El misterio del desertor ruso: nadie reclama el cuerpo tiroteado en La Vila Joiosa ni se persona como acusación
Las cámaras frigoríficas del Instituto de Medicina Legal de Alicante almacenan el cadáver del hombre acribillado el pasado 13 de febrero en la rampa de un garaje de una urbanización de La Vila Joiosa. La víctima tenía documentación a nombre de un supuesto ciudadano ucraniano de 33 años. Sin embargo, los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Alicante trabajan con la hipótesis de que la documentación era falsa. El hombre, según han informado medios ucranianos, es Maxim Kuzmínov, piloto del 319º Regimiento de Helicópteros de la fuerza aérea rusa que desertó el pasado 23 de agosto.
El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de La Vila Joiosa, encargado de la investigación de la causa, no cuenta con una identificación definitiva de la víctima. El cuerpo se encuentra en el Anatómico Forense de Alicante sin que, de momento, ningún familiar haya dado señales de vida. De hecho, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ-CV), no consta que nadie se haya personado como acusación particular en la causa, que permanece bajo secreto de sumario.
Al juez no le consta oficialmente, a la espera del informe de la Guardia Civil, la identificación de la víctima que han atribuido los medios ucranianos citando fuentes de la inteligencia militar. La hipótesis inicial era la del ajuste de cuentas del crimen organizado, al haberse localizado el vehículo que usaron los autores del crimen incendiado en El Campello, una localidad situada a unos 19 kilómetros de La Vila Joiosa
Los presuntos sicarios, según el diario Información, usaron munición de origen ruso para ejecutar el crimen. A la espera del informe de la Guardia Civil sobre la identidad definitiva de la víctima, todo apunta a la posible implicación de potencias extranjeras en el ajusticiamiento del desertor, un crimen perpetrado en suelo español.
Si se confirma que se trata de un crimen ejecutado —o subcontratado— por un país extranjero, la perspectiva cambia considerablemente. El Gobierno español se escuda en el secreto de sumario para no comentar si estaba al tanto de la presencia del desertor en España.
El Kremlin no ha ahorrado epítetos sobre el piloto desertor. Se trata de un “traidor” y de un “cadáver moral”, según afirmó este martes el jefe del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin.
La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, ha recordado durante una visita a Alicante este miércoles que la causa está bajo secreto. “No podemos interferir en la investigación y, por tanto, no podré darles más información de la que ya conocemos”, ha afirmado.
“La [información] que conocemos”, ha precisado Bernabé, “es que apareció un cadáver con documentación que era de Ucrania y, por tanto, lo que podemos decir es que ahora, en estos momentos, se está investigando los factores del asesinato”.
Sin embargo, a pesar de que el militar desertor era de nacionalidad rusa, el juez instructor de la causa sólo cuenta con la documentación presuntamente falsa que portaba la víctima, a nombre de un ciudadano ucraniano de 33 años, además de la autopsia preliminar. La embajada de Ucrania en España no ha contestado las preguntas de este diario.
La provincia de Alicante acoge a numerosa población rusa y ucraniana. Se trata de zonas turísticas de sol y playa “con muchos extranjeros de países del Este”, según recuerda un antiguo cargo municipal. La Cala, la zona que alberga la urbanización en la que se produjo el crimen, cuenta con muchos edificios altos a modo de segundas residencias y de viviendas de alquiler vacacional para rusos y ucranianos.
“Allí se meten y se esconden”, señala la misma fuente en referencia a la presencia de ciudadanos del Este de Europa.
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