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Vehículos de AutoGas, ¿la mejor alternativa de transición hacia el hidrógeno o los eléctricos?

Punto de suministro de GLP en una estación de servicio

Carmen Bachiller

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En Castilla-La Mancha, durante el primer cuatrimestre de 2018, se matricularon 150 vehículos con tecnología de Gas Licuado del Petróleo (GLP). Estas matriculaciones fueron 2,5 veces superiores a las de vehículos con otros sistemas de combustión alternativos a los convencionales como los coches eléctricos puros (hubo 43 matriculaciones) o de Gas Natural Comprimido o GNC que se basa en el gas metano (18 matriculaciones). Además, 197 vehículos de gasolina pasaron por el taller para ser adaptados a este sistema bifuel (gasolina-AutoGas)

¿Qué es el gas licuado del petróleo (GLP), conocido comercialmente como AutoGas? Es una mezcla de propano y butano que, una vez liberados de ciertos componentes, permiten una combustión limpia en el motor de un vehículo.

En la actualidad, 25 millones de vehículos utilizan este sistema en todo el mundo. 60.000 circulan por nuestro país, y de ellos, más de 3.000 lo hacen ya en la Comunidad de Castilla-La Mancha, según los datos facilitados por AutoGas Repsol, que la describe como una tecnología “segura porque está sometida a más restricciones por la normativa europea que un carburante tradicional”.

La compañía sostiene que es también un sistema más económico: cuesta hasta un 40% menos que la gasolina y entre un 15-20% en el caso del diésel. En España existen 600 estaciones de servicio con este tipo de suministro. En Castilla-La Mancha hay un total de 35, de las que 22 pertenecen a Repsol.

Pero, ¿qué pasa con el precio de este carburante? ¿Ocurrirá lo mismo que con los convencionales con oscilaciones y repuntes que pasan factura al consumidor? “La Unión Europea es la primera que está apostando por este carburante porque hay que reducir emisiones. Los países miembros deberán mantener la diferencia de precio hasta 2025. Quizá España bonifique más aún este sistema debido a los altos niveles de emisión que tenemos”, aventura.

El primer servicio de AutoGas de Repsol se instaló en el Polígono Industrial de Toledo y tiene formato de depósito de gas. En las estaciones más recientes, el suministro se hace a través de los surtidores convencionales. “Nuestra intención fue priorizar a los municipios con más población y a los corredores logísticos o las grandes autovías, con una estación cada 100 kilómetros”.

Eso sí, los surtidores de GLP aún no están estandarizados en la Unión Europea. Eso significa que, dependiendo del vehículo y del país, se necesita un adaptador para la boca de llenado que, normalmente, presta la estación de servicio. Y el depósito “lleva una válvula de seguridad de acero reforzado para que no se rompa en caso de colisión. En caso de incendio el gas licuado al calentarse pasa a gas y se libera hacia abajo”.

¿Cómo funcionan los vehículos con GLP?

Tener un depósito de AutoGas significa que en el hueco de la rueda de repuesto irá un depósito tórico (salvo que se haya optado por otro tipo de depósito que pueda restar hueco al maletero) con una capacidad entre 40 y 70 litros. “El gas líquido se transmite a una pequeña centralita que decide la cantidad de gas que entra. El vehículo dispone de los mismos inyectores de gas que de gasolina. Es una tecnología muy sencilla. La gasolina puede ser sustituida por el GLP que actúa como una gasolina corta”.

Los vehículos que lo utilizan tienen “doble autonomía”, explica Raquel Martín de Almagro, responsable de AutoGas Repsol para Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid. “El vehículo arranca en gasolina y automáticamente se cambia a gas sin que el usuario lo perciba. El indicador de nivel te dice la cantidad de gas que le queda y a la vez el coche conserva su depósito de gasolina”. Eso permite, explica, que durante el viaje se puede cambiar automáticamente a gasolina sin tener que parar el coche.

Y una curiosidad: En España, la mezcla propano-butano “es más abutanada por su condición de país cálido y eso se traduce en que a igual cantidad de litros, la autonomía es mayor, a diferencia del suministro por ejemplo en Francia”.

¿Qué autonomía tienen estos vehículos?

Ya hay más de 40 modelos en el mercado con tecnología GLP pero los fabricantes, señala Raquel Martín aún no están apostado por ella en exclusiva. Todos los vehículos llevan la combinación gasolina-autogas. Su autonomía depende del tamaño del depósito, de la potencia o de la cilindrada del vehículo. Pongamos como ejemplo un coche con 140 caballos. “Con 42 litros puede recorrer unos 520 kilómetros”.

Si no se quiere -o no se puede-comprar un coche nuevo es posible “transformar” el vehículo. La pega es que solo puede hacerse con los de gasolina (siempre que sean posteriores a la tecnología Euro3, a partir del año 2001).

En cuanto al diésel existen “soluciones dualizadas”, explica Martín, quien sin embargo cree que “si tenemos que ir a reducción de emisiones, la tecnología que te permite hacerlo es la de gasolina-gas porque en el otro caso lo único que haces es sustituir un porcentaje de diésel por gas, pero no eliminas su uso”.

¿El vehículo pierde potencia al ser adaptado a la tecnología GLP? Eso dependerá del tipo de transformación que se realice. “Si se opta por la inyección directa del producto en fase líquida se gana hasta un 5% de potencia”.

Castilla-La Mancha oferta ayudas para comprar o transformar vehículos a AutoGas

En Toledo, los taxis se apuntan poco a poco al sistema, en Albacete una autoescuela se ha subido al carro del GLP. El mercado del Renting también empieza a contemplarlo como opción entre su oferta.

Y mientras, el Gobierno de Castilla-la Mancha acaba de publicar ayudas destinadas a los ayuntamientos de la región valoradas en 400.000 euros para la adquisición de vehículos nuevos que funcionen con energías limpias. Es solo para vehículo nuevos: turismos, furgonetas, autobuses y camiones eléctricos, híbridos, de pila de hidrógeno, gas natural y gas licuado, así como la transformación de los vehículos de gasolina a gas.

El importe de las ayudas es de 8.000 euros en el caso de vehículos eléctricos y de pila de hidrógeno; 3.000 euros en vehículos híbridos y 2.000 para vehículos que funciones con gas natural y gas licuado. Del mismo modo, hay incentivos que ascienden a 25.000 euros para camiones y autobuses eléctricos y de pila de hidrógeno. También hay ayudas para camiones y autobuses híbridos, unas subvenciones que ascienden a 20.000 euros y 15.000 euros para camiones y autobuses de gas natural y gas licuado.

En la primera quincena de agosto está prevista la publicación de la convocatoria para vehículos eficientes destinados Pymes y a personas físicas, por un importe de 500.000 euros.

El coste medio a la hora de transformar un vehículo a tecnología AutoGas está en unos 1.200 euros y en Castilla-La Mancha hay unos 60 talleres que ya trabajan este proceso. Es un nicho de negocio incipiente para compañías como esta que ya está ofreciendo 400 euros en combustible a los particulares y 500 euros a los profesionales que transformen sus vehículos a AutoGas.

Otra cuestión es que se pueda convencer al conductor de sumarse al cambio. “En el primer semestre del año hemos duplicado las transformaciones y para nosotros eso es muy significativo. Demuestra que los usuarios están perdiendo el miedo y al final el boca a boca es lo que mejor funciona”, dice Raquel Martín.

La etiqueta ECO

Quizá uno de los argumentos que más puedan influir en los conductores a la hora de pasarse a este tipo de carburantes es que el sistema de AutoGas está reconocido por la Dirección General de Tráfico con la ‘etiqueta ECO’. Eso supone que estos vehículos se ven liberados de las restricciones de tráfico por contaminación, como la que acaba de anunciar la vecina Comunidad de Madrid, e incluye bonificaciones en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM).

¿Cómo es posible hablar de sistema ECO teniendo en cuenta que hablamos de un derivado del petróleo, un combustible fósil?, preguntamos. AutoGas Repsol lo justifica explicando que “en un 70% procede de pozos de gas. Solo el 20% se obtiene de la destilación del crudo”.

“Es un producto ecológico. Hablamos de nulas emisiones de partículas en suspensión y de óxidos de nitrógeno que se reducen en un 80%”, sostiene la responsable de AutoGas en la región. “La clave de este carburante es que utilizamos un producto que reduce la contaminación atmosférica, que es la que realmente preocupa porque afecta a la salud pública”. También apunta la reducción a la mitad los niveles de ruido lo que minimiza la contaminación acústica.

Raquel Martín reconoce que este sistema es una “transición” hacia otros modelos de futuro (al hidrógeno y los propios coches eléctricos aún les queda un largo recorrido). Mientras tanto, asegura, “es la actual solución alternativa por su capacidad de reducir emisiones, por la doble autonomía gas-gasolina y por la infraestructura que tenemos de recarga en el país”.

A corto y medio plazo es la solución ideal“, insiste, por encima de la que ofrecen los vehículos eléctricos. ¿Y para cuándo los vehículos de hidrógeno? Ese ya es otro capítulo.

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