situar mejoras en relación con la situación pasada. Comienzan a firmarse convenios con incrementos retributivos, rompiendo la lógica de la devaluación salarial. Son incrementos modestos, hablamos del 1%, pero que permiten ganar capacidad adquisitiva porque la inflación está muy baja, pero ese no es el camino para recuperar la situación que teníamos previamente. En la medida que hemos mantenido vivos los convenios colectivos, creo que tenemos los instrumentos adecuados para mantener las reivindicaciones de los trabajadores y empezar a situar las mejoras de las condiciones de trabajo.

¿Pero todo no es tan sencillo?

Es que este es el espacio del convenio que mantenemos vivo, pero se mantienen los aspectos negativos de la reforma laboral, que sigue dando mucho poder al empresario: puede bloquear el convenio, o incumplir, o tal. Por lo tanto, tendremos que aplicar una doble estrategia. Una, garantizar la negociación colectiva, situar las reivindicaciones, garantizar que los convenios sean vivos. En paralelo deberemos presionar las fuerzas políticas para que en el próximo ciclo electoral la reforma laboral sea derogada, en un doble sentido: revertir los aspectos regresivos y lograr la conquista de nuevos derechos laborales adecuando las relaciones de trabajo en el nuevo contexto que tenemos : no es suficiente echar atrás la reforma sino que se han de construir nuevos derechos.

¿En qué sentido deberían ir las mejoras que afirmáis que se necesitan?

Hablo de nuevos derechos, que no pueden ser los que teníamos antes: debemos ir adelante en algunas cuestiones como la participación, información, mayor estabilidad laboral, causalidad de la contratación, etcétera, y aquí debemos emplazar las fuerzas políticas ante el próximo ciclo electoral para que tomen compromisos claros que permitan que los trabajadores a la hora de votar sepamos que vamos a votar.

Porque ahora parece que haya una subasta en el sentido de que muchos partidos prometen la derogación de la reforma laboral, al menos en Catalunya.

En cuanto a la derogación de la reforma laboral, lo que queremos es que los partidos no sólo lo pongan en el programa sino que se reúnan con nosotros para concretar lo que se extiende por derogación, por nuevo estatuto de los trabajadores, por nuevos derechos, porque estamos un poco hartos de discursos vacíos si no se concretan en instrumentos que permitan que los trabajadores podamos tener una fuerza equilibrada frente a los empresarios a la hora de conseguir nuevos derechos.

Tanto desde CCOO como de UGT se hizo una valoración buena del Acuerdo (ANC), se decía que abría la puerta a mejorar condiciones de vida de los trabajadores, sobre todo los más castigados, se han empezado anotar algunos de estos efectos.

¿Por lo menos en Catalunya?

El ANC ha servido sobre todo para desbloquear la negociación colectiva, gracias a la firma de este acuerdo general se ha podido, en los nuevos convenios que se tenían que negociar, disponer de este referente que ha ayudado a desbloquear acuerdos, especialmente en aspectos como incrementos salariales: terminar la vía de la devaluación y abrir la vía a la mejora de los salarios.

En todo caso, con respecto a Catalunya hay pendiente todavía la negociación del Acuerdo Interconfederal de Catalunya (AIC), con Fomento del Trabajo y Pimec. Para nosotros es importante que el ANC disponga de su complemento en Catalunya, que permita profundizar en el marco catalán de relaciones laborales.

La crisis en los momentos más duros ha desatado la crítica a los grandes sindicatos. ¿Cree que es justa esta crítica?, y si no lo es, ¿como cree que se puede revertir este estado de ánimo?

La crítica a los grandes sindicatos forma parte de la crítica a la realidad institucional que ha generado la gestión de la crisis. Esta gestión por parte de los gobiernos ha hecho que la gente haya desconfiado de las instituciones porque estas no han sido capaces de dar respuesta a los problemas de la gente. Y en este papel aparece también la crítica al papel de los sindicatos.

La realidad creo que es diferente en el ámbito micro, el sindicato ha estado en esta crisis en todo momento al lado de los trabajadores, gestionando sus problemas: ERE, confrontación con las políticas de recortes del gobierno, oponiéndose a las reformas laborales que ha aplicado el gobierno. A lo largo de estos años hemos convocado tres huelgas generales, que han sido importantes, pero que no han permitido cambiar las cosas, pero sí que han generado un estado de conciencia social que presiona también las políticas del gobierno y limita también las actuaciones del gobierno que quizás quisiera ir más allá. Hemos estado en la gestión de los ERE, para evitar que los despidos se hagan en los términos que planteaban los empresarios en un contexto donde la correlación de fuerzas era favorable a los poderes económicos y los gobiernos.

Por lo tanto, la actitud de los sindicatos ha sido muy resistencialista, intentando limitar los daños de la política que se hacían pero no hemos podido abrir una vía de consecución de nuevos derechos.

La crítica a la acción del sindicato, está muy ubicada en la sensación general según la cual la gente se ha sentido desatendida por la gestión de la crisis, pero la realidad es que el sindicato ha estado al lado de la gente resistiendo en una situación muy complicada.

¿Y ahora, las cosas como las plantean?

Estamos en un momento en que las cosas cambian. No estamos ahora en momento de resistencia, creo que se está abriendo una vía de recuperación de derechos y de consecución de nuevos derechos. Y en la medida en que la recuperación económica avance, el sindicato debe reforzar su situación no sólo para recuperar parte de lo perdido sino para conquistar nuevos derechos.

Esto se puede hacer en la situación de precariedad que parece extenderse?

Aquí buena parte de los retos que tenemos es cómo organizar más y mejor a los trabajadores y trabajadoras, especialmente aquellos en situación muy precaria, en empresas muy pequeñas, porque sólo desde su organización tendremos la fuerza suficiente para cambiar las cosas. Nosotros si queremos ir a una estrategia de recuperación, debemos reforzar la organización.

Durante años se creó una cierta épica del sindicalismo, que quizá hizo que la gente tuviera expectativas muy elevadas cuando, como se ha visto en esta crisis, muchas veces sirve para minimizar el golpe o sólo para salvar los muebles...

Si vemos la acción del sindicato en una visión larga de la historia, su efecto es de construcción, de lucha por conseguir nuevos retos. Pero dentro de esta tendencia se suceden momentos de flujo y de reflujo, en los que la correlación de fuerzas a veces es favorable y a veces no. En una crisis económica brutal, como hemos vivido estos últimos años, la clase trabajadora ha quedado muy debilitada, los niveles de desempleo que tenía el país han presionado a la baja la capacidad de movilizarse, porque este alto desempleo se utiliza para chantajear a la gente en sus condiciones de trabajo. Y aquí es donde el sindicato tiene que saber en qué momento estamos, para ver qué podemos conseguir. En este contexto, la estrategia de resistencia ha sido la herramienta necesaria para evitar males mayores.

Esto es difícil de explicar cuando la gente vive en el día a día en sus condiciones de trabajo, salarios, desempleo. Aunque en estas condiciones adversas, el sindicato ha arrancado algunas conquistas que no deberían menospreciarse.

!Aproveche y expliquelas!

Cuando se logró el plan Prepara para las personas en paro sin ninguna protección social; cuando se alargó después de que se agotara el subsidio la posibilidad de una ayuda, cuando hemos forzado planes de empleo específicos a través de las administraciones locales para aquellas personas en situaciones peores. Hemos conseguido algunos pequeñas victorias, pero en un marco muy, muy negativo.

Otro elemento que durante la crisis ha aparecido es la percepción de la corrupción en los sindicatos?

El fenómeno de la corrupción se ha evidenciado que atraviesa toda la sociedad y llega a las instituciones. Esto hace que hayan podido aparecer algunos casos donde hay dudas sobre la actuación de algunas organizaciones sindicales en relación con la gestión de los recursos públicos. CCOO no hemos aparecido en este tema, pero sí han salido personas concretas de CCOO en algunos casos que, desde el punto de vista ético son enormemente perjudiciales para la imagen que una organización como CCOO debe proyectar. Nosotros cuando hemos detectado alguna actuación personal no ética que puede contaminar la imagen del sindicato hemos actuado de manera rápida y contundente, separando la persona de la organización y por otro lado reforzando los mecanismos de funcionamiento interno, con más controles y transparencia para evitar reproducciones de casos del tipo que me decía. Esto nos ha hecho aprobar un código ético muy completo. En este código hay elementos de funcionamiento interno, como la renovación de cargos, declaración de bienes, pero también trata de transparencia, de presentación de las cuentas públicas, auditorías, etcétera, cosas que aquí hacíamos desde 2005 y que se han adoptado en el conjunto del Estado. Estas cosas son importantes. El comportamiento ético de las personas es necesario, pero esto debe ir acompañado por un código que evite actuaciones incorrectas y que permita también actuar en caso de que haya sucedido algún comportamiento personal determinado.

En este punto de la crisis se me ocurre preguntarle si la población le ha visto como compañeros de movimientos emergentes como la PAH, ¿ o ha quedado su colaboración en segundo plano?

Nosotros decidimos ya hace un tiempo que teníamos que establecer alianzas con los movimientos sociales con los que compartíamos objetivos de defensa de modelo social, evidentemente desde nuestra posición en el mundo del trabajo, pero también preocupados por la defensa de la salud, de la educación, del derecho a la vivienda ...

Desde el primer momento hemos estado participando e impulsando con otras organizaciones la plataforma bastante recortes, y después hemos colaborado y participado con movimientos como la PAH, u otros. El caso de la PAH se produce que la recogida de firmas de la ILP la hicimos de forma conjunta en una comisión de la que forman parte al mismo nivel que la propia PAH, hasta el punto de que fuimos personalmente al congreso de los diputados a llevar las firmas, o que hay PAH locales que se reúnen en los locales de CCOO y no pasa nada, porque un elemento distintivo de la gente de CCOO es que muchos de sus miembros son también activos de 'Yayoflautas', o de la PAH o de otras entidades. Pero se ha proyectado una visión como si CCOO fuera algo aislado, al margen y a veces con elementos de confrontación con estos movimientos sociales cuando la realidad es que siempre hemos trabajado de manera conjunta compartiendo objetivos y movilizaciones. También es cierto que nuestra gente cuando participa en otras plataformas no hace alarde de su pertenencia a CCOO.

Sobre el derecho a decidir, tanto CCOO como UGT ha evitado que el debate divide las organizaciones, pero de cara a futuro la sensación es que el debate se puede radicalizar, ¿ habéis pensado en eso?

Nosotros intentaremos evitar que este debate pueda fracturar el sindicato. Somos conscientes de que la gente que tenemos representa un poco el conjunto de la sociedad catalana, y muchos ámbitos: de género, y también, por ejemplo políticos. Es cierto que el conflicto nacional en Catalunya es vivo, lo es por una relación Catalunya - España no exitosa y que requiere una solución política en la cual el derecho a decidir juega un papel fundamental.

Ahora el debate se puede situar en otra tesitura: independencia si, independencia no. Aquí el sindicato debe ser cuidadoso para entender que en su interior pueden convivir varias posiciones. Nosotros somos partidarios que estas posiciones, que son muy variadas, desde un extremo al otro, puedan hablar y convivir desde la tolerancia y el respeto. Debemos ofrecer elementos de debate e información, precisamente para evitar que esto se polarice en posiciones políticas cerradas y excluyentes. El sindicato no tiene por qué tener una posición concreta sobre este aspecto porque la función del sindicato es organizar a los trabajadores en cualquier escenario de futuro: sea independencia, federalismo, lo que sea.

Respecto a la política nosotros no somos indiferentes, pero como organización tenemos una posición construida autónomamente para intentar solucionar los problemas de los trabajadores. Y en este sentido hoy creemos que hay un marco de relaciones laborales muy restrictivo, que ha desequilibrado la balanza a favor de los empresarios. Estos son los principales problemas que tiene la clase trabajadora y que son los que tenemos que confrontar.

¿Qué le parece que se convoquen elecciones y el gobierno saliente parece que no hace un balance de su actuación, especialmente en el ámbito social?

Nosotros siempre en un periodo electoral, lo primero que hacemos es llamar a los trabajadores a participar. Pero, después pensamos que se debe hacer un balance de lo que han sido las políticas laborales en los últimos años sobre las que construir las nuevas propuestas de futuro. Difícilmente se puede ir a un proceso electoral sin poder hacer un balance de gestión de que ha pasado. Estamos como estamos porque se han hecho unas políticas determinadas que son las que queremos cambiar.

Pero parece que el gobierno saliente de eso hace un juego de manos y no habla...

Las elecciones deben permitir a la gente elegir la papeleta de voto con plena conciencia. Esto significa que se debe saber que esta papeleta tiene detrás una gestión determinada y en frente unas propuestas también determinadas. Difícilmente se puede ir a una votación sin saber porque estamos como estamos, porque queremos cambiar como estamos! Este país no se puede permitir mantener una política de austeridad y de recortes como la que hemos sufrido.

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