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‘2020: Antifuturo’, “queremos cuestionar si lo que vivíamos antes del confinamiento era realmente lo normal”
¿Podré seguir viviendo dentro de un sistema obsoleto? ¿Cómo asumo la cotidianidad de la no cotidianidad? ¿Por qué mi cuerpo sigue yendo acelerado cuando el tiempo se ha parado? Estas y otras cuestiones sobre la existencia centran la investigación de la compañía madrileña Teatro de los Invisibles. Durante el confinamiento han desarrollado el proyecto 2020: Antifuturo, una película poética que tiene como singularidad su “carácter inmersivo”, es decir, está destinada para su visionado de forma individual.
El actor calpino Javier Pardo, afincado en Madrid y miembro de la compañía, explica que este proyecto se ha realizado durante semanas de introspección individual y también colectiva mediante una residencia virtual como substituta de las residencias artísticas que, hasta ahora que una pandemia ha modificado nuestras rutinas, estaban determinadas por la presencia física.
La compañía ha trabajado a través de plataformas virtuales, con reuniones cada mañana, donde iban compartiendo sus sentimientos y reflexiones sobre el proyecto. “Durante esa reunión la directora nos decía una tarea secreta que era obligatoria realizar”, explica Javier Pardo. Previamente, la directora, Camila Vecco, había compartido con el resto de intérpretes una “lista de deseos” que debían ser grabados “con un móvil o lo que sea”. Más tarde subían esos vídeos a Youtube en modo oculto y lo compartían con el resto.
“La experiencia no ha sido igual que tener una residencia artística presencial como tal pero sí que nos ha mantenido en conexión al tener un trabajo en común que desarrollar”, cuenta el actor. Esta residencia está inspirada en el modelo que llevó a cabo la compañía SleepWalk Collective para su pieza Swimming Pools, de la que la directora de Teatro de los Invisibles forma parte como intérprete.
Actualmente están trabajando en lo recopilado durante el confinamiento y la película poética podrá verse a través de plataformas digitales y gratuitamente en toda España a finales de verano, aunque se pueden ver tintes de lo que será en cápsulas audiovisuales ya publicadas en Youtube.
Pero, ¿qué es una película poética? “Nos hemos basado mucho en el vídeo arte, la auto grabación, la escena cotidiana, vídeos caseros transformados en algo más poético”. El alicantino destaca que durante el proceso se han dado cuenta de la cantidad de rituales que repetimos durante el día a día como por ejemplo la forma en la que nos vestimos, las rutinas cuando comemos o practicamos ejercicio: “Queríamos indagar en el pensamiento mágico hacia algo más poético, como una especie de viaje estético a través de reflexiones cotidianas y de ahí a pensamientos más profundos”.
Sobre el carácter inmersivo de la película, explica, la compañía quería trasladar la sensación de “intimidad” del teatro inmersivo, donde el público está dentro de la obra e incluso interactúa con las intérpretes, y ver cómo podía ser su resultado audiovisualmente. El actor recomienda “cascos y soledad”.
Una apuesta por el teatro documento
Desde el año 2010, Javier Pardo vive en la capital, donde estudió Periodismo y posteriormente Interpretación. En la compañía cumplen tres años trabajando el teatro documental y de denuncia social a través de la dramaturgia. Su primera obra fue La Liberación de La Locura (2017) sobre el estigma social que supone ser diagnosticado con una enfermedad mental; y la segunda Anafha. Historia de una niña refugiada (2019) sobre el diario de una niña afgana refugiada, pieza que fue seleccionada para el Festival Surge Madrid 2019 en la sala El Montacargas.
“Cuando terminamos la obra de Anafha notamos que nos hacía falta que la figura protagonista estuviera presente. Nosotros hacemos teatro documento, contamos la vida con palabras, por eso teníamos que ser nosotros los que contamos nuestra historia”, explica el actor calpino.
Antes del confinamiento la compañía se preparaba para la obra de teatro Habitantes. Al iniciar la cuarentena y la incertidumbre que supuso, este grupo de intérpretes decidió virar hacia esta película poética como una rama de la obra de teatro documental que se estrenará cuando la situación sanitaria lo permita. Ambas piezas están muy marcadas por las propias características de la compañía, ya que son personas de diferentes procedencias, pero que comparten la misma generación.
“Hemos planteado una radiografía de los nacidos en los 80 y 90 para crear un mosaico de una generación, la nuestra, la que han llamado ‘la perdida’, la de las dos crisis, la misma que ha tenido que enfrentarse a la palabra incertidumbre, la ‘de estudia que tendrás muchas oportunidades’, que luego se han ido desdibujando”, describe Javier Pardo.
La frase “somos dueños de un futuro que no nos pertenece” fue la que les hizo ponerse en marcha y reflexionar sobre un futuro en el que cada vez es más difícil proyectar, y más formando parte de uno de los sectores, el escénico, que será de los que más tiempo tarde en recuperarse. “Cuando eres una compañía pequeña es muy difícil hacerte un hueco. Tienes que estar constantemente peleando y luchando por entrar en un sala, un certamen o simplemente que te escuchen”, señala el actor.
Aunque ya adelantan que de momento no han conseguido responder a ninguna de las preguntas que motivan el proyecto, tampoco tienen intención de hacerlo. “Simplemente queremos cuestionar si lo que vivíamos antes del confinamiento era realmente ‘lo normal’: el estrés, la velocidad, no reflexionar sobre nuestras vidas, ¿dónde quiero ir?, ¿cómo me quiero mostrar?, ¿este mundo capitalista es lo normal?, ¿nos hace estar bien?, ¿estamos en un estado de bienestar?”. Preguntas que el espectador deberá reflexionar desde la intimidad de su propia soledad.
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