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Luz verde a un nuevo proyecto de exploración minera para extraer cobalto y níquel en Ciudad Real

Área para el permiso de investigación

Alicia Avilés Pozo

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El Diario Oficial de Castilla-La Mancha ha publicado una resolución de la Consejería de Desarrollo Sostenible mediante la cual se da luz verde a un nuevo proyecto de investigación minera por sondeos en la provincia de Ciudad Real, en este caso para la extracción de cobalto, níquel y manganeso. Según apunta no necesita evaluación de impacto ambiental ordinaria debido a que no tiene “efectos significativos” en el medio ambiente “siempre que se cumplan las medidas de seguimiento” aportadas por la empresa promotora.

Así lo establece la Junta a la luz de la documentación de esta compañía, la mercantil QBIS Resources, que planea esta investigación entre los términos municipales de Almagro, Aldea del Rey, Granátula de Calatrava, Pozuelo de Calatrava y Valenzuela de Calatrava. El permiso se concede por un plazo de tres años y la Junta establece que cualquier modificación del proyecto de investigación será objeto de una evaluación ambiental ordinaria.  

En la resolución se explica que el procedimiento se ha sometido a evaluación simplificada conforme a la normativa ambiental, que precisamente está pendiente de renovación. Según el documento ambiental, suscrito en marzo de 2018, el objeto del proyecto es realizar una exploración minera para encontrar mineralizaciones comerciales de manganeso, cobalto, níquel, cobre y otros posibles minerales, dentro del área de la “industria extractiva”. El ámbito del permiso de investigación, denominado ‘Somormujo’, comprende un conjunto de 128 cuadrículas mineras que ocupan una superficie aproximada de 3.850 hectáreas.

El ámbito del proyecto incluye parte de la superficie que en su momento ocupó la mina ‘Katrina’ para manganeso y cobalto, el cual se encuentra caducado. El objetivo es realizar una campaña sistemática de evaluación de los recursos existentes de los citados minerales. Debido a la diversidad de minerales,  en primera instancia los esfuerzos se centrarán en la localización de masas metálicas que conformen un yacimiento explotable comercialmente, estando la campaña de exploración dirigida fundamentalmente a metales como el cobalto y níquel.

¿Para qué sirven estos minerales?

Según la resolución publicada, se trata de materias primas críticas muy importantes de cuyo abastecimiento depende la industria europea para la fabricación de numerosos productos, destacando las baterías de los vehículos eléctricos, algunos componentes de las placas fotovoltaicas, captadores eólicos, iluminación eficiente, así como otros materiales, herramientas y equipos relacionados con el progreso tecnológico (instrumental médico, dispositivos móviles y portátiles, etc.).

Para denotar la importancia de estos recursos, se reseña el impulso que la Unión Europea está realizando para promover el uso del vehículo eléctrico en sustitución de los vehículos propulsados por combustibles fósiles, con el “consiguiente beneficio medioambiental por la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la mejora de la calidad del aire en los entornos urbanos”.

A ello añade la Consejería que en la fabricación de las baterías de ion-litio de los vehículos eléctricos se precisan ciertos minerales escasos, destacando el cobalto, que por sus propiedades específicas en aleación con otros metales mejora el rendimiento del propio litio y alarga la autonomía de la batería.

Argumenta asimismo que el cobalto disponible a nivel mundial es escaso, y la mitad de las reservas se extraen en la República Democrática del Congo, de ahí la importancia de investigar este recurso en el presente proyecto, ya que estudios previos realizados en este entorno “han puesto de manifiesto que la composición de los minerales tiene una proporción del 35% de cobalto y del 65% de manganeso”, elemento que también tiene “una gran importancia en los sectores tecnológicos relacionados con las energías renovables, y con la fabricación de fertilizantes para usos agrícolas como el sulfato de manganeso”.

En cuanto a los impactos, el documento establece que la ejecución del proyecto solo va a requerir el consumo de agua para la realización de los sondeos, que se adquirirá a un distribuidor autorizado y se transportará en camión cisterna a la zona de actuación. El único suministro de energía procederá de los motores de la maquinaria y vehículos empleados en las diversas labores de exploración, por lo que “tampoco será preciso instalar infraestructura para el suministro eléctrico”.

Medidas de reducción del impacto

Entre las medidas que aporta el promotor para que el proyecto afecte lo menos posible se encuentra aprovechar los caminos existentes para evitar abrir nuevos accesos a las diferentes zonas de intervención, así como respetar los ejemplares arbóreos y arbustivos existentes y las comunidades vegetales naturales que cuenten con algún grado de protección, y realizar los trabajos en las épocas del año que no supongan interferencias negativas con el ciclo reproductor de las especies de fauna amenazada presente en el entorno.

También contempla la restitución e integración paisajística de todas las actuaciones  que implican afección al terreno.

La Junta explica que la zona afectada por el proyecto no forma parte del ámbito geográfico de la Red de Áreas Protegidas de Castilla-La Mancha y que tampoco se ha constatado la existencia de hábitats naturales de protección especial que vayan a ser afectados por las obras de construcción del proyecto, y su posterior explotación o funcionamiento. “Dentro de este entorno existen algunas manifestaciones de hábitats naturales de interés comunitario no prioritarios que en su caso deberán respetarse durante la ejecución de las labores asociadas al permiso de investigación”.

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