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Consejos de una psicóloga para la desescalada ante el “miedo” como emoción más común

Dos personas se cruzan en una solitaria plaza de Zocodover, en Toledo, durante el estado de alarma

Diana Calzado

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Esther Sanguiao Olivares es licenciada en Psicología por la UNED, tiene un Máster Universitario en Investigación de Psicología Aplicada de la Universidad de Castilla-La Mancha, formación en Mindfulness y otras formaciones en gestión emocional. Actualmente está realizando una tesis sobre depresión posparto.

Con ella hemos hablado de cómo enfrentarnos a la desescalada, sobre qué secuelas podemos tener y cómo nos va a afectar el tipo de relaciones que se han ido tejiendo a través de los grupos sociales.

Ante las fases de desescalada anunciada por el Gobierno, ¿cree que vamos a tener miedo de volver a salir?

El miedo es quizás la emoción más común a la hora de volver a nuestra nueva rutina, aunque también pueden aparecer otro tipo de patologías como el  trastorno-obsesivo-compulsivo, hipocondrías o estrés postraumático. Estos estados disfuncionales irán desapareciendo con el tiempo y con la vuelta a la normalidad. También se atenuarán cuando se encuentren  tratamientos eficaces para la COVID-19 y sobre todo cuando se halle la vacuna . Cuando la población sienta que tiene la pandemia controlada se sentirá más segura.

Estas patologías irán poco a poco desapareciendo,  pero en el caso de persistir en el tiempo y que la vida de la persona se vea gravemente afectada debe acudir a un profesional para que le ayude a gestionar todas aquellas emociones negativas que deriven de estos trastornos.

¿Qué debemos esperar de las relaciones sociales?

Todas las epidemias o catástrofes han traído consigo cambios profundos. Puede que esta pandemia sea un punto de inflexión para muchos y este 2020 suponga un 'año cero' en cuanto a cambio de mentalidad, no solo en cuanto a solidaridad, que ha quedado patente en cómo nos hemos necesitado los unos a los otros en momentos terribles, sino también de toma de conciencia del cuidado de la Tierra, en definitiva de cambios de valores.

Nuestras necesidades han cambiado de una manera brusca. El famoso psicólogo Abraham Maslow formuló, para mí, una de las mejores teorías de la necesidades humanas que ilustró con su conocida 'Pirámide de las necesidades' en cuya base estaba las necesidades más básicas, las fisiológicas, como respirar o comer, y en la cúspide aquellas de autorrealización, donde se encuentra la moralidad, la aceptación… Esta teoría muestra a la perfección cómo lo más importante es lo más básico: estar vivo, respirar, y poder comer.

Espero que esta experiencia sirva para darnos cuenta de lo realmente importante: dar un abrazo, dar un paseo, vivir sin prisa o recuperar el tiempo de estar con alguien disfrutando de ese momento y de esa persona.

Desde los grupos de Whatsapp se reenvía información, muchas veces de contenido político, ¿cree que vamos a salir más unidos de esta situación o puede llevar a enfrentamientos?

He observado que en esta situación, que nos debería unir más que nunca, nos estamos perdiendo en debates políticos.

Esta pandemia, a la que nos deberíamos enfrentar con las mayores dosis de amor y empatía, se empaña con odio. Se generan discusiones sobre malas gestiones de un partido u otro. Este odio no es buen compañero en la situación que estamos viviendo, os lo aseguro, entendiendo que esta pandemia cada uno de nosotros la está viviendo de forma totalmente distinta. Dejemos de hablar de la buena o mala gestión y hagamos preguntas como por ejemplo: ¿Cómo estás?, ¿hoy qué has hecho?

¿Cómo se puede luchar contra esas situaciones?

Cada uno tiene la libertad de elegir la actitud con la que afrontar cada experiencia vital, eso es algo que nos pertenece, como también tenemos la capacidad de poner nuestra atención en lo que queramos. Debemos intentar poner el foco de atención sólo en aquellas noticias que me den un halo de esperanza, y sobre todo saber con quién puedes hablar de ciertos temas, desconectar de ciertos grupos de Whatsapp. En definitiva, elegir con quién quieres hablar y de qué quieres hablar.

Detrás de este “elegir la actitud” y “saber en qué poner tu atención” hay un trabajo personal psicológico muy importante, decirlo es fácil pero llevarlo a cabo es complicado.

Según varias investigadoras, la cuarentena parece estar reforzando ciertos estereotipos de género. ¿Cómo afecta este cambio a las mujeres que son madres y trabajadoras? ¿Cómo influye psicológicamente un confinamiento en el que ellas tienen que retomar las tareas de cuidado?

Si la conciliación era difícil contando con los familiares y centros escolares y educativos, ahora es mucho más complicada. Nos dan como posible solución el teletrabajo, adjuntando un montón de “buenos consejos” como hacer turnos con la pareja, horarios y periodos cortos de trabajo, adaptar un espacio de la casa para poder realizar nuestro trabajo.

La realidad es muy distinta: los horarios te los marcarán los niños, la dedicación será superior a la habitual y la productividad bajará a la mitad. Si a esto le añadimos que la madre es soltera todo se complica aún más. Son las empresas las que tienen que flexibilizar las condiciones laborales, no solo en este momento, sino en los posteriores.

En cuanto a la carga familiar la siguen soportando en mayor medida las mujeres, y según las encuestas 6 de cada 10 mujeres dejan su carrera profesional por la falta de conciliación, y ahora con esta situación puede que sean aún más.

Tenemos que intentar recordar que estas circunstancias son pasajeras, que los niños volverán al colegio. Mientras, las madres trabajadoras tenemos que saber gestionar el estrés derivado de toda esta situación. No debemos tomar decisiones importantes, porque podemos estar sobrepasadas en este momento.

Ahora mismo, las emociones negativas son las que predominan y nos colocan en un lugar peligroso en el que la toma de decisiones está viciada y no es realista.

¿Nos puede dar alguna clave o recomendación para superar esta crisis personal?

Esta crisis nos ha afectado de diferente manera. Hay personas que han perdido a un ser querido sin poder despedirse, con lo que el duelo se puede complicar, y a estas personas habrá que ayudarlas a que elaboren esa pérdida de una manera adecuada, quitando toda emoción de rabia y rencor.

Al que le ha afectado de manera económica, esto sí que tiene solución. El otro día escuchaba a un economista español que decía literalmente que “España es un país que se viene arriba enseguida”. A estas personas les animo que salgan de la queja y del problema y se pongan en el lugar de la búsqueda de soluciones. Pensar todo el rato que tienes un problema no te deja espacio para generar soluciones. Einstein decía que “no podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”.

Habrá personas que tras la crisis salgan reforzadas, aflorando su resiliencia, y que hayan aprendido unos valores vitales que le hagan cambiar parámetros en su vida, es lo que se llama en psicología Crecimiento postraumático. Otros, sin embargo enfermarán, y necesitarán ayuda, pero es que la psicología está precisamente para eso, para ayudar a la gente a superar estos trastornos. Y lo solucionaremos juntos.

Tienes que saber que siempre puedes elegir la actitud con la que vivir cualquier situación, aún en las situaciones más extremas. El psicólogo Viktor Frankl, en su libro 'El hombre en busca de su sentido', narra su experiencia durante el Holocausto nazi en un campo de concentración, libro muy recomendable en estos momentos, y hace una serie de afirmaciones que nos ayudarán ahora, como cuando mantiene que el ser humano tiene la capacidad de darle un significado o un sentido a cualquier circunstancia de la vida, lo que te puede salvar de cualquier situación.

Además, no hay que tratar de estar siempre bien y felices, eso no es real. Las emociones negativas forman parte de la vida, y en estos momentos complicados van a aparecer, lo que hay que hacer es no dejarlas mucho tiempo en nuestras vidas. Existe un optimismo inteligente que afirma, que en general, las cosas van a salir bien. Sobre todo hay que mantener la esperanza, que es lo último que debemos perder.

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